Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart
  • El trastorno de lateralidad
    • Qué es la lateralidad
    • Qué es el trastorno de lateralidad
    • Sintomatología
    • Cómo afecta a nuestra vidas
  • Diagnóstico y terapia
  • El equipo
  • El centro
  • Confinamiento Covid-19: psicoterapia emocional
  • Blog
  • Contacto
  • Español
    • Catalán
    • Francés
  • El trastorno de lateralidad
    • Qué es la lateralidad
    • Qué es el trastorno de lateralidad
    • Sintomatología
    • Cómo afecta a nuestra vidas
  • Diagnóstico y terapia
  • El equipo
  • El centro
  • Confinamiento Covid-19: psicoterapia emocional
  • Blog
  • Contacto
  • Español
    • Catalán
    • Francés
Los problemas de concentración en personas con lateralidad cruzada
Link Enlarge

Los problemas de concentración en personas con lateralidad cruzada

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 14 marzo, 2018 Concentración, El trastorno de lateralidad 0

Los problemas de concentración, junto con la lentitud, son el motivo de consulta más frecuente entre las personas con trastorno de lateralidad. Esto se debe a que los problemas de concentración son un síntoma de lateralidad cruzada; es decir, constituyen un rasgo común a todas las personas afectadas por el trastorno, independientemente de su edad.

¿Por qué las personas con lateralidad cruzada tienen problemas de concentración?

Las personas con lateralidad cruzada tienen problemas de concentración porque esta requiere abstracción. Y la dificultad para concentrase es, precisamente, la que provoca su lentitud en la vida cotidiana.

Las actividades que realizamos en nuestro día a día requieren diversos y complejos procesos mentales que llevan a cabo las funciones cerebrales superiores controladas por los lóbulos cerebrales. En las personas que tienen una lateralidad heterogénea, los impulsos nerviosos no llegan correctamente al lóbulo occipital, que es el que regula la concentración; lo que compromete su capacidad para recibir, seleccionar, elaborar y recuperar la información externa que reciben y, por tanto, realizar adecuadamente las actividades motoras o mentales. Esta dificultad, que en ningún caso está relacionada con un bajo cociente intelectual, afecta incluso a otras funciones cognitivas. En cambio, estas personas presentan una gran memoria, tanto auditiva como visual, porque la memoria es mecánica. En la práctica clínica vemos que estos pacientes se han habituado a intentar compensar los problemas de concentración con su gran capacidad de memoria, hasta que se dan cuenta de que esta no les basta para hacer frente a las dificultades que viven constantemente.

Cómo afectan los problemas de concentración en la vida cotidiana

El relato de los pacientes sobre esta cuestión es siempre muy similar. Durante su etapa escolar y universitaria, los problemas de concentración les obligan a dedicar muchas más horas al estudio. Como suelen ser personas muy constantes, consiguen prepararse bien los exámenes, pero cuando llega el momento de hacerlos, se bloquean debido a que les falla la concentración inmediata y, por ejemplo, no consiguen entender los enunciados de las preguntas. Asimismo, la lentitud hace que necesiten más tiempo para responder, tiempo del que no disponen. El resultado son calificaciones que están muy por debajo de su capacidad cognitiva real.

Los problemas de concentración también hacen que no “registren” bien las consignas que se les dan. Si en casa se les pide que vayan a comprar varias cosas, volverán solo con algunas. Cuando los pacientes realizan el primer test en el centro, se equivocan en su fecha de nacimiento y al poner la fecha del día porque han recibido más de una consigna. En el trabajo, cuando les dan directrices, no las recuerdan bien. Si la persona tiene un cargo de responsabilidad y debe organizar reuniones con su equipo, lo más probable es que se quede en blanco o que pierda el hilo de lo que estaba diciendo. Los pacientes que han conseguido sacarse el permiso de conducir, relatan que les costó un gran esfuerzo aprobar la teoría y que su inseguridad les dificultó mucho la parte práctica. Además, como tienen problemas de orientación derecha-izquierda y les cuesta evaluar el tiempo (si hay un cambio de semáforo, por ejemplo), conducir se convierte en un gran problema (algunos pacientes explican que han dejado de conducir). Los problemas de concentración también van ligados a los problemas espaciotemporales: no recuerdan las fechas ni las horas, por lo que suelen llegar a los sitios tarde o con antelación, y su dificultad para comprender la noción de tiempo hace que también les haya costado mucho de pequeños restar minutos a una hora cuando se les enseñó a restar, por poner un ejemplo más.

Como es natural, todas estas dificultades repercuten en su autonomía y calidad de vida. Estas personas llegan a desarrollar una gran inseguridad que les produce mucha ansiedad. En general, suelen estar muy estresados porque se dan cuenta de que, pese a sus esfuerzos, no llegan a más. Su ritmo de vida cotidiano suele ser caótico. Son conscientes de que algo les pasa que invalida su rendimiento. La situación suele generar un cuadro de depresión, insomnio y/o problemas alimenticios.

Los problemas de concentración se solucionan con la terapia de lateralidad

Si hay otro rasgo común a todas las personas con trastorno de lateralidad, este es el sufrimiento que experimentan en su día a día. Este sufrimiento no solo está causado por los problemas que tienen que afrontar continuamente, sino porque no entienden qué les pasa. Saberse diferente provoca mucha angustia y desconocer la causa de esa diferencia genera una gran incertidumbre y afecta a la autoestima. Los pacientes con trastorno de lateralidad experimentan un gran alivio cuando se les explica la etiología de su problema y cuando se les dice, y experimentan en primera persona, que la terapia de lateralidad va a ir mejorando paulatinamente su capacidad de concentración. Como parte del tratamiento de lateralidad, mediante el que se va lateralizando homogéneamente a la persona, se realizan una serie de ejercicios motores que estimulan el lóbulo occipital, de tal manera que los impulsos nerviosos “aprenden” a realizar el recorrido adecuado. Al tratarse de una terapia neurofisiológica, una vez que la persona se ha lateralizado homolateralmente, los impulsos nerviosos ya no vuelven a cruzarse por sí mismos; es decir, no hay regresión ni recaídas. Cuando el paciente recibe el alta, únicamente se realizan tres controles posteriores, con un intervalo de cinco meses, para confirmar que el proceso de lateralización se ha llevado a cabo con éxito.

Si quieres realizar una consulta sobre este tema, no dudes en ponerte en contacto con nuestro centro.

El hermoso diccionario de las emociones no descritas
Link Enlarge

El hermoso diccionario de las emociones no descritas

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 6 marzo, 2018 El trastorno de lateralidad, Emociones 0

Hace unos años, el filósofo José Antonio Marina y la documentalista Marisa López Penas publicaron un hermoso e interesante libro sobre las emociones: Diccionario de los sentimientos. A pesar de su título, no es exactamente un diccionario: es más bien un tratado sobre las palabras que utilizamos los seres humanos para designar los sentimientos que componen nuestro universo emocional, una investigación sobre el alma humana que parte de las definiciones dadas por los mejores diccionarios a lo largo de la historia para adentrarse en su análisis desde la lingüística, la psicología, la antropología y la filosofía; una especie de psicoanálisis lingüístico que nos habla de un inconsciente colectivo atávico.

En el prólogo de Diccionario de los sentimientos se advierte al lector de que el libro no está escrito por sus autores, sino por un investigador extraterrestre que se propuso conocer los vericuetos del alma humana; tarea para la que solo contó con los diccionarios como fuentes de documentación. Si bien es cierto que Usbek (así se llama el personaje de ficción al que recurren Marina y Penas para abrirnos los ojos de manera muy pedagógica) encontró mucha información sobre lo que denominamos amor, amistad, admiración, deseo, enfado, tristeza, ansiedad, ira, envidia, etc., como os podéis imaginar, los diccionarios no le bastaron para hacerse una idea precisa de este vasto territorio en el que nos movemos continuamente las personas. Es más, le surgieron muchas dudas y preguntas. Y es que al margen de que las emociones en sí mismas son quizá demasiado intrincadas como para enfundarlas en una palabra, la suma de todos los términos de los diccionarios no define por completo lo que somos emocionalmente. De ello da fe otro hermoso libro: The dictionary of obscure Sorrows, literalmente algo así como El diccionario de las penas oscuras, pero que podríamos traducir como el diccionario de las emociones no descritas o el diccionario de los significados que hasta ahora no tenían significante (un libro que, sin duda, hubiera ayudado mucho a Usbek en su investigación).

 

El diccionario de las penas oscuras es una enciclopedia digital en la que su autor, John Koenig, va llenando los vacíos existentes en el léxico de las emociones con palabras ideadas por él que expresan potentes sentimientos que todos hemos experimentado, pero que nadie había recogido hasta ahora. El resultado es un sorprendente y bello compendio de más de cien palabras como las que siguen (algunas parecen japonesas, otras alemanas, etc.) en el que las reflexiones que hace el autor en formato vídeo son tan o más interesantes que la propia descripción (los vídeos están subtitulados en español):

 

Morii: el deseo o instinto de querer capturar momentos o lugares que nos parecen excepcionales filmándolos o fotografiándolos para asegurarnos de que los hemos vivido, que hemos estado allí, que han sido reales, que todos esos fragmentos cuentan nuestra historia, porque parece que se empiezan a desvanecer en el preciso instante en que suceden.

 

 

Oleka: ser consciente de que en la vida hay pocos días memorables.

 

 

Onism: la frustración de estar atrapado en un solo cuerpo que habita solo un lugar a la vez. Es como imaginarse delante de la pantalla de salidas de un aeropuerto viendo parpadear todos aquellos destinos a los que uno no se dirige y que representan algo más que uno no verá antes de morir. Y todo porque como señala amablemente una flecha del aeropuerto “Usted está aquí”.

 

 

Sonder: ese sentimiento que uno tiene de ser el protagonista de su vida y de que los demás son los extras o figurantes cuando, en realidad, todos somos protagonistas y, a la vez, cada uno es un extra en la historia de otro.

 

 

Yù yī: la nostalgia de volver a sentir algo de forma intensa.

 

 

Zenosyne: el sentimiento de que el tiempo pasa cada vez más rápido mientras aprendemos a vivir.

 

 

Moment of tangency: el sentimiento al pensar en lo que podría haber sido la relación con una persona que ha estado en nuestra vida de forma tangencial (un vecino con el que nos hemos cruzado esporádicamente en el barrio sin saberlo, alguien del mismo edificio de oficinas donde trabajamos, una persona que compra en el mismo supermercado, etc.). Es decir, pensar en lo que podría haber sido la relación entre dos personas que siempre han llevado vidas en paralelo, pensar en esos encuentros potenciales que nunca han tenido lugar y en lo que hubiéramos podido compartir si las cosas hubieran sido diferentes.

 

 

Para algunos términos el autor todavía no ha hecho un vídeo, pero las entradas son igualmente interesantes: por ejemplo, “Jouska” es la palabra que designa un tipo de conversación hipotética que compulsivamente uno tiene en su cabeza y “Zielschmerz” es el miedo a obtener lo que uno desea. Si queréis acceder al diccionario, aquí tenéis el enlace a su Diccionario de las emociones oscuras :

 

Los tics nerviosos en personas con lateralidad cruzada
Link Enlarge

Los tics nerviosos en personas con lateralidad cruzada

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 14 febrero, 2018 El trastorno de lateralidad, Hipotonía, Lateralidad cruzada o heterogénea, Terapia de lateralidad, Tics nerviosos 0

En este artículo hablaremos de los tics neviosos en personas con lateralidad cruzada, aunque estos movimientos involuntarios, cortos y repetitivos de un grupo muscular del cuerpo pueden tener también una causa psicológica o psicosomática.

 

Los tics en personas con lateralidad cruzada

“Según mi experiencia de 47 años tratando a pacientes con problemas de lateralidad, los tics están muy relacionados con este trastorno, las personas de entre 5 y 13 años de edad son las que más los presentan, los movimientos involuntarios se dan con más frecuencia en niños que en niñas y los pacientes afectados suelen ser más hipotónicos que hipertónicos; lo cual es lógico, ya que sus músculos están más distendidos debido a que no tienen un buen control neuromuscular”, explica Joëlle Guitart, directora de nuestro centro.

Hay muchos tipos de tic: tocarse un mechón de pelo, hacerse crujir los dedos, morderse un labio, balancear el cuerpo hacia delante y hacia atrás, levantar las cejas, parpadear (sin que haya un problema ocular), mover constantemente una pierna (normalmente, la no dominante), pronunciar muchos tacos, emitir ciertos sonidos guturales, sacudir la cabeza de izquierda a derecha o de delante hacia atrás, tartamudear al empezar una frase, etc. Algunas personas, a consecuencia del tic, se comen las uñas de las manos o/y de los pies o se rascan la piel de manera compulsiva.

 

Lo que nunca debemos hacer

Sea cual sea el tipo de tic es importante recordar que la persona afectada no puede controlar el movimiento, que este es involuntario. En consulta, muchos padres de niños con tics expresan su exasperación ante el problema: reconocen que suelen reñirles porque los movimientos o sonidos les ponen muy nerviosos. Sin embargo, este intento de control es perjudicial: es posible que el niño, al llamarle la atención, pueda reprimir el movimiento o el sonido durante un minuto, aproximadamente, pero después la descarga será mucho más notable, tanto en frecuencia como en ruido, si lo hay. Debemos ser muy permisivos con un niño (o un adulto) que tenga tics. Las conductas de enfado y/o castigo son, precisamente, las que no debemos permitirnos nunca. Del mismo modo, nosotros tampoco somos partidarios de medicar a un niño con ansiolíticos o tranquilizantes por este problema (más adelante veremos que los tics tienen cura).

 

Causas de los tics

Los tics pueden tener una causa genética relacionada con algún aspecto neurofisiológico (muchos padres de pacientes los presentan) o desencadenarse por una situación externa: por ejemplo, una educación y un ámbito familiar rígidos, el divorcio de los padres o situaciones de mucha ansiedad, como el acoso escolar. De hecho, cuando hay un déficit emocional aparecen los tics más difíciles de curar: los sonidos guturales, los tacos, el balanceo, el encallamiento y el hacer crujir los dedos.

Entre los adolescentes, podemos encontrar también casos de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo): la necesidad de seguir siempre un ritual. Por ejemplo: tener que revisar una y otra vez que han terminado los deberes y que están bien hechos, o que las cosas estén colocadas u ordenadas de cierta manera.

Asimismo, algunos niños repiten como un tic algo que hace el progenitor que tienen como referente: si es la madre y esta tose, el niño tose de manera involuntaria. En otros casos, los tics aparecen cuando se aprende a leer o a escribir.

 

Rasgos comunes en los pacientes con tics

Estos niños suelen ser muy sensibles. Son sujetos que no saben defenderse ni en el ámbito escolar ni en el familiar. Podríamos decir que son niños sin maldad. Los que tienen hermanos, normalmente sufren también agravios comparativos: los familiares muestran predilección por el hermano más brillante y simpático, lo que suscita los celos del niño afectado por el tic (normalmente esta relación se da con el hermano más próximo en edad).

 

Los tics se curan

Cuando hablamos de los tics en personas con lateralidad cruzada, constatamos que a medida que estos pacientes progresan en su terapia de lateralidad disminuye el tic que presentan. Es decir, la curación del tic va en relación al grado de curación del trastorno, que es de un 80 % como mínimo (si hay tres cruces de lateralidad, aumenta la probabilidad de que la persona esté afectada por un tic, ya que se produce más retención neurofisiológica en el cerebelo).

Además de trabajar toda la parte psicomotriz, hay dos aspectos que son fundamentales en la terapia con este tipo de pacientes: trabajar la relajación y reforzar el espacio emocional de la persona; conseguir que cambie la dinámica por la que el sujeto se percibe como la “oveja negra” de su entorno.

Del mismo modo, también se hace necesario reforzar a los padres y proporcionarles herramientas para cambiar la comunicación establecida con sus hijos: para ellos la situación tampoco es fácil y, en general, cuando llegan a la consulta, ya han vivido numerosas experiencias estresantes que se suman al hecho de sentirse culpables por haber reñido, e incluso castigado, a su hijo hasta entonces.

Si quieres hacernos una consulta sobre este tema, ponte en contacto con nuestro centro.

Un estudio revela cómo las ondas cerebrales controlan la memoria de trabajo
Link Enlarge

Un estudio revela cómo las ondas cerebrales controlan la memoria de trabajo

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 6 febrero, 2018 Actualidad, El trastorno de lateralidad, Memoria 0

Clases de memoria y funcionamiento

 

Tenemos diferentes tipos de memoria o de sistemas de memoria. Estas memorias son redes neuronales autónomas que, a su vez, están interconectadas. Pero nuestro sistema neuronal no tiene una capacidad ilimitada de almacenamiento y, además, es dinámico; de tal manera que la mayoría de nuestros recuerdos se desdibujan o modifican con el tiempo.

Cuando se afirma que tenemos diferentes tipos de memoria, lo que se quiere expresar es que el sistema neuronal del que depende nuestra memoria sobre nosotros mismos (nuestra biografía) es diferente del sistema neuronal relacionado con el aprendizaje de las matemáticas y del que está implicado en la adquisición del lenguaje, por ejemplo.

Entre los diferentes tipos de memoria está la memoria de trabajo, la cual nos permite realizar actividades cognitivas básicas, como la comprensión, el razonamiento o la resolución de problemas; un tipo de memoria que utilizamos continuamente en nuestra vida cotidiana para almacenar, elaborar, reorganizar y recuperar información.

 

El estudio sobre la memoria de trabajo

 

Por otro lado, cada neurona de nuestro cerebro produce sus propias señales eléctricas. Estas señales combinadas generan oscilaciones conocidas como ondas cerebrales, que varían en cuanto a su frecuencia.

Pues bien, un equipo de neurocientíficos del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets) ha descubierto que en las tareas de memoria que requieren que la información se guarde en la memoria de trabajo por periodos cortos de tiempo, el cerebro usa ondas beta (ondas cerebrales de baja frecuencia) para cambiar conscientemente entre las diferentes partes de dicha información. La investigación respalda la hipótesis que tenían los investigadores de que los ritmos beta actúan como una puerta que determina cuándo se lee o se borra la información contenida en la memoria de trabajo para que podamos pensar en otra cosa. “El ritmo beta actúa controlando cuándo expresar la información almacenada en la memoria operativa o de trabajo, permitiéndole, asimismo, influir en el comportamiento”, explica Mikael Lundqvist, del Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria del MIT y autor principal del estudio junto al profesor de Neurociencia del mismo Instituto, Earl Miller.

Un estudio revela cómo las ondas cerebrales controlan la memoria de trabajo

En 2016, Miller y Lundqvist descubrieron que los ritmos gamma están asociados con la codificación y recuperación de la información sensorial. También descubrieron que cuando los ritmos gamma suben, los ritmos beta bajan, y viceversa. Trabajos previos en su laboratorio habían demostrado que los ritmos beta están asociados con información “descendente” como, por ejemplo, cuál es el objetivo actual, cómo lograrlo y cuáles son las reglas de la tarea. Esta evidencia los llevó a teorizar que los ritmos beta actúan como un mecanismo de control que determina qué partes de la información se pueden leer de la memoria de trabajo; la función cerebral que permite controlar el pensamiento consciente.

“La memoria de trabajo es el bloc de dibujo de la conciencia, y está bajo nuestro control. Elegimos qué pensar “, asegura Miller. “Elegimos cuándo borrar la memoria de trabajo y olvidar algunas cosas. Podemos mantener la información en nuestra mente y esperar a tomar una decisión hasta que dispongamos de más información “.

“La interacción entre beta y gamma actúa exactamente como se esperaría que actúe un mecanismo de control volitivo”, dice Miller. “Beta actúa como una señal que abre el acceso a la memoria de trabajo, que borra la memoria de trabajo y que puede actuar como un interruptor para pasar de un pensamiento a otro “.

 

Un nuevo modelo

 

Este estudio supone un nuevo modelo sobre la memoria de trabajo: los modelos previos, para explicarla, proponían que la información se retiene en la mente mediante disparos neuronales constantes.

“Cuando mantenemos las cosas en la memoria operativa (es decir, cuando tenemos algo en mente), tenemos la sensación de que son estables, como una bombilla que hemos encendido para representar algún pensamiento. Durante mucho tiempo, los neurocientíficos han pensado que esto debía significar que la forma en que el cerebro representa estos pensamientos es a través de la actividad constante. Este estudio muestra que este no es el caso, sino que nuestras memorias parpadean, explica Tim Buschman, profesor asistente de psicología en la Universidad de Princeton.

En un artículo reciente publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, el equipo de Miller también difundió que las ondas beta son producidas por capas profundas de la corteza prefrontal, y los ritmos gamma son producidos por capas superficiales, que procesan información sensorial. También descubrieron que las ondas beta controlaban la interacción de los dos tipos de ritmos.

Los investigadores ahora están estudiando si estos tipos de ritmos controlan otras funciones del cerebro, como la atención. “Finalmente, nos gustaría ver cómo estos ritmos explican la capacidad limitada de la memoria operativa: por qué solo podemos tener en cuenta algunos pensamientos simultáneamente, y qué sucede cuando se supera la capacidad”, dice Miller. “Debemos tener un mecanismo que compense el hecho de que sobrecarguemos nuestra memoria de trabajo y tomemos decisiones sobre qué cosas son más importantes que otras”.

La investigación ha sido financiada por el Instituto Nacional de Salud Mental, la Oficina de Investigación Naval y la Beca Picower JFDP.

 

El musical ‘El Principito’, en la Sala Barts de Barcelona hasta el 11 de febrero
Link Enlarge

El musical ‘El Principito’, en la Sala Barts de Barcelona hasta el 11 de febrero

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 29 enero, 2018 Actualidad, El trastorno de lateralidad 0

Si aún no lo has visto, todavía estás a tiempo: el musical ‘El Principito’, producido por Manu Guix, Ángel Llàcer y La Perla 29, prorroga las funciones en la Sala Barts de Barcelona hasta el 11 de febrero tras el gran éxito obtenido tanto por parte de la crítica como del público desde que se estrenó hace cuatro temporadas. El espectáculo está concebido para que puedan ir a verlo niños a partir de los cuatro años y adultos de cualquier edad que conserven una parte de su niño. De hecho, muchos padres que habían leído la obra de Saint-Exupéry han acudido con sus hijos y se han emocionado tanto o más que ellos con esta puesta en escena espectacular que, sin embargo, respeta la esencia del texto original; uno de los libros más vendidos de la historia de la literatura.

El musical ‘El Principito’ combina música de diferentes estilos, actores reales, personajes virtuales en 3D, un sonido envolvente y una escenografía pensada para que el espectador se sienta dentro del universo creado por Saint-Exupéry: mappings que generan volúmenes, texturas y colores, así como animaciones y proyecciones que consiguen que los espectadores crucen el desierto, pisen la hierba, sobrevuelen el asteroide B 612 y visiten el planeta del rey y el mundo del geógrafo al mismo tiempo que lo hace el principito.

Tal como ha declarado Àngel Llàcer, el texto de Saint-Exupéry tiene muchas lecturas posibles: “No es una obra que le ponga azúcar a la vida, ya que nos muestra las miserias de las personas, aunque, si se quiere, desde un punto de vista muy dulce. También es una historia de amor porque explica el viaje que hace un niño para comprender este sentimiento; un viaje que es como una montaña rusa de emociones que nos lleva de la alegría y la ilusión a la curiosidad y también, en algunos momentos, a la decepción”.

A los que no hayan leído el libro, solo les avanzamos que el principito es una persona que siempre dice la verdad, que no tiene miedo, que va por la vida sin máscaras y que se guía por el corazón y la curiosidad; un personaje que nos hace plantearnos preguntas fundamentales sobre el amor, la amistad y la sinceridad, que nos enseña a no perder la capacidad de emocionarnos y de sorprendernos, que nos recuerda que lo esencial es invisible a los ojos y que nos llega directo al corazón.

 
Sala Barts:

Av. Paral·lel, 62.
Ciutat Vella (Barcelona).

 

Cómo reconocer la hipertonía en niños y adolescentes
Link Enlarge

Cómo reconocer la hipertonía en niños y adolescentes

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 24 enero, 2018 El trastorno de lateralidad, Hipertonía 0

Todas las personas con problemas de lateralidad tienen un problema de tensión neuromuscular. Tal como decíamos en el artículo anterior, podemos categorizar a los niños y adolescentes con trastorno de lateralidad (y a los adultos no tratados) en dos tipologías: los hipotónicos y los hipertónicos. Hoy dedicamos este espacio a los segundos (podéis leer el artículo sobre la hipotonía en ¿Tu hijo se distrae a menudo y es lento y patoso? Puede ser hipotónico).

 

Cómo reconocer la hipertonía

Las personas con hipertonía, a diferencia de las hipotónicas, son extremadamente ágiles y rápidas, lo pescan todo enseguida y lo quieren hacer todo a la vez.  Son inquietas, siempre están como agitadas, les cuesta ser constantes y concentrarse. De hecho, por ejemplo, leen tan rápido que, a veces, se comen letras o sílabas, se saltan una línea o empiezan a leer una palabra y se inventan una parte de la misma; motivo por el que se les suele diagnosticar, erróneamente, dislexia perceptiva o auditiva cuando su problema no está relacionado de ningún modo con ella. Estos niños y adolescentes con trastorno de lateralidad saben leer, pero no tienen bien adquirida la mecánica lectora. Al no tener fluidez, cuando leen, se ven obligados a releer los párrafos para poder entender de qué trata el texto. Del mismo modo, cuando se presentan a un control o examen, muchas veces no les da tiempo a terminarlo, interpretan mal los enunciados o se bloquean (por la precipitación con que afrontan la situación). Y esto les sucede incluso en asignaturas como la de Matemáticas: no por el contenido de la materia en sí mismo, sino por la dificultad en la mecánica lectora.

 

La hipertonía como síntoma de lateralidad cruzada

Es importante recalcar que hablamos de personas con una capacidad intelectual normal o superior a la normal que, sin embargo, ven mermadas sus posibilidades debido a que no tienen bien establecida su lateralidad; es decir, tienen una lateralidad cruzada o heterogénea. Cuando la lateralidad no se ha establecido de manera homogénea, los impulsos nerviosos no llegan de manera óptima a uno o varios de los lóbulos cerebrales, por lo que quedan comprometidas las funciones relacionadas con las áreas afectadas: si es el área de Broca, será el lenguaje; si es el lóbulo frontal, serán las funciones motoras; si es el occipital, afectará a la capacidad de razonamiento y a la parte mecánica de las matemáticas (aprender a restar, multiplicar, dividir y a realizar otras operaciones de cálculo); si es el temporal, será la memoria, etc. La directora de nuestro centro, Joëlle Guitart, suele hacer el siguiente símil para explicarlo: es como si un buen coche baja por una calle en la que hay una gran densidad de tráfico. Su potencial se verá afectado por el embotellamiento. En este caso se trata de un embotellamiento neurofisiológico.

Los lóbulos afectados y el grado de afectación dependerán en cada caso de cómo se haya establecido la lateralidad cruzada en la persona y del grado del trastorno. Por este motivo es tan importante realizar un test de lateralidad completo que incluya la lateralización de la mano, ojo, pierna estática, pierna dinámica, motricidad facial, cervicales y oído: solo así podremos realizar un diagnóstico completo que permita, posteriormente, llevar a cabo una terapia personalizada. Recordamos una vez más que el trastorno de lateralidad tiene cura y que, una vez curado, no hay regresiones posteriores.

Si quieres hacernos alguna consulta sobre este tema, puedes ponerte en contacto con nuestro centro.

¿Tu hijo se distrae a menudo y es lento y patoso? puede ser hipotónico
Link Enlarge

¿Tu hijo se distrae a menudo y es lento y patoso? puede ser hipotónico

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 16 enero, 2018 Concentración, Dislexia, El trastorno de lateralidad, Hipotonía 0

Podemos categorizar a los niños y adolescentes con trastorno de lateralidad en dos tipologías: los hipotónicos y los hipertónicos. Hoy hablaremos de los primeros y dedicaremos el próximo artículo a los segundos.

Un niño hipotónico no tiene una buena coordinación motriz (del movimiento), motivo por el que es tildado de torpe o patoso. Es el típico niño que tropieza con la alfombra de casa, al que se le cae el tenedor y se ensucia muchísimo durante las comidas. El mismo problema de coordinación es el que causa, asimismo, que sea lento: tiene grandes dificultades para cortar con las tijeras, plasmar un dibujo y escribir.

El niño hipotónico tiene dificultades de aprendizaje en la escritura porque no coordina bien el ritmo al cual tiene que escribir con la noción de espacio (percepción de las letras). Por eso hay muchos niños de 7-8-9 años que ya deberían haber adquirido el aprendizaje de la escritura y, en cambio, todavía invierten letras, las añaden u omiten (de una manera inadecuada). A menudo, y sin serlo, esto se diagnostica como dislexia. Debido a la torpeza motriz, estos niños, además, se concentran tanto en hacer la letra bien que suelen apretar demasiado el lápiz o el bolígrafo sobre la hoja: se trata de un tipo de letra a la que denominamos “disgrafía” (mala letra).

Tal como precisamos habitualmente, estos pacientes tienen un cociente intelectual normal e incluso, en algunos casos, superior a lo normal. Sin embargo, al ser lentos, tienen dificultades escolares; dificultades que en la mayoría de los casos pueden compensar muy bien mientras están cursando los primeros años de Primaria, hasta que, de repente, experimentan un gran bajón en su rendimiento escolar.

¿Tu hijo se distrae a menudo y es lento y patoso? puede ser hipotónico_Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart

Otra característica del niño hipotónico es que desconecta de su entorno muy a menudo. En el colegio, por ejemplo, empieza a escuchar las explicaciones del profesor, pero al cabo de un rato deja de estar presente en el aula, se queda out. Aunque después se reengancha a las explicaciones, estas interrupciones que necesita hacer porque no sigue el ritmo del profesor, provocan que cuando se le hace una pregunta sobre lo que se ha dicho no tenga la información para responder o que no haya archivado todas las indicaciones dadas para hacer los deberes o un trabajo. Paulatinamente, estas situaciones van creando un problema en su rendimiento escolar y también en su rendimiento emocional: empieza a bloquearse con facilidad, se vuelve inseguro y comienza a percibirse a sí mismo como incapaz; una percepción que le lleva a la infravaloración y, en muchas ocasiones, a una desmotivación que deriva en predepresión e incluso depresión.

En el centro hemos visto con relativa frecuencia pacientes de edades muy tempranas a los que, en el momento de empezar la terapia, estaban tratando con psicofármacos; un hecho que nos parece alarmante. Debemos plantearnos bastantes cuestiones si a un niño le dan medicación por ser disperso y tener problemas de concentración.  Aunque es cierto que los padres de estos niños padecen en su día a día las dificultades de sus hijos y su sufrimiento, y que no entienden por qué sacan tan malas notas teniendo un buen cociente intelectual, es fundamental que den los pasos necesarios para averiguar la etiología de estos síntomas (al igual que hacemos con cualquier otro problema de salud). Conocer la causa permitirá derivar al niño al especialista adecuado y curarlo. La torpeza, la lentitud y la desconcentración no siempre tienen su etiología en el trastorno de lateralidad, pero cuando es así es imprescindible realizar un test completo de lateralidad e iniciar la terapia para lateralizar homolateralmente al paciente. A medida que el niño pasa de una lateralidad cruzada a una lateralidad homogénea, los síntomas mencionados van desapareciendo, lo que le permite desarrollar todo su potencial intelectual y crecer emocionalmente sano.

Si quieres hacernos alguna consulta sobre este tema, puedes ponerte en contacto con nuestro centro.

 

La tartamudez como síntoma de lateralidad cruzada
Link Enlarge

La tartamudez como síntoma de lateralidad cruzada

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 9 enero, 2018 El trastorno de lateralidad, Lateralidad cruzada o heterogénea, Terapia de lateralidad 0

En todas las personas, el proceso de lateralización finaliza a los 4 o 5 años. Es decir, a esta edad ya se ha establecido una dominancia del hemisferio izquierdo o derecho. Esta preferencia o prevalencia determina el lado del cuerpo con el que realizamos las funciones y actividades cotidianas principales. Si la lateralización es claramente de dominio derecho, hablamos de personas diestras; si es de dominio izquierdo, hablamos de personas zurdas. Lo importante es que la lateralidad esté bien y claramente establecida; es decir, tener una lateralidad homogénea u homolateral (derecha o izquierda), ya que es lo que nos va a permitir un buen desarrollo neurofisiológico, mental y emocional. Cuando hablamos de “lateralidad bien establecida” no solo nos referimos a con qué mano escribimos, comemos, asimos los objetos, etc.: la lateralidad queda establecida asimismo para el ojo, el oído, el pie, la pierna estática y la pierna dinámica.

Debido a causas genéticas (hereditarias), en algunas personas este proceso de lateralización no se produce adecuadamente: el predominio de la mano, ojo, oído, pie y pierna se establece en diferentes lados del cuerpo: por ejemplo, una persona puede ser zurda de mano y diestra de ojo o de pie. En estos casos, hablamos de lateralidad cruzada, lateralidad heterogénea o trastorno de lateralidad. Tal como recalcamos habitualmente, la causa o etiología de este trastorno no es una lesión cerebral, una deficiencia mental ni un problema de desestructuración de la personalidad. No estamos delante de un problema psicológico o psiquiátrico, sino delante de un trastorno neurofisiológico heredado en el momento de la concepción (puede heredarse del padre o de la madre, y no todos los hermanos lo heredan) que tiene cura.

 

La tartamudez como síntoma de lateralidad cruzada

La tartamudez como síntoma de lateralidad cruzada

En las personas con lateralidad cruzada los impulsos nerviosos que estimulan las neuronas del cerebro no efectúan de manera adecuada el recorrido hacia los lóbulos cerebrales (no lo hacen de manera homolateral), motivo por el quedan entrecortados o bloqueados parcialmente. Dependiendo del lóbulo o lóbulos afectados, la persona presentará unos síntomas u otros: entre ellos, dislexia, dificultades de cálculo y abstracción, enuresis, tics, hiperactividad, torpeza motriz o tartamudez (En España, 467 mil personas tartamudean). En otras palabras: la tartamudez es un síntoma de lateralidad cruzada, si bien no todas las personas con lateralidad heterogénea presentan tartamudez (de la misma forma que no todas tienen dislexia u otro síntoma de una lateralidad mal establecida). Del mismo modo, también hay que precisar que la tartamudez suele manifestarse cuando la persona presenta un síntoma añadido, ya sea psicológico u orgánico: en el centro hemos tratado pacientes con tartamudez en los que confluía el trastorno de lateralidad y un problema relacional, de introversión o de crisis de oposición con el padre (desacuerdo emocional con el progenitor), por citar tres casos relativamente habituales.

 

La tartamudez tiene tratamiento eficaz

La tartamudez como síntoma de lateralidad cruzada

Como hemos apuntado, la causa de la tartamudez, o disfluencia en el habla, es una lateralidad mal establecida, aunque suela requerir un factor externo para manifestarse. Por lo tanto, el tratamiento debe ser un tratamiento de lateralidad; no un tratamiento de logopedia.

En primer lugar, será necesario realizarle al paciente un test completo de lateralidad (mano, ojo, pie, etc.) para determinar cómo ha establecido su lateralidad cruzada y en qué grado. Los resultados de esta batería de pruebas determinarán la terapia a seguir, la cual siempre es personalizada. Asimismo, cabe puntualizar que, al inicio del tratamiento, nunca abordamos el síntoma directamente, ya que podría ser contraproducente para el lóbulo afectado:  empezamos la terapia trabajando la base; es decir, lateralizando al paciente de manera homolateral y después, teniendo en cuenta los resultados de los test de control, seguimos fase a fase hasta su recuperación (esta se produce, como mínimo, en un 80 % y, en algunos casos, por completo).

Otro aspecto a destacar de la terapia para la tartamudez como síntoma de lateralidad es la importancia del transfer paciente-terapeuta (la forma en la que paciente y terapeuta se relacionan, la cual funciona como herramienta diagnóstica y también de curación). En nuestra experiencia de más de 40 años tratando a personas con el trastorno, hemos observado que en los pacientes con tartamudez que establecen una buena transferencia, la recuperación se realiza antes y en un grado superior al 80 %.  Por último, señalar que al igual que cualquier otro paciente, cuando una persona con tartamudez termina el tratamiento, no solo no presenta recaídas en el futuro: tampoco transmitirá el trastorno a sus hijos si tiene descendencia.

Actividades artísticas en familia en la Fundación Mapfre BCN
Link Enlarge

Actividades artísticas en familia en la Fundación Mapfre BCN

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 22 diciembre, 2017 Actualidad, Aprendizaje, El trastorno de lateralidad 0

 

Actividades artísticas en familia

Realizar actividades artísticas en familia es una buena forma de introducir a los niños en el arte, despertar su interés por la cultura y fomentar su pensamiento crítico.  Hoy nos hacemos eco del programa específico de actividades artísticas y pedagógicas para niños, adolescentes y jóvenes que la Fundación Mapfre tiene en marcha en Barcelona, desde 2004, en la emblemática Casa Garriga Nogués; un programa que gira en torno a las exposiciones que organizan y que está pensado para que, además, los chicos desarrollen habilidades que van a contribuir a su buen desarrollo. ¡Un buen plan para pasar unas horas diferentes en familia estas Navidades!

 

Actividades-taller sobre la exposición de Rodin

Actividades artísticas en familia en la Fundación Mapfre BCN

Actualmente, en la Fundación Mapfre, puede verse una magnífica exposición sobre Rodin; concretamente, sobre una obra en la que el artista trabajó durante más de veinte años y que cambió la concepción de la escultura tal como se había entendido hasta entonces:  La Puerta del Infierno. No, no os asustéis: la exposición es solo una “excusa” para trabajar la creatividad con ellos. Las actividades artísticas programadas han sido diseñadas por un gabinete pedagógico y se llevan a cabo con educadores especializados con el objetivo de que sean didácticas y atractivas. Tanto es así, que la fundación ha diseñado un programa adecuado para las diferentes franjas de edad:

Actividades artísticas para niños de entre 3 y 6 años

¡Imaginación al poder!: se visita la exposición con ellos y, teniendo en cuenta las expresiones de las esculturas y el movimiento que plasman, toda la familia trabaja las emociones y la expresión corporal.

Actividades artísticas a partir de los 7 años

Conexiones: formas y expresiones: después de la visita guiada, los niños (y los padres) tienen la oportunidad de crear sus propias esculturas utilizando las técnicas del artista.

Un paseo por la obra de Rodin: una visita dinámica por la muestra en la que se invita a todos los miembros de las familias a dialogar sobre las obras y se realizan juegos basados en la temática y la técnica del escultor.

Actividades artísticas para adolescentes

Percepciones: la inspiración de Rodin: un taller en el que realizan su propia interpretación de las esculturas tras una visita guiada.

El objetivo de este programa no es darles a los chicos una clase de arte ―aunque seguro que algo aprenderán sobre Rodin―, sino introducirles en la obra del escultor de una manera que vivan como satisfactoria y que consiga estimular su creatividad.

Si tenéis hijos con necesidades educativas especiales, os gustará saber que la fundación también organiza actividades para ellos: actividades en las que se incide en el desarrollo de sus habilidades motoras finas y se promueve su inclusión y participación mientras se les facilita el acceso al mundo del arte.

 

 

La exposición reúne un centenar de esculturas (entre ellas El pensador y El beso) y una treintena de dibujos que raramente han sido expuestos, así como varias maquetas y modelos que permiten seguir el proceso creativo del escultor y la evolución que fue sufriendo la Puerta a lo largo de los años. Considerada como la obra central de la carrera del escultor francés, esta obra monumental ofrece una visión espectacular del infierno, febril y tormentosa, pero también sensual y evocadora (el artista comenzó inspirándose en La Divina Comedia de Dante, abandonando esta referencia después, en favor del infierno “moderno” del poeta Charles Baudelaire en Las Flores del Mal).

La muestra estará abierta hasta el 28 de enero de 2018.  Aquí tenéis la web de la Fundación Mapfre para ampliar la información. Las entradas tienen un precio muy razonable (3 euros) y se pueden comprar online.

El MIT crea un reloj inteligente para medir y predecir la felicidad_Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart
Link Enlarge

El MIT crea un reloj inteligente para medir y predecir la felicidad

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 15 diciembre, 2017 Actualidad, El trastorno de lateralidad 0

El titular “Crean un reloj inteligente para medir y predecir la felicidad” podría hacernos pensar que nos encontramos delante de una noticia algo frívola, si no fuera porque responde a un trabajo de un investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Pascal Budner. Vamos a ver en qué ha consistido esta investigación y qué puede aportarnos.

 

Qué es la felicidad

Definir la felicidad no es sencillo. Aristóteles decía que es “un estado de actividad” y que depende de cómo cultivamos la virtud: las virtudes del coraje, la generosidad, la justicia, la amistad y la ciudadanía. Bill Gates, cuando fue preguntado una vez sobre la cuestión, respondió: “Warren Buffett siempre ha dicho que la medida de la felicidad es si las personas cercanas a ti son felices y te quieren “. Lo cierto es que para la mayoría de las personas resulta complicado plasmar en una frase qué es este estado (probablemente, para algunos, su definición dependa del lugar y del tiempo histórico en el que se vive), aunque, salvando las diferencias de opinión, todos podríamos llegar a cierto consenso.  De hecho, los psicólogos sí trabajan con ciertos indicadores. Lo que realmente ha supuesto una dificultad para los investigadores, hasta hace muy poco, es conseguir medir los niveles de felicidad con precisión y utilizar esa información para predecir cuándo una persona se sentirá feliz en el futuro.

 

Cómo medir la felicidad

El MIT crea un reloj inteligente para medir y predecir la felicidad

Las mediciones de este tipo son muy recientes, pero entre ellas encontramos alguna destacable, como la que llevó a cabo hace muy poco un equipo del laboratorio de informática del MIT para medir la interacción entre personas autistas utilizando las sofisticadas capacidades de procesamiento de voz del smartwatch de Samsung: construyeron una aplicación portátil que puede analizar conversaciones para identificar la emoción en el habla al combinarla con el seguimiento de cambios físicos adicionales: aumento de la temperatura de la piel, frecuencia cardíaca, movimientos, etc. (AlHanai y Ghassemi 2017).

 

El estudio

Un equipo del MIT crea un reloj inteligente para medir y predecir la felicidad

Pascal Budner y su equipo han encontrado la forma de utilizar un reloj inteligente (smartwatch) para medir y predecir la felicidad. En concreto, han utilizado un reloj Pebble conectado a un smartphone Android para combinar datos de los usuarios obtenidos continuamente por sensores con información exógena variable: las condiciones climáticas, el día de la semana, la hora, la ubicación, etc. El estudio se ha llevado a cabo con estudiantes de posgrado, investigadores, miembros del profesorado, consultores y empresarios de edades comprendidas entre los 22 y los 59 años, y al final del experimento (dos meses de duración) se habían reunido casi 17.000 datos.

Las sugerencias del medidor se basan en la visión tradicional de los psicólogos sobre la felicidad como un parámetro bidimensional “excitación-valor”. La excitación refleja la disposición para actuar o el nivel de actividad; un parámetro asociado con estar más alerta de lo normal y tener una presión arterial o frecuencia cardíaca más alta, y se mide en una escala “no activo-activo-muy activo”. El valor es una medida del nivel de felicidad del usuario: sentirse muy bien, bien o mal. Cruzando el resultado de ambos, tenemos nueve estados diferentes posibles. Por ejemplo: estar muy activo y sentirse mal representa el enfado, mientras que sentirse muy bien y no estar activo representa un estado de relajación.

El MIT crea un reloj inteligente para medir y predecir la felicidad_Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart

Módulos de la aplicación del reloj inteligente presentando el resultado de uno de los participantes en el estudio

Los participantes empezaron el experimento siguiendo un modelo genérico de aprendizaje automático creado por el equipo de investigadores para encontrar patrones de frecuencia cardíaca, ubicación, etc. Este modelo, además, les mostraba un estado de ánimo predicho que podían cambiar directamente en el reloj inteligente si no reflejaba el suyo; una operación que debían repetir cuatro veces al día. Paulatinamente, el sistema fue aprendiendo de los datos recogidos hasta llegar a predecir los estados de ánimo con una precisión de hasta un 94 %.

Las conclusiones más interesantes de la investigación son que algunos datos son significativamente más predictivos de felicidad que otros: el clima y el movimiento entre ubicaciones, por ejemplo, son altamente predictivos; mientras que los datos fisiológicos tienen un menor poder predictivo. Asimismo, como también crearon un sistema para identificar las variables más predictivas para cada participante, han podido ver qué amigos tienen una influencia más positiva o negativa en nuestro estado de ánimo. De hecho, han visto que por cada persona feliz que hay en nuestra vida, nuestra propia felicidad aumenta en un 9 %, aproximadamente.

Aunque los investigadores son conscientes de que han trabajado con una muestra pequeña de participantes (60) y que todos ellos estaban interesados a priori en participar en la investigación, los resultados del estudio son suficientemente sólidos como para que ya hayan puesto en marcha un estudio más amplio con individuos seleccionados al azar.

  • 3
  • 4
  • 5
  • 6
  • 7
  • 8
  • 9

Últimos artículos

  • PAS, Personas Altamente Sensibles: lo que deberíamos saber
  • Juegos recomendables para regalar a los niños
  • Guía de la lateralidad cruzada: preguntas y respuestas
  • Mala comunicación entre padres e hijos adolescentes: qué hacer

Estamos en Facebook

Consúltenos

Dirección: C/ Josep Bertrand, 3. Ático 2º. 08021 Barcelona
Tel.: + 34 932 007 586
Móvil: +34 610 791 125
Fax: + 34 932 007 611
E-mail: info@lateralidad.com
  • Lateralidad
  • El centro
  • Diagnóstico y terapia

Diseño web: ©2020 Lladó Comunicación

Top
Utilizamos cookies para poder ofrecerle la mejor experiencia en nuestro sitio web. Si continúa utilizando este sitio asumiremos que está de acuerdo.Estoy de acuerdoNoPolítica de privacidad