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Ciberacoso o ciberbullying escolar: cifras y recursos de ayuda
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Ciberacoso o ciberbullying escolar: cifras y recursos de ayuda

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 21 junio, 2018 Acoso escolar, Ciberacoso, El trastorno de lateralidad

Por Susana Lladó

Hace unos meses publicamos un artículo sobre el acoso escolar (Acoso escolar o bullying: terapia para ayudar a las víctimas) en el que explicamos el perfil de un acosador, el de una víctima, la dinámica que se establece entre ellos y cómo es la terapia que realizamos en nuestro centro para ayudar a las víctimas de este tipo de acoso. En ese artículo abordamos el acoso escolar tradicional, el que se da en las escuelas y las calles; sin embargo, muchos acosadores escogen ejercer su violencia a través de las nuevas tecnologías, y otros amplían el acoso a través de estas mediante lo que se denomina ciberacoso o ciberbullying: un tipo de acoso que está aumentando en nuestro país y que presenta algunas particularidades respecto al acoso escolar tradicional.  Hoy queremos tratar este tema y, sobre todo, ofrecer algunos recursos de ayuda que proporcionan asociaciones especializadas.

 

 

Datos y cifras sobre el ciberacoso

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), España es uno de los países donde más se practica el ciberacoso. La Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña publicaron hace poco un informe que arroja los siguientes datos: uno de cada cuatro casos de acoso escolar es ciberacoso (esta proporción aumenta con la edad: a partir de los 13 años es uno de cada tres casos), las chicas sufren mucho más este tipo de abuso que los chicos (70 -30%), la edad media a la que suele empezar a practicarse es a los 13 años, la plataforma más utilizada por los acosadores es WhatsApp (81 %), el acoso a través de las redes sociales lo padece una tercera parte de la casuística (36 %), el hostigamiento es diario para un 71,8% de las víctimas y suele prolongarse en el tiempo (un 38 % lleva más de un año sufriéndolo y un 40 % entre un mes y un año), la mayoría  de las víctimas son de nacionalidad española y pertenecen a familias convencionales y sin problemas económicos (en el 86% de los casos); los acosadores suelen estudiar en la misma escuela que sus víctimas, actúan en grupo y, normalmente, son de su mismo sexo, y un 30,6 % del ciberacoso va unido a agresiones físicas.

A estos datos hay que sumar el hecho de que la mayoría de las víctimas no pide ayuda a un adulto hasta que ha transcurrido todo un año escolar (habitualmente, a los padres) y aunque el 75 % de los profesores que son informados de un caso de ciberacoso toma alguna medida, las víctimas y sus familias consideran que estas son insuficientes (en un 59 % de los casos).

Llaman la atención dos datos más proporcionados por la Fundación Save the Children como resultado de una encuesta realizada a más de 21.000 niños españoles: la mitad de ellos reconocieron haber realizado ciberacoso en alguna ocasión y muchos de ellos confiesan no saber por qué lo hicieron.

Ciberacoso o ciberbullying escolar: cifras y recursos de ayuda

 

Características propias del ciberacoso

Tal como se explica en un informe del Instituto de la Juventud de España (Injuve), el ciberacoso escolar comparte las mismas características que el acoso escolar tradicional, si bien presenta una serie de características propias que lo distinguen de aquel:

  • Los acosadores utilizan las nuevas tecnologías para intimidar, humillar, amenazar y hostigar a sus víctimas: redes sociales, foros, correos electrónicos, chats, SMS, blogs, etc.
  • Los acosadores causan otro tipo de daños a sus víctimas, como la vulneración y ataque a su privacidad, mediante la difusión de fotos y/o vídeos comprometidos sin contar con su consentimiento.
  • El número de espectadores o testigos de este tipo de acoso es mucho mayor que en el acoso escolar tradicional debido a la capacidad viral de las nuevas tecnologías.
  • La información que los agresores suben a Internet permanece en la red, lo que incrementa exponencialmente la posibilidad de que, posteriormente, otros chicos se unan al hostigamiento.
  • Este acoso se puede realizar en cualquier momento y desde cualquier lugar, de tal forma que no solo se produce en el entorno escolar, sino que continúa después: no cesa y persigue al menor hasta su casa y hasta la hora de dormir, lo cual agrava el daño psicológico en el menor de edad víctima.
  • Tanto el acoso como el ciberacoso escolar constituyen una vulneración de los derechos fundamentales de los menores de edad que lo sufren y les provoca unas secuelas psicológicas que muchas veces se extienden también a sus familiares.

Las formas de ciberacoso escolar son muchas y muy variadas, aunque todas pretenden perjudicar la reputación de la víctima y causarle un daño emocional: agresiones físicas que los agresores cuelgan en Internet y que se difunden rápidamente por la red; la creación de perfiles falsos que suplantan la identidad del acosado para enviar mensajes comprometidos o delictivos; envío reiterado de correos electrónicos ofensivos o extorsionadores, publicación de información falsa sobre la víctima, etc.

 

Sexting, otra forma de ciberacoso

 

 

El diario El País publicó hace tres meses un artículo en el que se afirma que la práctica del sexting (compartir electrónicamente material sexual explícito) se ha incrementado exponencialmente entre los adolescentes en los últimos años, y que cada vez se practica a edades más tempranas: uno de cada siete jóvenes envía mensajes eróticos o pornográficos, uno de cada cuatro los recibe y entre ellos cada vez hay más preadolescentes. El sexting es otra forma que utilizan los ciberacosadores para dañar a sus víctimas: comparten fotos o vídeos hechos en la intimidad sin su consentimiento.

 

Recursos de ayuda

Huelga enumerar las consecuencias que cualquiera de estas prácticas tiene para un adolescente que las sufra: miedo, vergüenza, inseguridad, ansiedad, impotencia, angustia, aislamiento, estrés, sentimiento de culpabilidad, depresión, soledad, pérdida de la autoestima, tristeza y, en algunos casos, el suicidio. Hemos hecho una relación de algunas asociaciones y entidades que ofrecen en sus páginas web recursos de ayuda y material pedagógico e informativo para las escuelas, padres y víctimas del ciberacoso:

 

Pantallas Amigas

Su misión es la promoción del uso seguro y saludable de las nuevas tecnologías y el fomento de una ciudadanía digital responsable en la infancia y adolescencia. En su página web encontraréis una gran cantidad de recursos y material didáctico, así como enlaces a webs específicas muy útiles y a su canal de YouTube. Aquí tenéis algunos::

http://seguridad-redes-sociales.blogspot.com/

http://www.prevencionciberbullying.com/

http://www.pantallasamigas.net/ayuda-para-madres-y-padres.shtm

http://www.pantallasamigas.net/apoyo-a-centros-escolares.shtm

http://www.sexting.es/

http://www.pantallasamigas.net/otros-webs/internet-grooming-net.shtm

Fundación ANAR

Injuve

Save The Children

Instituto Nacional de Ciberseguridad de España

Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Guía para padres y profesores).

Agencia Española de Protección de datos (Sé legal en Internet: guía para jóvenes).

Generalitat de Catalunya

Fuentes:

Aspectos jurídicos del acoso y ciberacoso escolar

https://www.elespanol.com/sociedad/20160920/156984478_0.htmlhttps://gaptain.com/blog/bullying-ciberbullying-acoso-espana/

http://www.elmundo.es/promociones/native/2017/11/07/

Datos sobre Bullying y Ciberbullying en España

‘El silencio roto’, un documental sobre acoso escolar que hay que ver
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‘El silencio roto’, un documental sobre acoso escolar que hay que ver

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 25 octubre, 2017 Acoso escolar, El trastorno de lateralidad 0

Esta semana se ha presentado en la Seminci de Valladolid (la Semana Internacional de Cine de Valladolid es uno de los festivales más antiguos y consolidados de Europa) El silencio roto, un documental sobre acoso escolar que hay que ver por la sensibilidad, realismo y forma en que aborda este problema social.

Su directora y guionista, Piluca Baquero, ha producido más de veinte largometrajes y dirige el Grado en Cine de la Universidad Camilo José Cela, donde es también profesora, pero debuta en el género documental, y como directora, con esta película; un proyecto que decidió llevar a cabo cuando su hija sufrió acoso escolar en la escuela. El silencio roto es una producción de Azotea Films en asociación con Oink y cuenta con la colaboración de AMACAE (Asociación Madrileña contra el Acoso Escolar).

Piluca Baquero afirma que había oído hablar del acoso escolar, pero que no tenía ni idea de lo que era realmente. Un día, su única hija empezó a sufrirlo en la escuela. « Entonces comprendí que las familias que pasan por esto están solas. Nadie te explica muy bien qué hay qué hacer, en el colegio tampoco sabían cómo afrontarlo y los padres del resto de compañeros no acertaban a reaccionar. Fue entonces cuando sentí la necesidad de explicar el drama por el que pasan estos niños y sus familias, para sensibilizar a la sociedad, para que nuestros políticos se dieran cuenta de que el acoso escolar es una lacra y que hay que actuar. Los niños de hoy son los adultos del mañana. Una sociedad sin violencia, sin agresividad, sin taras, es una sociedad mejor», explica.

El silencio roto aborda el acoso escolar a través de casos reales, pero respetando el anonimato de los niños que intervienen en la película. Para ello se ha utilizado el recurso de los dibujos animados (un trabajo del reconocido artista Javier de Juan) y se han mantenido las voces originales (reales) de los cuatro niños protagonistas: María, Victoria, Mario y Emma. El documental, además, incluye la participación de cuatro madres, dos padres y varios expertos: psicólogos, psiquiatras, educadores y abogados.

 

 

Los casos reales de El silencio roto

María tiene seis años y acaba de llegar a un nuevo colegio, pero algunos de sus compañeros han decidido amargarle la llegada: le han puesto un mote y no la dejan en paz. Victoria tiene catorce años y pasó demasiado tiempo sufriendo todo tipo de vejaciones en su centro escolar. El resultado fue que padeció durante años un cuadro de estrés postraumático. Mario tiene ocho años. En el cole le llamaban gordo y tres niños de su clase le pegaban a diario. Perdió por completo su autoestima y comenzó a tartamudear. Emma tiene diez años. El protocolo de acoso escolar la convirtió en la niña señalada de su escuela Se quedó sin amigos.

El largometraje de Baquero se presentó este domingo, 22 de octubre, en la Semana Internacional del Cine de Valladolid, donde concursa en la sección DOC. España. Creemos que sería muy útil que todos los padres lo vieran y comentaran con sus hijos y que en las escuelas también se visionara en cada aula como material a partir del cual trabajar con los alumnos el acoso escolar .

Si estáis interesados en este tema, os invitamos a leer el artículo que publicamos hace poco: Acoso escolar o ‘bullying’, terapia para ayudar a las víctimas

 

Harcèlement scolaire. Thérapie d’aide aux victimes
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Acoso escolar o ‘bullying’, terapia para ayudar a las víctimas

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 25 enero, 2017 Acoso escolar, El trastorno de lateralidad
«En la familia de un niño que ejerce el acoso escolar suele haber algún miembro sádico o perverso y otros miembros que son los sumisos»

 

Acoso escolar: estadísticas mundiales y de España

Según el último informe de la Unesco Poner fin al tormento: cómo abordar el acoso escolar, desde el patio del colegio al ciberespacio, 2 de cada 10 alumnos en el mundo sufren acoso escolar (246 millones de niños y adolescentes). En España, según los datos del Ministerio de Educación, el acoso escolar o bullying afecta al 4 % del alumnado. No obstante, estas estadísticas podrían estar lejos de reflejar la realidad actual, ya que muchos niños que son víctimas de esta violencia psíquica, verbal, física o social no hablan con nadie sobre la situación que están padeciendo porque están atemorizados: “Sus acosadores los amenazan con tomar represalias si le cuentan a alguien lo que están viviendo. Las víctimas de acoso escolar mantienen su silencio incluso durante el primer tiempo de terapia. Hay que trabajar mucho con ellos la confianza y la autoestima para conseguir que empiecen a abrirse y a verbalizar su realidad”, explica Joëlle Guitart, directora de nuestro centro.

 

El perfil del acosador

El perfil del maltratador en el acoso escolar

Según el informe de la fundación ANAR de 2015, en cifras absolutas, el acoso escolar se inflige algo más entre varones que entre mujeres (53 % – 47 %). En cambio, las estadísticas cambian cuando el espacio escogido para acosar es Internet: siete de cada diez víctimas de cyberbullying son chicas. “Habitualmente, el perfil del acosador, cuando hablamos de chicos, es el de un niño o adolescente de complexión fuerte que, a pesar de su cociente intelectual medio-alto o alto-superior, tiene un mal rendimiento escolar. Son chicos agresivos, conflictivos, con necesidad de pelea porque en sus familias también hay algún tipo de violencia o maltrato. Viven en familias enfermas y necesitan descargar con otros la perversión a la que ellos mismos están sometidos. Son niños que necesitan ayuda psicológica y no la reciben. En la familia de un niño que ejerce el acoso escolar suele haber algún miembro sádico o perverso y otros miembros que son los sumisos. El niño reproduce esta dinámica en el colegio convirtiéndose en el maltratador de otra víctima”, afirma Guitart.

 

Si la víctima accede a lo que quiere el maltratador, se va a convertir en su esclavo: el acosador cada vez va a ejercer un mayor abuso. No va a haber límite.

 

Las estadísticas sobre el ciberacoso o acoso a través de las redes sociales y del teléfono móvil coinciden con el perfil de las chicas acosadoras: sus agresiones suelen ser más de tipo psicológico. Maltratan a sus víctimas burlándose de ellas, ridiculizando, sobre todo, su aspecto físico (peso, manera de vestir, etc.) y rechazándolas en el patio y en los trabajos en grupo. Cuanto más tiempo soporta la víctima esta situación de ridiculización, más mermada queda su capacidad para responder a ella. Y aquí empieza su aislamiento.

 

El perfil del acosado

En contra de lo que algunos pudieran pensar, los niños que sufren acoso escolar suelen ser niños muy sociables: no son ni tímidos ni inhibidos. “Lo que ocurre es que son niños nobles, generosos, confiados y sensibles. Son niños que no saben decir “no” o enfrentarse al maltratador. Si este les dice “Tú no juegas”, se quedan arrinconados. Se asustan ante el acosador”, aclara Guitart.

 

La dinámica entre el acosador y la víctima

Acoso escolar o 'bullying', terpia para ayudar a las víctimas_

Por lo general, el acoso escolar o bullying no se lleva a cabo en clase. Los acosadores escogen lugares en los que se sienten impunes, como el lavabo, el comedor, el patio y la salida del colegio. Este último espacio es en el que se dan la mayoría de las agresiones físicas y, aunque las víctimas intentan escabullirse de su acosador, esta actitud suele incitar todavía más su violencia; de tal modo, que incluso se producen amenazas si los padres van a recogerlos a la puerta del colegio.

 

El acoso es un desplazamiento emocional. El maltratador no escoge a su víctima por ser “Pedro”, “María” o “Paula”, sino por su necesidad de expresar violencia hacia alguien a quien identifica como “débil” porque él es el “débil” en su familia.

 

“Si la víctima accede a lo que quiere el maltratador, se va a convertir en su esclavo: el acosador cada vez va a ejercer un mayor abuso. No va a haber límite”, afirma Joëlle Guitart. “Y si el maltratador recibe un “stop” del colegio (toda la escuela conoce estos casos), entonces va a escoger otra víctima, porque el acoso nunca es personal”, añade la especialista.

Joëlle Guitart también explica que, por lo general, cuando una víctima se enfrenta al maltratador, entonces éste pierde sus “armas” y redirige su atención hacia otro niño. “El acoso es un desplazamiento emocional. El maltratador no escoge a su víctima por ser “Pedro”, “María” o “Paula”, sino por su necesidad de expresar violencia hacia alguien a quien identifica como “débil” porque él es el “débil” en su familia.

 

Cómo ayudamos en terapia a los niños víctimas del acoso escolar

Terapia para ayudar a las víctimas del acoso escolar o ‘bullying’

Aunque suelen ser muy buenos alumnos, las víctimas de acoso escolar terminan, a menudo, por dejar de hacer los deberes y negarse a ir al colegio. Cuando llegan a terapia, ya presentan una gran somatización: dolores abdominales y de cabeza, vómitos, alergias, miedos, ansiedad, crisis de angustia, bloqueos, ataques de pánico, bulimia, falta de apetito, principio de anorexia… No pueden, por ejemplo, ir al lavabo sin que les acompañe su madre o quedarse solos en casa (cuando son más mayores). Son niños y adolescentes que han estado sometidos, y soportado, una gran agresividad durante un largo periodo de tiempo. Es muy importante, en este aspecto, que los padres estén muy atentos a lo poco que pueda expresar su hijo antes de llegar a este punto: si un niño relata un episodio de abuso, por mucho que lo minimice al explicarlo, por mucho que lo suavice, su relato debe hacernos saltar la alarma. Detrás de lo que está expresando, lo más probable es que haya mucho más que no se atreve a explicar porque, como decíamos antes, está atemorizado por su acosador.

 

Lo primero que hay que entender es que las víctimas del acoso escolar son personas a las que les han arrebatado su “yo”.

 

En nuestro centro, el 55 % de los pacientes con lateralidad han sufrido o sufren acoso escolar. Por esta razón, desde hace años tratamos a niños y adolescentes con este problema. Lo primero que hay que entender es que las víctimas del acoso escolar son personas a las que les han arrebatado su “yo”. Al principio, cuando se inicia el acoso, inconscientemente les parece imposible lo que están viviendo: por eso no lo ven e incluso justifican al acosador (“No lo ha hecho queriendo”). Se produce una negación. Pero después, cuando van siendo conscientes de la situación a la que se ven sometidos, empiezan a sentir vergüenza de sí mismos, se sienten distintos a los demás niños y empiezan a aislarse. Su “yo”, entonces, se va aniquilando.

Terapia para ayudar a las víctimas del acoso escolar o bullying

En la terapia trabajamos los aspectos que van a resultar esenciales para su recuperación: la valoración, la confianza, la motivación y la integración en el grupo. A través de juegos que están diseñados para que puedan ser realizados sin mayor dificultad y para que en ningún caso se sientan retados (es importante que no perciban ningún tipo de amenaza), se les refuerza constantemente su autoestima haciéndoles saber que lo han hecho bien. Asimismo, se les anima a que escojan ellos mismos el juego al que va a jugar todo el grupo para que la aceptación de los otros empiece a formar parte de su nueva realidad. Otra manera de trabajar las emociones es a través del dibujo: dibujar les permite expresarlas de manera simbólica, lo cual en sí mismo ya supone un gran alivio, y, posteriormente, se les pide que hablen sobre lo que han dibujado. Normalmente, al principio, los niños suelen ser muy parcos en sus comentarios, pero al cabo de unos meses, empiezan a verbalizar sus emociones. Una dinámica parecida es la que se sigue en los juegos de representación (tipo teatro): se trabaja lo que aparece en la historia representada y se positiva. Del mismo modo, el canto es otro elemento muy presente en la terapia que les da “voz” y sirve para cohesionar al grupo, para mostrarles que es posible el compañerismo y la amistad. De esta manera, y paulatinamente, los terapeutas van consiguiendo que estos niños y adolescentes se vayan sintiendo aceptados por otros “iguales”, revirtiendo su experiencia previa. “Es muy frecuente que estos pacientes les pidan a sus padres que quieren ir a terapia más de una vez a la semana (la frecuencia habitual), ya que allí encuentran el espacio para “existir” y para disfrutar de su derecho a un entorno libre de violencia”, concluye Guitart.

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