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¿Por qué nos bloqueamos cuando estamos bajo presión?

Susana Lladó - Lladó Comunicación 26 marzo, 2019 Actualidad, Ansiedad, Aprendizaje 0

Sian Leah Beilock es una psicóloga cognitiva que en 2017 fue galardonada con el prestigioso Premio Troland por sus investigaciones sobre por qué las personas nos bloqueamos cuando estamos bajo presión. Beilock investiga los factores del cerebro y del cuerpo que influyen en nuestro rendimiento variando nuestras habilidades cognitivas y de razonamiento cuando estamos sometidos a estrés. Y lo hace utilizando diversas metodologías, como las técnicas de neuroimagen.

 

Según la especialista, los bloqueos son atascos de información en el cerebro que hacen que rindamos por debajo de nuestras capacidades cuando nos sentimos presionados para hacer algo bien. Sus investigaciones nos han parecido especialmente interesantes por dos motivos: porque las personas con trastorno de lateralidad suelen bloquearse y porque, tal como veremos, muchos bloqueos están causados por un mal funcionamiento de la memoria de trabajo, un síntoma que presentan muchas personas con problemas de lateralidad.

 ¿Por qué nos bloqueamos cuando estamos bajo presión?

Tal como ella explica en numerosas publicaciones y conferencias, cualquier persona puede bloquearse en un momento dado. De hecho, a veces les ocurre incluso a los deportistas de élite cuando todo el mundo está pendiente de ellos. El gran golfista Greg Norman, por ejemplo, experimentó una de estas situaciones en el Masters de Estados Unidos en 1996: tras jugar magníficamente los tres primeros días del torneo, el último día se bloqueó. En el caso de los deportistas, pensar demasiado en lo que están haciendo por su miedo a fallar es lo que, precisamente, provoca el bloqueo: intentan controlar tanto cada aspecto de lo que están haciendo que este análisis acaba siendo contraproducente y dejan de fluir en sus movimientos. Se produce una parálisis por análisis.

Según Beilock, si lo que vamos a hacer es una tarea automática que ya hemos realizado anteriormente muchas veces, una manera de evitar el bloqueo es distraer al cerebro haciendo algo tan simple como cantar, silbar o hacer multiplicaciones mentalmente, por ejemplo: esto ayuda a impedir que las partes del cerebro que podrían interferir en el rendimiento tomen el control. Es decir, se trata de evitar que la parte consciente del cerebro regule demasiado los movimientos que deberían quedar fuera de su control.

Sin embargo, el cerebro también nos puede sabotear el rendimiento de formas distintas a la de “parálisis por análisis”. Una de ellas es cuando las situaciones de presión agotan nuestra memoria de trabajo; una capacidad de procesamiento del cerebro que es clave para muchas de las actividades que realizamos diariamente y que necesitamos que funcione bien cuando damos una conferencia, hacemos una presentación, nos presentamos a un examen, tenemos que responder a las preguntas que nos hace un cliente, etc.

¿Por qué nos bloqueamos cuando estamos bajo presión?

Las personas con talento suelen tener una mayor memoria de trabajo, pero cuando están preocupadas o estresadas, se les sobrecarga. Llama la atención un ejemplo que pone la investigadora sobre este fenómeno. Es un ejemplo de lo que denomina “amenaza estereotipada”: en un estudio, alumnos blancos y negros realizaron una serie de pruebas estandarizadas antes y después de que resultara elegido como presidente Obama. Antes de la elección, los alumnos negros obtuvieron peores resultados que los blancos. Sin embargo, justo después de las elecciones, sus puntuaciones mejoraron tanto que casi igualaron a las de los blancos. Según Beilock, cuando los estudiantes negros pueden superar las preocupaciones provocadas por los estereotipos porque ven a alguien como el presidente Obama que responde directamente a los mitos sobre la variación racial en la inteligencia, su desempeño mejora.

 

La amenaza estereotipada se da cuando las personas con talento no rinden según sus capacidades porque les preocupa confirmar los mitos o clichés culturales: que los niños y las niñas tienen aptitudes diferentes para los estudios de ciencias, que la raza determina las capacidades o cualquier otro. Las investigaciones de Beilock han demostrado que sentirse presionado por si se confirman estos estereotipos disminuye el rendimiento porque la preocupación agota la memoria de trabajo.

 

El equipo de investigación de Beilock también ha demostrado que los estudiantes que no pertenecen a ningún grupo estereotipado, pero que se sienten sobrepasados por la ansiedad, dejan de bloquearse cuando empiezan a practicar meditación. De igual manera, ensayar bajo un estrés moderado situaciones que nos provocan ansiedad, también ayuda a que nos sintamos más cómodos en otras situaciones que, a priori, nos provocarían un estrés mayor.

Conferencia de Sian Leah Beilock sobre el tema (está disponible la transcripción en español).

 

 

«La memoria de trabajo interviene en cualquier aprendizaje y se puede entrenar»
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«La memoria de trabajo interviene en cualquier aprendizaje y se puede entrenar»

Susana Lladó - Lladó Comunicación 11 marzo, 2019 Aprendizaje, El trastorno de lateralidad, Memoria de trabajo, Terapia de lateralidad 0

 

La psicóloga de nuestro centro Meritxell Pujol nos habla en esta entrevista de cómo afecta el trastorno de lateralidad a la memoria de trabajo, un tipo de memoria que es clave en procesos cognitivos que necesitamos realizar continuamente en nuestra vida diaria: leer, comprender lo que leemos, escribir, razonar, orientarnos, etc.

¿Las personas tenemos diferentes tipos de memoria?

La memoria es una función cerebral que, en realidad, está conformada por una red muy compleja de subsistemas de memoria o tipos de memoria que nos permiten codificar, almacenar, organizar y recuperar información muy diversa. Uno de estos subsistemas o tipos de memoria es la memoria de trabajo; la cual, en algunas personas con trastorno de lateralidad, se ve comprometida.

 

¿Qué es la memoria de trabajo? 

Es el tipo de memoria que nos permite mantener en el cerebro datos e información, hacerlos conscientes y transformarlos en nueva información estableciendo relaciones entre ellos. Es decir, es clave en el procesamiento de la información y para que el cerebro pueda llevar a cabo procesos cognitivos que son complejos.

 

¿Cuáles son estos procesos cognitivos?

Comprender el lenguaje, leer, escribir, razonar, realizar operaciones aritméticas, orientarnos, imaginar… ¡La utilizamos y necesitamos continuamente en nuestra vida cotidiana!

 

Decías que algunas personas con trastorno de lateralidad tienen dificultades con la memoria de trabajo

Sí, no es un síntoma que presenten todas las personas con el trastorno, pero sí afecta a un gran porcentaje de ellas y les causa numerosos problemas, tanto a los niños y adolescentes como a los adultos. En los primeros, porque les impide desarrollar su etapa de aprendizaje de manera óptima, y a los adultos porque les afecta en su vida laboral, además de tener repercusiones emocionales, familiares y sociales en todos ellos.

 

Háblanos de esas repercusiones emocionales, sociales y familiares

Como se sienten incapaces para hacer lo que las otras personas hacen con mucha normalidad, se sienten diferentes, se ponen nerviosos y eso les provoca mucha inseguridad y ansiedad; con lo cual, se bloquean a menudo, y ya no solo porque no retengan la información por el problema de memoria, sino por la propia ansiedad. Hay que pensar que cuando se tienen problemas con la memoria de trabajo, las repercusiones son continuas: quizá no se acuerdan de lo que les has contado hace unos días, o de cómo se llaman las personas que les has presentado en una reunión de trabajo.

 

«La memoria de trabajo interviene en cualquier aprendizaje y se puede entrenar»

 

¿Qué repercusiones tiene en el aprendizaje para los niños y adolescentes?

La memoria de trabajo interviene en cualquier aprendizaje, como en el de la lectura, la escritura y las matemáticas. Si uno no puede retener lo que lee, no puede procesar esa información y, en consecuencia, no puede entenderla; con lo cual, no puede darse el aprendizaje. Pero también interviene cuando alguien nos da pautas o directrices, así que hay niños que no retienen lo que los maestros o sus padres les dicen.

 

¿Cómo afecta en la vida laboral?

A estas personas les cuesta aprender nuevos conocimientos y desempeñan su trabajo con mucha lentitud. Por ejemplo, si en la oficina les enseñan cómo funciona un programa nuevo, no pueden retener esa información. O si la persona desempeña tareas administrativas, tiene series dificultades para retener las cifras y realizar cálculos matemáticos con ellas. Además, como son conscientes de sus dificultades y ven que sus compañeros trabajan a un ritmo mucho más rápido, su autoestima se ve muy afectada.  

 

¿Los problemas de memoria de trabajo tienen solución?

Sí, porque la memoria de trabajo se puede entrenar realizando una serie de ejercicios que integramos dentro de la terapia de lateralidad para que la persona pueda retener más tiempo la información y esta pase de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo. Además, como la memoria va muy ligada a otras capacidades como son la atención y a la concentración ―dos síntomas que sí son comunes a todas las personas afectadas por el trastorno― trabajamos las tres capacidades conjuntamente.

 

¿Con qué ejercicios trabajáis la memoria de trabajo?

Los ejercicios se adaptan a las dificultades específicas de cada persona. Hay pacientes que tienen más problemas con la memoria visual, para reconocer caras, por ejemplo; otras, para la memoria numérica o para recordar los nombres de personas o recorridos.  Uno de los ejercicios se hace con un puzle de cubos: tienen que memorizar el patrón que muestra y, después de desmontarlo, reproducirlo juntando de nuevo las piezas. También utilizamos el juego Memory, que consiste en emparejar fichas con la misma imagen (primero las ven todas para que puedan memorizar dónde están y después, tras haberles dado la vuelta, tienen que ir destapándolas por parejas). Después, hay juegos para trabajar la memorización de palabras y…

 

¿En qué consisten estos juegos para memorizar palabras?

Se les da una lista de palabras, que no tienen por qué guardar ninguna relación, y pasado un tiempo se les pide que digan la secuencia, en el mismo orden.

 

¿Hay más tipos de ejercicios?

Sí, los ejercicios de tipo auditivo: yo creo un ritmo, por ejemplo, y ellos tienen que repetirlo respetando los mismos silencios, etc. O los ejercicios con recorridos en los que, además, se trabaja la orientación espacial, que es otro síntoma de lateralidad cruzada: yo dibujo un recorrido en la pizarra y les explico por dónde lo van a tener que iniciar, por dónde tendrán que pasar, dar una vuelta, etc. También hay ejercicios en los que tienen que reproducir los movimientos que yo hago secuencialmente con los brazos y las piernas: por ejemplo, levanto los dos brazos, luego solo la pierna izquierda, luego solo el brazo derecho, etc.

 

¿Los ejercicios son los mismos para los pacientes adultos que para los niños?

No, los adaptamos a la edad del paciente y a su problemática concreta en función de los resultados obtenidos en el test de lateralidad. Hay niños de ocho años, por ejemplo, que tienen un retraso evolutivo, por lo que su edad en ese aspecto corresponde a la de un niño de seis años. Hay que tener en cuenta todos esos aspectos a la hora de diseñar la terapia. Dependiendo del paciente, en lugar de utilizar el juego de Memory, pues quizá utilizamos una foto con muchos detalles, o empezamos por el Memory y vamos aumentando la dificultad después.

 

En general, ¿cómo es la evolución de los pacientes?

Como en la terapia de lateralidad que llevamos a cabo en el centro, trabajamos varias capacidades simultáneamente a través de cada uno de los ejercicios, la evolución es muy buena. Como te decía al principio, los procesos cognitivos no solo implican la memoria, sino también la atención, la concentración, la orientación espaciotemporal, etc. Al trabajarlos todos en paralelo, enseguida hay mejoras significativas en los pacientes.

 

Estudio: jugar con los hijos también beneficia a los padres
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Estudio: jugar con los hijos también beneficia a los padres

Susana Lladó - Lladó Comunicación 5 diciembre, 2018 Actualidad, Aprendizaje, El trastorno de lateralidad 0

Los adultos pensamos que jugar con los niños es más importante para ellos que para nosotros. Sin embargo, un estudio llevado a cabo por la empresa de juguetes Famosa nos da razones de peso para darnos cuenta de que jugar con los hijos también beneficia a los padres, y mucho.

El estudio forma parte de la campaña de Navidad de Famosa de este año; una campaña dirigida directamente a los niños en la que se les pregunta «Por qué tus papás te necesitan».

 

Anuncio de Famosa para la campaña de Navidad de este año.

 

Datos interesantes del estudio

 

El estudio indica que el 60 % de los padres no juega ni dos horas a la semana con sus hijos (casi la mitad alega como impedimento el trabajo), a pesar de que casi todos son conscientes de lo importante que es hacerlo. De hecho, el 54 % de los 500 padres encuestados asegura que cuando juegan con sus hijos se sienten más comunicativos con ellos, y alrededor de un 40 % reconoce volver a sentirse como un niño, que le afloran sentimientos muy positivos y que les permite conocerse mejor a sí mismos.

Otro dato interesante es que la mitad de los padres encuestados declara que jugando aprenden a encontrar soluciones que después les son útiles en otros ámbitos de su vida. Sin embargo, un 18 % de los padres consultados afirma vivir como una obligación el tener que jugar con sus hijos y un 4 % admite no saber cómo jugar con ellos.

 

Cómo beneficia jugar con los hijos

 
Estudio: jugar con los hijos también beneficia a los padres

 

Para fomentar el juego entre padres e hijos, Famosa ha publicado un decálogo realizado por la psicóloga Alicia Banderas con los beneficios que aporta compartir juegos con los hijos. Hemos hecho un resumen de los principales:

 

Jugar con los hijos nos permite sacar la mejor versión de nosotros mismos

Si desconectamos realmente de todo lo demás y nos entregamos al juego, volvemos a recuperar a nuestro niño. Y al concentrarnos en el momento presente, mantenemos alejado el estrés.

Fomenta el pensamiento disruptivo y creativo

En muchas ocasiones, los padres damos directrices a los hijos sobre cómo se deben desarrollar los juegos: nos cuesta aceptar que puedan mezclar las plastilinas de diferentes colores, que le pinten el pelo a una muñeca, etc. Pero si nos dejáramos llevar por su creatividad, descubriríamos muchas cosas sobre la nuestra.

Permite educar en valores de una forma lúdica

El juego vuelve a los niños más receptivos y les predispone a escuchar y aprender. ¡Es el espacio perfecto para transmitirles los valores que queremos inculcarles! Aprovechémoslo para que aprendan a compartir, a tolerar la frustración que supone perder, a desarrollar la paciencia respetando los turnos de un juego, etc.

Nos ayuda a conocer a los hijos en profundidad

Los niños expresan sus emociones a través del juego, por lo que su comportamiento al jugar se convierte en un reflejo de sus vivencias. Si observamos sus actitudes y reacciones, obtendremos mucha información valiosa: lo que les gusta, lo que les enfada, las herramientas que han desarrollado para solucionar sus propios problemas, e incluso si hay algo que les preocupa y no nos cuentan.

Jugar con los hijos crea lazos que perduran toda la vida

Jugar es una forma de comunicarse. Si jugamos con nuestros hijos desde su primera infancia hasta la adolescencia, construimos lazos sólidos que nos unirán durante toda la vida.

Minimiza la sobreestimulación

Jugar al aire libre y con juguetes tradicionales disminuye el riesgo de sobreestimulación que suponen los dispositivos electrónicos.

Permite enseñarles que la vida no son las redes sociales

Es fundamental que los padres actuemos como modelo para nuestros hijos porque ellos imitan lo que hacemos. El juego compartido permite enseñarles que lo valioso son las experiencias que se viven, no el hecho de subir cualquier cosa a las redes sociales. Cuando jugamos con los hijos debemos establecer comunicación visual con ellos porque esto les hará sentir que son lo más importante para nosotros y les enseñará el valor de las experiencias interpersonales de calidad.

El juego preserva su infancia

Los niños deben ser niños. No permitamos que nuestros hijos quemen etapas antes de tiempo adelantando juegos que no les corresponden por edad, y evitemos que se expongan a contenidos violentos o sexualizados. ¡Protejamos su inocencia!

Comprensión lectora: mejor textos impresos que en pantalla digital
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Comprensión lectora: mejor textos impresos que en pantalla digital

Susana Lladó - Lladó Comunicación 27 septiembre, 2018 Actualidad, Aprendizaje, Comprensión lectora, El trastorno de lateralidad 0

Cuando hace unos años aparecieron los primeros e-readers o libros digitales, algunas voces profetizaron la muerte del libro en papel. Y actualmente, en una época en la que muchos estudiantes son nativos digitales, muchas escuelas están apostando por las nuevas tecnologías en las aulas. Sin embargo, los datos nos dicen que la mayoría de las personas preferimos la letra impresa para leer textos que, por su profundidad, presentan cierta dificultad (estos datos incluyen a las personas que dedican buena parte de su tiempo a la lectura en formatos digitales). Además, los últimos estudios sobre el tema apuntan a que el libro tradicional es un formato más idóneo para la comprensión lectora y el aprendizaje basado en textos.

 

Comprensión lectora: mejor textos impresos que en pantalla digital

 

Hasta hace poco, no había pasado el tiempo suficiente desde la implantación del formato digital como para que los estudios sobre la comprensión lectora en uno y otro formato fueran concluyentes, pero ahora, parece que sí, y los resultados revelan que comprendemos mejor los textos impresos que los textos en pantalla digital.

Según los estudios realizados por la especialista en psicología cognitiva, psicología experimental y psicología educativa Rakefet Ackerman y su equipo, comprendemos mejor un texto cuando lo leemos en papel y esta diferencia aumenta cuando el tiempo del que disponemos para la lectura es limitado.

Comprensión lectora: mejor textos impresos que en pantalla digital

 

Otro dato interesante que ha revelado el estudio es que las personas que leen un texto digital tienen un exceso mayor de confianza sobre lo aprendido que las que leen utilizando el formato impreso. Los autores del estudio afirman que “esto se debe a un déficit en los procesos meta-cognitivos responsables de la monitorización de la cantidad y calidad del aprendizaje alcanzado”, según explican los psicólogos del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Valencia Pablo Delgado y Ladislao Salmerón en el artículo El libro no ha muerto: desventaja meta-cognitiva de la lectura en pantalla. No obstante, Ackerman y su equipo también creen que esta desventaja podría salvarse introduciendo procedimientos que ayuden a procesar mejor la información que se lee, como elaborar una lista de palabras clave del texto.

Asimismo, también se ha visto que los estudiantes que toman los apuntes a mano obtienen mejores resultados en los exámenes que los que utilizan el ordenador portátil para tomar este tipo de notas.

Otros estudios realizados recientemente, como el que se cita en el artículo Hace falta papel: lo que se lee en pantalla se entiende peor, publicado hace unos meses en el diario El Español, afirman que los soportes digitales propician la dispersión, dificultan la comprensión de los conceptos abstractos y de la idea global de un texto, aunque facilitan el recuerdo de detalles concretos, y atribuyen la dispersión a los hiperenlaces y a las imágenes que suelen formar parte de una publicación digital, ya que interrumpen el proceso de lectura afectando a la atención.

Otras fuentes;

El País: Los nativos digitales también aprenden mejor con los libros de papel

Científicos del MIT descubren el mecanismo de la plasticidad cerebral
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Científicos del MIT descubren el mecanismo de la plasticidad cerebral

Susana Lladó - Lladó Comunicación 7 agosto, 2018 Actualidad, Aprendizaje, Desarrollo cerebral, El cerebro, El trastorno de lateralidad 0
Imagen: Sur Lab. La fotografía es de una dendrita ―una rama de una neurona― y sus espinas. Fue reconstruida con microscopio electrónico (primer plano) después de haber sido fotografiada con microscopio de dos fotones en un cerebro intacto (fondo).

 

Nuestro cerebro es flexible y está en permanente cambio

 

Los estudios sobre plasticidad cerebral nos dicen que nuestro cerebro es capaz de cambiar su estructura y configuración durante toda la vida en función de nuestras experiencias con el entorno. Las investigaciones en este campo ―también conocido como neuroplasticidad o plasticidad cognitiva― afirman que nuestro cerebro tiene la capacidad para remodelar y fortalecer las conexiones entre las neuronas, las sinapsis. Es decir, que podemos mejorar nuestra capacidad de aprendizaje, nuestras habilidades cognitivas y nuestra memoria, y adaptarnos a nuevas situaciones. E incluso compensar los efectos de lesiones cerebrales estableciendo nuevas redes o, como decíamos, fortaleciendo algunas de ellas.

Nuestro cerebro está en permanente cambio, inclusive en los adultos y personas mayores (leer el artículo Neurogénesis: cómo los adultos podemos desarrollar nuevas neuronas). Y podemos estimular estas modificaciones ejercitando nuestro cerebro a través de la actividad cognitiva y sensorial, el ejercicio físico, las emociones, la nutrición, etc. (ver el vídeo de abajo).

 

Vídeo de un programa de Redes sobre la plasticidad cerebral.

 

Cómo se produce la plasticidad cerebral

 

No obstante, hasta ahora, no se sabía cómo se produce el fenómeno de la plasticidad cerebral. Tengamos en cuenta que nuestro cerebro es un sistema, en el que hay unos cien mil millones de neuronas y miles de sinapsis en constante cambio. Los investigadores tenían la hipótesis de que cuando se establecen nuevas conexiones entre neuronas y cuando algunas sinapsis se fortalecen, debía activarse algún mecanismo de compensación para que se mantuviera el sistema en equilibrio, sin que quedara abrumado por los cambios.

Pues bien, un equipo de investigadores del Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria del MIT ha publicado recientemente un estudio en la revista Science en el que se demuestra cómo logra nuestro cerebro este equilibrio (el estudio se ha realizado con ratones vivos). El resultado es una regla tan fascinante como simple, aunque el trabajo que han llevado a cabo para descubrirla es extremadamente complejo: cuando una conexión, llamada sinapsis, se fortalece, las sinapsis vecinas se debilitan debido a la acción de una proteína llamada Arc. El autor principal del estudio, Mriganka Sur, ha declarado al respecto que está emocionado, pero no sorprendido, de que una regla tan simple rija un sistema tan complejo como es el cerebro: «Los comportamientos colectivos de los sistemas complejos siempre tienen reglas simples», ha declarado. El descubrimiento de esta regla fundamental de la plasticidad cerebral explica cómo el fortalecimiento y el debilitamiento sináptico se combinan en las neuronas para producir plasticidad.

 

El papel determinante de la proteína Arc

 

Una vez que los investigadores comprobaron la regla, quisieron saber el mecanismo por el que las neuronas la obedecen. Para ello tenían que poder observar cómo cambian unos receptores llamados AMPA, que son claves en las sinapsis. Valiéndose de una etiqueta química, vieron que la ampliación y el fortalecimiento de las sinapsis está correlacionado con una mayor expresión del receptor AMPA, del mismo modo que la reducción y el debilitamiento de las sinapsis está correlacionado con una menor expresión de este receptor. La proteína que regula la expresión del AMPA es la proteína Arc, por lo que el equipo se dio cuenta de que tenían que seguir también a Arc para entender del todo el mecanismo. De nuevo, utilizaron una etiqueta química (que tuvo que ser desarrollada por científicos de Japón, ya que nunca antes se había hecho una para el cerebro de un animal vivo) que les permitió observar que las sinapsis fortalecidas estaban rodeadas de sinapsis debilitadas que habían enriquecido la expresión de Arc, y que el fortalecimiento de las sinapsis aumenta la proteína para debilitar las sinapsis vecinas. En otras palabras, Arc es la proteína que mantiene el equilibrio de los recursos sinápticos. Podéis leer la explicación completa del estudio en este enlace.

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Los resultados de esta investigación, así como las nuevas técnicas que los investigadores han desarrollado para llevarlo a cabo, serán de gran utilidad a la comunidad científica para seguir progresando en la investigación del cerebro.

Un estudio del MIT desvela cómo se produce el aprendizaje observacional
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Un estudio del MIT desvela cómo se produce el aprendizaje observacional

Susana Lladó - Lladó Comunicación 7 mayo, 2018 Aprendizaje, El trastorno de lateralidad 0

Qué es el aprendizaje observacional

Solemos decir que para aprender algo no hay nada como experimentarlo en primera persona. Sin embargo, observar la experiencia de otras personas delante de una situación puede enseñarnos incluso más, y sin que tengamos que exponernos a un riesgo. Por poner un ejemplo: si vemos a un perro atacando a un vecino, aprenderemos a mantenernos alejados de ese perro. Este tipo de aprendizaje es el que conocemos como aprendizaje observacional y supone una gran ventaja evolutiva porque favorece nuestra supervivencia. De hecho, gran parte de lo que aprendemos diariamente es gracias a este tipo de aprendizaje.

 

Lo que se sabía hasta ahora y lo que no

Estudios anteriores de exploración en humanos ya habían sugerido que hay dos partes del cerebro que están activas cuando se produce el aprendizaje observacional: la corteza cingulada anterior (ACC) y la amígdala basolateral (BLA). La ACC está involucrada en la evaluación de la información social y la BLA juega un papel clave en el procesamiento de las emociones. Lo que no se sabía hasta ahora es cómo interactúan estas dos regiones para aprender de los demás.

 

El estudio

Un estudio del MIT desvela cómo se produce el aprendizaje observacional

Imagen: Chelsea Turner/MIT.

Para averiguar cómo interactúan estas dos partes del cerebro en el aprendizaje observacional, el equipo del MIT investigó qué sucede en el cerebro de ratones cuando observan a otro ratón recibiendo descargas eléctricas combinadas con una señal (un tono o una luz). Obviamente, los ratones que recibieron las descargas aprendieron a temer la señal y se quedaron en shock al escucharla más tarde, pero los ratones que habían visto lo ocurrido, también se quedaron paralizados de miedo al escuchar la señal un día después (a pesar de no haber sufrido descarga alguna). Es decir, los ratones que habían actuado como observadores habían aprendido a conectar la señal y el shock. Los investigadores fueron un paso más allá para descubrir qué sucedía en la ACC y la BLA cuando los ratones observadores aprendieron a establecer la asociación.

Posteriormente, los investigadores repitieron el experimento y registraron la actividad eléctrica en ambas regiones cuando los ratones aprendieron a hacer la asociación y, después, realizaron un análisis de la trayectoria neuronal: un análisis que muestra cómo las neuronas cambian sus tasas de activación a medida que se aprende un comportamiento. El resultado reveló que la ACC se volvía mucho más activa a medida que los ratones observadores presenciaban la experiencia de los otros ratones y que la ACC transmitía esta experiencia a la BLA, la cual la utilizaba para formar una asociación entre la señal y el shock. En resumen: los dos sistemas trabajan juntos para hacer posible el aprendizaje social. Tal como explica una de las autoras del estudio, Kay Tye: «El cíngulo anterior transmite que hay información relevante para extraer de lo observado. Se trata de traducir información socialmente derivada y enviarla al BLA para asignar allí valor predictivo».

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Podéis leer el artículo sobre la investigación en la web del MIT (en inglés).

‘El cerebro del niño explicado a los padres’, del neuropsicólogo Álvaro Bilbao
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‘El cerebro del niño explicado a los padres’, del neuropsicólogo Álvaro Bilbao

Susana Lladó - Lladó Comunicación 12 abril, 2018 Actualidad, Aprendizaje, Desarrollo cerebral, El cerebro, El trastorno de lateralidad, Emociones 0

‘El cerebro del niño explicado a los padres’

El cerebro de los niños explicado a los padres es un libro que está ayudando a muchos progenitores a educar mejor a sus hijos, y también a muchos educadores. Su autor es Álvaro Bilbao, un neuropsicólogo especializado en un ámbito de la neurociencia muy concreto y hasta hace poco bastante desconocido: el del cerebro de los niños.  Este doctor en Psicología de la Salud se formó en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore y en el Royal Hospital for Neurodisability de Londres y es, además, un excelente divulgador con grandes aptitudes pedagógicas.

‘El cerebro del niño explicado a los padres’, del neuropsicólogo Álvaro Bilbao_Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart

Tal como el propio Álvaro Bilbao explica, todos los padres quieren lo mejor para sus hijos y que estos puedan alcanzar sus metas, pero muchas veces se encuentran perdidos a la hora de ayudarles a conseguirlo. Saber cómo funciona el cerebro de un niño o de un adolescente nos permite entender qué necesitan nuestros hijos, saber cuáles son las claves para educarlos bien y actuar de la mejor manera delante de las situaciones que se van presentando. El cerebro de los niños explicado a los padres es, por tanto, un manual en el que se nos explica de una forma inteligible lo que debemos saber sobre neurociencia para ayudarles a desarrollarse emocional e intelectualmente de una manera óptima, ofreciéndonos herramientas prácticas y muy útiles para guiarlos en su proceso de aprendizaje.

Puntos importantes de ‘El cerebro del niño explicado a los padres’

En los dos vídeos que incluimos en este artículo Álvaro Bilbao expone los puntos esenciales de su libro. Veamos algunos.

 

En el vídeo de arriba, que ha publicado el diario El País, el especialista explica en qué consiste el desarrollo global de un niño: es fundamental procurarle seguridad y un buen desarrollo emocional durante los primeros años de vida, ya que sobre estas dos bases se construirá su mundo intelectual y, cuando sea adulto, conseguirá que sus pensamientos, emociones y acciones vayan en la misma dirección. En el mismo vídeo también explica por qué la educación basada en los premios y castigos no es eficaz, la diferencia entre una norma y un castigo, cómo aprender a ponerles límites, cómo se les puede ayudar a cumplir las normas, por qué es tan importante darles responsabilidades y dejar que tomen decisiones, qué estrategias podemos implementar para enseñarles a gestionar la frustración y que aprendan autocontrol, cómo este (el autocontrol) incide en la corteza frontal, qué criterio deberíamos aplicar a la hora de decidir qué actividades extraescolares deben realizar, el papel del deporte y el juego en el aprendizaje, cómo y hasta dónde hay que dejar que utilicen las nuevas tecnologías, los efectos de la sobreprotección, qué hacer si el niño suspende asignaturas, etc.

 

El cerebro del niño explicado a los padres from Ibercaja Aula en Red on Vimeo.

 

El segundo vídeo es un resumen del libro El cerebro del niño explicado a los padres en el que sintetiza el ABC del cerebro infantil. Nos ha parecido una excelente exposición: sumamente interesante, con explicaciones neurológicas que se entienden perfectamente y que nos dan muchas pistas para mejorar nuestro papel como educadores. A título de ejemplo: el cerebro es una red de conexiones neuronales. Lo que distingue a un niño con buenas habilidades de otro que no las tiene no es el número de neuronas, sino el número de conexiones entre ellas. Cada vez que un niño o un adolescente se enfrenta a una situación nueva y consigue resolverla con éxito, en su cerebro se forma una nueva conexión que, además, le proporciona bienestar. Pues bien, los padres y educadores tenemos un papel fundamental en el establecimiento de esas conexiones. En este punto entran en juego, por ejemplo, los refuerzos (los más eficaces, explica, son siempre los inmateriales, por lo que están al alcance de todos) y nuestro propio comportamiento a la hora de gestionar los problemas o el estrés, ya que el cerebro dispone de un sistema de neuronas espejo que hace que el niño tome decisiones en función del modelo que como padres le ofrecemos.

Actividades artísticas en familia en la Fundación Mapfre BCN
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Actividades artísticas en familia en la Fundación Mapfre BCN

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 22 diciembre, 2017 Actualidad, Aprendizaje, El trastorno de lateralidad 0

 

Actividades artísticas en familia

Realizar actividades artísticas en familia es una buena forma de introducir a los niños en el arte, despertar su interés por la cultura y fomentar su pensamiento crítico.  Hoy nos hacemos eco del programa específico de actividades artísticas y pedagógicas para niños, adolescentes y jóvenes que la Fundación Mapfre tiene en marcha en Barcelona, desde 2004, en la emblemática Casa Garriga Nogués; un programa que gira en torno a las exposiciones que organizan y que está pensado para que, además, los chicos desarrollen habilidades que van a contribuir a su buen desarrollo. ¡Un buen plan para pasar unas horas diferentes en familia estas Navidades!

 

Actividades-taller sobre la exposición de Rodin

Actividades artísticas en familia en la Fundación Mapfre BCN

Actualmente, en la Fundación Mapfre, puede verse una magnífica exposición sobre Rodin; concretamente, sobre una obra en la que el artista trabajó durante más de veinte años y que cambió la concepción de la escultura tal como se había entendido hasta entonces:  La Puerta del Infierno. No, no os asustéis: la exposición es solo una “excusa” para trabajar la creatividad con ellos. Las actividades artísticas programadas han sido diseñadas por un gabinete pedagógico y se llevan a cabo con educadores especializados con el objetivo de que sean didácticas y atractivas. Tanto es así, que la fundación ha diseñado un programa adecuado para las diferentes franjas de edad:

Actividades artísticas para niños de entre 3 y 6 años

¡Imaginación al poder!: se visita la exposición con ellos y, teniendo en cuenta las expresiones de las esculturas y el movimiento que plasman, toda la familia trabaja las emociones y la expresión corporal.

Actividades artísticas a partir de los 7 años

Conexiones: formas y expresiones: después de la visita guiada, los niños (y los padres) tienen la oportunidad de crear sus propias esculturas utilizando las técnicas del artista.

Un paseo por la obra de Rodin: una visita dinámica por la muestra en la que se invita a todos los miembros de las familias a dialogar sobre las obras y se realizan juegos basados en la temática y la técnica del escultor.

Actividades artísticas para adolescentes

Percepciones: la inspiración de Rodin: un taller en el que realizan su propia interpretación de las esculturas tras una visita guiada.

El objetivo de este programa no es darles a los chicos una clase de arte ―aunque seguro que algo aprenderán sobre Rodin―, sino introducirles en la obra del escultor de una manera que vivan como satisfactoria y que consiga estimular su creatividad.

Si tenéis hijos con necesidades educativas especiales, os gustará saber que la fundación también organiza actividades para ellos: actividades en las que se incide en el desarrollo de sus habilidades motoras finas y se promueve su inclusión y participación mientras se les facilita el acceso al mundo del arte.

 

 

La exposición reúne un centenar de esculturas (entre ellas El pensador y El beso) y una treintena de dibujos que raramente han sido expuestos, así como varias maquetas y modelos que permiten seguir el proceso creativo del escultor y la evolución que fue sufriendo la Puerta a lo largo de los años. Considerada como la obra central de la carrera del escultor francés, esta obra monumental ofrece una visión espectacular del infierno, febril y tormentosa, pero también sensual y evocadora (el artista comenzó inspirándose en La Divina Comedia de Dante, abandonando esta referencia después, en favor del infierno “moderno” del poeta Charles Baudelaire en Las Flores del Mal).

La muestra estará abierta hasta el 28 de enero de 2018.  Aquí tenéis la web de la Fundación Mapfre para ampliar la información. Las entradas tienen un precio muy razonable (3 euros) y se pueden comprar online.

Neurogénesis: cómo los adultos podemos desarrollar nuevas neuronas
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Neurogénesis: cómo los adultos podemos desarrollar nuevas neuronas

Susana Lladó - Lladó Comunicación 14 agosto, 2017 Aprendizaje, El cerebro, El trastorno de lateralidad 0

 

Todos sabemos que, a medida que envejecemos, nuestro cerebro va perdiendo neuronas y sinapsis (los mecanismos de comunicación entre ellas). Hasta hace unos años, se creía que los adultos no podíamos desarrollar nuevas neuronas; sin embargo, ahora se sabe que sí es posible. Al proceso de producción de nuevas neuronas en adultos se lo denomina neurogénesis.

 

La neurogénesis

La neurogénesis es uno de los descubrimientos más importantes de la neurobiología y su estudio abre nuevas vías de investigación para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, de trastornos como el autismo, así como de la memoria y el aprendizaje, entre otros campos.

Según los neurólogos que trabajan en el estudio de la neurogénesis, las nuevas neuronas se forman exclusivamente en determinadas áreas del cerebro: en el bulbo olfatorio y en el hipocampo, una región cerebral clave en el aprendizaje que, además, también está involucrada en la memoria, el humor, el estado de ánimo y las emociones. Asimismo, todo parece indicar que las nuevas neuronas en el hipocampo son claves para el aprendizaje temporal de la realización de tareas complejas (leer el artículo de La Vanguardia El ejercicio aeróbico puede aumentar la neurogénesis adulta en el cerebro).

La neurogénesis

Según un artículo publicado en Cells, la neurogénesis en el hipocampo del adulto es sensible a la experiencia; es decir, a los factores ambientales: las experiencias desagradables la disminuyen y las gratificantes la aumentan. Del mismo modo, hay una serie de hábitos que generan la producción de estas nuevas neuronas.

La neurocientífica Sandrine Thuret, del King’s College de Londres, está especializada en el estudio del hipocampo: en particular, estudia la forma en que los cerebros adultos crean nuevas neuronas. Su trabajo está centrado en responder, fundamentalmente, dos preguntas: cómo podemos ayudar a nuestros cerebros sanos a crear nuevas células nerviosas a lo largo de nuestras vidas a través de la dieta y los cambios de comportamiento, y cómo podemos estudiar los efectos de enfermedades como la depresión y el Alzheimer en la capacidad de nuestros cerebros para crecer.

Nos ha gustado especialmente una conferencia que Thuret impartió sobre este tema en el marco de las TED Conferences; una exposición sumamente interesante y, a la vez, divulgativa, sin tecnicismos. Vale la pena escucharla entera (está subtitulada en español). De cualquier forma, os resumimos a continuación algunas de las ideas que nos han parecido más interesantes:

 

 

  • En el laboratorio ya han demostrado que si se frena la capacidad del cerebro adulto de producir nuevas neuronas en el hipocampo, quedan bloqueadas ciertas capacidades de memoria.
  • Estas nuevas neuronas no solo son importantes para la capacidad de la memoria, sino también para la calidad de esta.
  • La neurogénesis juega un papel fundamental en la prevención del deterioro asociado al envejecimiento y el estrés.
  • Aprender nuevos conocimientos, el sexo, la reducción calórica, el consumo de flavonoides y el ejercicio aeróbico moderado aumentan la neurogénesis. Por el contrario, la falta de sueño, la dieta rica en grasas altamente saturadas y el estrés la reducen.

 

Nuestro cerebro necesita tanto focalizar como ‘desfocalizar’
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Para ser eficaz, nuestro cerebro necesita tanto focalizar como ‘desfocalizar’

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 10 julio, 2017 Aprendizaje, Concentración, El cerebro, El trastorno de lateralidad 0

Todos sabemos que, para rendir en el trabajo, y en cualquier actividad intelectual, es importante tener desarrollada la habilidad de focalizar.  Aprender a concentrarnos en aquello que estamos haciendo, evitando distracciones, nos hace más eficientes y nos ahorra mucho tiempo. Sin embargo, para ser eficaz, nuestro cerebro necesita tanto focalizar como desfocalizar, tal como se explica en el artículo Tu cerebro solo puede focalizar hasta cierto punto (Your Brain Can Only Take So Much Focus ), publicado hace unas semanas en Harvard Business Review. Pero vamos por partes.

 

La importancia de focalizar

Vivimos en tiempos de infoxicación; es decir, intoxicados por un exceso de información. En un artículo sobre el tema publicado en Lladó Comunicación, se explica que se trata de «un fenómeno propio de la vida digital en la que estamos inmersos: al vivir hiperconectados, el volumen de información que recibimos supera con creces la capacidad de nuestro cerebro para gestionarlo. Como consecuencia, se produce una “sobrecarga en nuestro sistema” que aumenta nuestro nivel de estrés (Information Fatigue Síndrome) y disminuye nuestras facultades cognitivas: nos cuesta más concentrarnos, ser analíticos (hacemos lecturas más rápidas, pero más superficiales) y tomar decisiones (parálisis o decisiones precipitadas), y se reduce nuestra productividad. Simultáneamente, vamos acumulando frustración al ver que nuestra “lista de tareas pendientes” se va engrosando sin remedio».

 

El peligro de focalizar en exceso

Los expertos en productividad recomiendan algunas prácticas que resultan útiles para ayudarnos a focalizar: hacer listas de tareas, aprender a priorizar, aprender a gestionar el tiempo, aprender a reducir el nivel de estrés (el mayor enemigo de la productividad), etc. No obstante, hay que tener en cuenta que focalizar en exceso agota los circuitos de focalización de nuestro cerebro, lo que puede ir mermando nuestra energía, hacernos perder el autocontrol, volvernos más impulsivos, menos eficaces y colaborativos.

 

Por qué hay que desfocalizar

Investigaciones recientes muestran que es vital tanto focalizar como desfocalizar, ya que el cerebro funciona de manera óptima cuando pasa de un modo a otro. El desenfoque hace posible la actualización de la información en el cerebro, que accedamos a partes profundas de nosotros mismos, que aumente nuestra agilidad, así como la creatividad y la toma de decisiones.

 

Cómo desfocalizar

Según el artículo de Harvard Business Review, cuando desfocalizamos (o dejamos de concentrarnos), ponemos en marcha un circuito cerebral llamado “Red de modo predeterminado o por defecto” (DMN, por sus siglas en inglés Default Mode Network). Hasta ahora, se pensaba que este circuito no tenía ninguna actividad (que no “hacía nada”) porque solo se pone en marcha cuando dejamos de focalizar con esfuerzo. Sin embargo, no es así. En realidad, no estamos descansando: nuestro cerebro activa los viejos recuerdos, va y viene entre el pasado, el presente y el futuro, y recombina ideas utilizando todos estos datos nuevos, a los que antes no tenía acceso, para dar con soluciones creativas, por ejemplo. De hecho, cuando realizamos cualquier esfuerzo, utilizamos el 5 % de energía del cuerpo; en cambio, y aunque resulte sorprendente, cuando estamos en “modo reposo” este circuito utiliza el 20 % (el cerebro está haciendo cualquier cosa menos descansar).

Hay varias maneras simples y eficaces de activar este circuito en el transcurso del día:

 
Usar el sueño positivo constructivo (PCD)

El PCD es un tipo de divagación mental que, incorporado a nuestro día a día, aumenta nuestra creatividad, nos ayuda a explorar y conectar ideas y sentimientos, a recuperar recuerdos e información que creíamos perdidos, fortalece nuestra memoria, mejora la empatía y revitaliza nuestro cerebro.

 

Hacer siestas

Sí, aunque defenestrada por algunos, la siesta “actualiza” nuestro cerebro: durante el sueño, el cerebro establece asociaciones y recupera ideas que estaban en los recovecos de la memoria.

 

Cambiar de actividad, de entorno e incluso de personalidad

Cambiar de actividad intelectual durante unos minutos u horas (el tiempo depende de cada persona y situación), cambiar de entorno, realizar una actividad lúdica e incluso cambiar de personalidad jugando a ser otro para poder adoptar un punto de vista diferente, también nos ayudará a activar el circuito DMN.

 

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