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Reír mejora significativamente nuestra salud (y va muy en serio)
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Reír mejora significativamente nuestra salud (y va muy en serio)

Susana Lladó - Lladó Comunicación 29 noviembre, 2018 Ansiedad social, El cerebro, El trastorno de lateralidad, Emociones, Estrés crónico 0

Todos sabemos que reír nos sienta bien y que mejora nuestro estado de ánimo. Lo que quizá no sabemos es que reír mejora significativamente nuestra salud porque nos protege de numerosas enfermedades. Cuando nos reímos, no solo aliviamos la carga mental: la risa induce cambios físicos en el cuerpo.

 

Estos son los principales beneficios que nos aporta la risa, según las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años:

 

1. La risa detiene la liberación de las hormonas que produce nuestro organismo cuando estamos bajo los efectos del estrés, como el cortisol (una de las más perjudiciales para nuestra salud).

2. Reír desencadena la producción de neuroquímicos que actúan contra la ansiedad y nos calman, como la dopamina.

3. Reír también aumenta la liberación de endorfinas.

4. Como la risa aumenta la cantidad de aire rico en oxígeno, estimula el corazón, los pulmones y los músculos.

5. Alivia el dolor al provocar que el cuerpo produzca sus propios analgésicos naturales.

6. En el trabajo, la risa aumenta el compromiso, la colaboración, la precisión analítica y la productividad, y reduce el absentismo.

7. La risa estimula la actividad de las células que utiliza el sistema inmunitario para defenderse contra enfermedades. Del mismo modo que los pensamientos negativos se manifiestan en reacciones químicas que pueden afectar al cuerpo al provocar estrés y perjudicar al sistema inmunitario, los pensamientos positivos relacionados con la risa pueden liberar neuropéptidos que ayudan a disminuir el estrés y evitar enfermedades potencialmente graves.

8. Nos protege contra las enfermedades del corazón.

9. Reír reduce los niveles de inflamación.

Reír mejora significativamente nuestra salud (y va muy en serio)

10. Se ha demostrado que la risa cambia la forma en la que muchas neuronas del cerebro se comunican entre sí. En concreto, la risa induce las frecuencias gamma, un tipo de ondas cerebrales que mejoran la sincronización de la actividad neuronal, lo que refuerza el recuerdo y la memoria.

11. La risa nos ayuda a construir relaciones sociales porque promueve un sentido de unión y seguridad. Cuando nos reímos, estamos enviando un mensaje a los otros de que “todo está bien”. Asimismo, los estudios aseguran que tenemos 30 veces más probabilidades de reírnos cuando estamos con otras personas que cuando estamos solos.

12. Mejora significativamente la calidad del sueño y la cognición de las personas mayores.

13. Reír mejora el flujo sanguíneo y la circulación, por lo que ayuda a la relajación muscular y a reducir la presión arterial basal.

14. Nos ayuda a enfrentarnos a situaciones difíciles, ya que aumenta nuestra satisfacción personal.

15. La risa tiene un efecto similar a los antidepresivos: activa la liberación del neurotransmisor serotonina, el mismo químico cerebral afectado por los tipos más comunes de antidepresivos, los ISRS.

16. La risa fomenta la conectividad cerebral: debido a que descifrar una risa no es una tarea simple para el cerebro, cada tipo de risa (alegre, burlona, etc.) activa conexiones entre diferentes regiones del cerebro. Esto significa que la risa fomenta la conectividad rigurosa de la región del cerebro que se activa cuando escuchamos una risa, mientras nuestros cerebros trabajan para descifrar qué tipo de comunicación se está produciendo.

17. Y, además, nos ayuda a ser más creativos: cuando estamos relajados, es más probable que se produzca la asociación libre de ideas y, por tanto, la creatividad.

 

Reír mejora significativamente nuestra salud (y va muy en serio)

Según un estudio publicado en la revista Cerebral Cortex, en el que se utilizaron imágenes por resonancia magnética, estas son algunas de las regiones que se activan en nuestro cerebro cuando nos reímos:

1.El hipotálamo lateral: región que participa en una serie de procesos, como promover el comportamiento de excitación y alimentación, reducir la percepción del dolor, las funciones digestivas y la presión arterial.

2.La amígdala: participa en el procesamiento de memorias, toma de decisiones y reacciones emocionales.

3.Cerebelo derecho: importante para la atención visual, el lenguaje y para imaginar los estados emocionales de los demás.

4.El opérculo parietal: parcialmente responsable del procesamiento de los sentidos, como el tacto y la temperatura.

5.La materia gris periacueductal, que desempeña un papel en la analgesia.

6.Las regiones de la corteza prefrontal ventromedial: cuando estas se activan, se liberan las endorfinas.

 

Fuentes:

The Benefits of Laughing in the Office

You Asked: Does Laughing Have Real Health Benefits?

Clínica Mayo

Medical News Today

Six Science-Based Reasons Why Laughter Is The Best Medicine

New Study Proves That Laughter Really Is The Best Medicine

Científicos del MIT descubren el mecanismo de la plasticidad cerebral
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Científicos del MIT descubren el mecanismo de la plasticidad cerebral

Susana Lladó - Lladó Comunicación 7 agosto, 2018 Actualidad, Aprendizaje, Desarrollo cerebral, El cerebro, El trastorno de lateralidad 0
Imagen: Sur Lab. La fotografía es de una dendrita ―una rama de una neurona― y sus espinas. Fue reconstruida con microscopio electrónico (primer plano) después de haber sido fotografiada con microscopio de dos fotones en un cerebro intacto (fondo).

 

Nuestro cerebro es flexible y está en permanente cambio

 

Los estudios sobre plasticidad cerebral nos dicen que nuestro cerebro es capaz de cambiar su estructura y configuración durante toda la vida en función de nuestras experiencias con el entorno. Las investigaciones en este campo ―también conocido como neuroplasticidad o plasticidad cognitiva― afirman que nuestro cerebro tiene la capacidad para remodelar y fortalecer las conexiones entre las neuronas, las sinapsis. Es decir, que podemos mejorar nuestra capacidad de aprendizaje, nuestras habilidades cognitivas y nuestra memoria, y adaptarnos a nuevas situaciones. E incluso compensar los efectos de lesiones cerebrales estableciendo nuevas redes o, como decíamos, fortaleciendo algunas de ellas.

Nuestro cerebro está en permanente cambio, inclusive en los adultos y personas mayores (leer el artículo Neurogénesis: cómo los adultos podemos desarrollar nuevas neuronas). Y podemos estimular estas modificaciones ejercitando nuestro cerebro a través de la actividad cognitiva y sensorial, el ejercicio físico, las emociones, la nutrición, etc. (ver el vídeo de abajo).

 

Vídeo de un programa de Redes sobre la plasticidad cerebral.

 

Cómo se produce la plasticidad cerebral

 

No obstante, hasta ahora, no se sabía cómo se produce el fenómeno de la plasticidad cerebral. Tengamos en cuenta que nuestro cerebro es un sistema, en el que hay unos cien mil millones de neuronas y miles de sinapsis en constante cambio. Los investigadores tenían la hipótesis de que cuando se establecen nuevas conexiones entre neuronas y cuando algunas sinapsis se fortalecen, debía activarse algún mecanismo de compensación para que se mantuviera el sistema en equilibrio, sin que quedara abrumado por los cambios.

Pues bien, un equipo de investigadores del Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria del MIT ha publicado recientemente un estudio en la revista Science en el que se demuestra cómo logra nuestro cerebro este equilibrio (el estudio se ha realizado con ratones vivos). El resultado es una regla tan fascinante como simple, aunque el trabajo que han llevado a cabo para descubrirla es extremadamente complejo: cuando una conexión, llamada sinapsis, se fortalece, las sinapsis vecinas se debilitan debido a la acción de una proteína llamada Arc. El autor principal del estudio, Mriganka Sur, ha declarado al respecto que está emocionado, pero no sorprendido, de que una regla tan simple rija un sistema tan complejo como es el cerebro: «Los comportamientos colectivos de los sistemas complejos siempre tienen reglas simples», ha declarado. El descubrimiento de esta regla fundamental de la plasticidad cerebral explica cómo el fortalecimiento y el debilitamiento sináptico se combinan en las neuronas para producir plasticidad.

 

El papel determinante de la proteína Arc

 

Una vez que los investigadores comprobaron la regla, quisieron saber el mecanismo por el que las neuronas la obedecen. Para ello tenían que poder observar cómo cambian unos receptores llamados AMPA, que son claves en las sinapsis. Valiéndose de una etiqueta química, vieron que la ampliación y el fortalecimiento de las sinapsis está correlacionado con una mayor expresión del receptor AMPA, del mismo modo que la reducción y el debilitamiento de las sinapsis está correlacionado con una menor expresión de este receptor. La proteína que regula la expresión del AMPA es la proteína Arc, por lo que el equipo se dio cuenta de que tenían que seguir también a Arc para entender del todo el mecanismo. De nuevo, utilizaron una etiqueta química (que tuvo que ser desarrollada por científicos de Japón, ya que nunca antes se había hecho una para el cerebro de un animal vivo) que les permitió observar que las sinapsis fortalecidas estaban rodeadas de sinapsis debilitadas que habían enriquecido la expresión de Arc, y que el fortalecimiento de las sinapsis aumenta la proteína para debilitar las sinapsis vecinas. En otras palabras, Arc es la proteína que mantiene el equilibrio de los recursos sinápticos. Podéis leer la explicación completa del estudio en este enlace.

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Los resultados de esta investigación, así como las nuevas técnicas que los investigadores han desarrollado para llevarlo a cabo, serán de gran utilidad a la comunidad científica para seguir progresando en la investigación del cerebro.

La fascinante historia del niño autista que hoy es un gran compositor
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La fascinante historia del niño autista que hoy es un gran compositor

Susana Lladó - Lladó Comunicación 1 julio, 2018 El cerebro 0

• Su padre es el escritor japonés y Premio Nobel Kenzaburo Oé

• Su madre, en contra de las opiniones médicas, decidió que fuera operado de la hidrocefalia con la que nació, a pesar de los graves riesgos que comportaba la intervención

Hay vidas que son un ejemplo de vida, historias fascinantes que lo son porque están protagonizadas por personas excepcionales. Esta es una de ellas: la de Hikari Oé, un niño autista que hoy es un gran compositor gracias a la perseverancia de sus padres y de una profesora de música, y a que todos ellos supieron vislumbrar en él lo que parecía impensable. Pero antes de contaros su historia, que está repleta de hechos singulares, os explicamos cómo llegamos a ella, porque todo está relacionado, como si fuera el hilo de Ariadna.

El otro día, el diario El País publicó el vídeo de la charla Por qué es tan importante cómo miras a tu hijo que dio el escritor Álex Rovira. En su intervención, Rovira explica que si en la escuela y en casa cada niño recibiera la mirada apreciativa que da alas, esa mirada haría que cada uno de ellos llegue a ser lo que es capaz de ser, porque no somos conscientes de hasta qué punto nuestra mirada, nuestra forma de relacionarnos con los otros sin prejuicios, condiciona las posibilidades de realización del otro. Al final del vídeo, para ilustrar sus propias palabras, el escritor pone el ejemplo de Hikari Oé explicando brevemente su historia. Nos pusimos a buscar en Internet porque queríamos saber más y aquí está el resumen de lo que hemos encontrado.

En 1962, Yukari Itami, la mujer del escritor japonés Kenzaburo Oé, se quedó embarazada del que iba a ser el primer hijo de la pareja. El niño nació con hidrocefalia. Su única posibilidad de supervivencia pasaba por practicarle una intervención que los propios médicos desaconsejaron, ya que la operación implicaba seccionar una parte de su cerebro, lo que le causaría daños severos e irreversibles. Kenzaburo era de la misma opinión que los médicos, pero la madre no: afirmó que prefería suicidarse antes que perder a su hijo. Fue entonces cuando el escritor vivió una experiencia que le hizo cambiar de opinión: se fue a Hiroshima para escribir un artículo sobre los médicos que trataban a las víctimas de la radiación y allí fue consciente de cómo estas personas eran capaces de superar el dolor y la adversidad para seguir viviendo. Operaron a Hikari y el niño sobrevivió a la intervención, pero con graves secuelas permanentes: epilepsia, problemas importantes de visión y motricidad, y autismo. El niño no hablaba, no se comunicaba de ninguna forma y apenas se movía. “Era como una flor preciosa”, decían sus padres.

Un día, la madre se percató de que Hikari mostraba alguna respuesta cuando oía cantar a los pájaros, así que le compraron un disco en el que se catalogaba el trino de unas 70 aves diferentes. Un tiempo después, Hikari pronunció su primera palabra: fue en un parque, al oír el canto de un pájaro. Dijo el nombre del pájaro. Había memorizado e identificado todos los sonidos del disco. Sus padres se dieron cuenta de que también identificaba composiciones musicales, así que buscaron una profesora de música para su hijo. Y aquí es donde aparece otra persona que también resulta ser clave en esta historia: la profesora Tamura. Primero le enseñó melodías sencillas que él pudiera repetir con un dedo en el piano, pero pronto se dio cuenta de que Hikari aprendía muy rápido, por lo que decidió dejar de dar clase a sus otros alumnos para concentrase en el trabajo que estaba haciendo con él. Hikari aprendió solfeo y notación musical, y a tocar el piano. Y empezó a componer sus propias piezas musicales.

Sin duda, esta historia es también una historia de dolor: solo hay que leer las obras del padre (ganó el Premio Nobel en 1994). En 1964, en el libro Una cuestión personal, Kenzaburo Oé escribió: “Si quiero enfrentar mi responsabilidad, solo tengo dos caminos: o le estrangulo con mis propias manos o lo acepto y lo crío. Lo sé desde el principio, pero no he tenido valor para aceptarlo…”. No obstante, también es una historia de amor y superación que ilustra perfectamente el hecho de que la mirada apreciativa de los otros tiene una capacidad transformadora inimaginable: es capaz de extraer lo mejor de cada uno de nosotros, todo nuestro potencial.

Si queréis profundizar en los detalles de la vida de los protagonistas os recomendamos leer el relato de Juan Forn en Página 12, relato en el que nos hemos basado nosotros. También es interesante leer el artículo Miles de personas descubren la historia del Nobel Kenzaburo Oé gracias a Twitter que publico Verne hace unos meses.

‘La vida secreta del cerebro’: una teoría revolucionaria sobre las emociones
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‘La vida secreta del cerebro’: una teoría revolucionaria sobre las emociones

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 18 mayo, 2018 Actualidad, El cerebro, El trastorno de lateralidad, Emociones 0

Lisa Feldman Barret es neurocientífica, catedrática de Psicología por la Northeastern University (Massachusetts), miembro electo de la Royal Society of Canada y ha recibido el premio NIH Director’s Pionner por su investigación pionera sobre las emociones y el cerebro, además de colaborar, por ejemplo, con la Escuela de Medicina de Harvard. Conviene hacer esta presentación antes de hablar de su libro La vida secreta del cerebro porque con la teoría que desarrolla en él cuestiona todo lo que hasta ahora dábamos por sentado sobre la construcción de las emociones; es decir, afirma que la teoría clásica es incorrecta y presenta una teoría revolucionaria que representa un nuevo paradigma sobre la mente humana.

 

Qué dice la teoría clásica 

Grosso modo, la teoría clásica sobre las emociones afirma que estas son producto de la evolución debido a que se mostraron útiles para nuestra supervivencia, que las llevamos incorporadas desde que nacemos, que son definidas y reconocibles, que se alojan en diferentes partes del cerebro, que son universales y que se desencadenan de manera automática cuando algo las activa. Las manifestamos con el rostro, la voz y la postura corporal, y provocan cambios físicos en nuestro organismo: aceleración de la respiración y el corazón, activación de las glándulas sudoríparas, etc. Según la teoría hasta ahora aceptada, tenemos muchos circuitos emocionales en el cerebro y cada uno de ellos provoca un conjunto característico de cambios, como si fuera una huella dactilar. En otras palabras, se cree que los sucesos pueden activar las neuronas de la alegría, las neuronas del miedo, etc., y que dado que identificamos y experimentamos estas emociones, a cada una de ellas le debe corresponder una pauta subyacente concreta en el cerebro y en el cuerpo.

 

‘La vida secreta del cerebro’

 

Lisa Feldman Barret asegura que no hay ninguna prueba científica de que estas supuestas huellas dactilares físicas sean constantes, ni para una sola emoción (hay muchos experimentos que concluyen que sí, de la misma manera que hay otros muchos que concluyen que no); que las emociones nos son universales y que las creamos nosotros; es decir, que se construyen socialmente. Por este motivo ha denominado a su teoría “La teoría de la emoción construida”: “Vemos que las emociones no son monolíticas, sino que están hechas de componentes más básicos; que en lugar de ser universales varían de una cultura a otra; que no son provocadas, sino que las creamos nosotros; que surgen de una combinación entre las propiedades físicas del cuerpo, un cerebro flexible cuyas conexiones reflejan el entorno en el que se desarrolla, y la cultura y la educación que ofrecen ese entorno. Las emociones son reales, pero no en el mismo sentido objetivo que las moléculas o las neuronas. Son reales en el sentido en que lo es el dinero, es decir, no son una ilusión, pero sí un producto del consenso humano. Esta visión, a la que llamo «teoría de la emoción construida», ofrece una interpretación muy diferente”, explica la especialista en su libro.

 

Implicaciones

Lisa Feldman Barret es muy consciente de que su teoría parece ilógica porque, de hecho, experimentamos las emociones como si respondieran a la teoría clásica, pero alerta sobre las implicaciones de nuestras creencias al respecto. Veamos algunos de los ejemplos que ella misma ofrece en el libro:

  1. Pensemos en la última vez que hemos pasado por la seguridad de un aeropuerto: unos agentes taciturnos pasan nuestros zapatos por rayos X y evalúan la probabilidad de que supongamos una amenaza terrorista. No hace mucho, un programa de formación llamado SPOT (siglas en inglés de «comprobación de pasajeros mediante técnicas de observación») enseñaba a esos agentes a detectar engaños y evaluar riesgos basándose en movimientos faciales y corporales, partiendo de la teoría de que estos movimientos revelan nuestros sentimientos más íntimos. El programa no funcionó, pero costó novecientos millones de dólares a los contribuyentes. Debemos entender la emoción de una manera científica para que los agentes del gobierno no nos detengan —o no pasen por alto a quienes supongan una amenaza— basándose en una visión errónea de las emociones.
  2. Imaginemos ahora que una persona se halla en la consulta de un médico diciendo que siente una opresión en el pecho y que le cuesta respirar; síntomas que pueden indicar un infarto de miocardio. Si la persona es una mujer, lo más probable es que se le diagnostique ansiedad y se la envíe a casa, mientras que si es un varón es más probable que se le diagnostique una cardiopatía y se le aconseje un tratamiento preventivo. Como consecuencia, las mujeres de más de sesenta y cinco años fallecen por infarto con más frecuencia que los varones. Las percepciones de los médicos, del personal de enfermería y de los mismos pacientes reflejan las creencias de la visión clásica de que emociones como la ansiedad se pueden detectar y de que las mujeres son intrínsecamente más sensibles a las emociones que los varones… Unas creencias que pueden tener consecuencias mortales.
  3. La creencia en la visión clásica incluso puede «provocar» guerras. La guerra del Golfo en Irak se debió, en parte, a que el hermanastro de Sadam Huseín creyó que podía «leer» las emociones de los negociadores estadounidenses y dijo a Sadam que Estados Unidos no hablaba en serio al decir que atacaría. La posterior guerra acabó con la vida de 175.000 iraquíes y de centenares de militares de la coalición.

En este enlace podéis leer el primer capítulo de ‘La vida secreta del cerebro‘  (la autora utiliza un ejemplo como hilo conductor que es muy esclarecedor y que hemos omitido para no extendernos demasiado en este artículo).

‘El cerebro del niño explicado a los padres’, del neuropsicólogo Álvaro Bilbao
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‘El cerebro del niño explicado a los padres’, del neuropsicólogo Álvaro Bilbao

Susana Lladó - Lladó Comunicación 12 abril, 2018 Actualidad, Aprendizaje, Desarrollo cerebral, El cerebro, El trastorno de lateralidad, Emociones 0

‘El cerebro del niño explicado a los padres’

El cerebro de los niños explicado a los padres es un libro que está ayudando a muchos progenitores a educar mejor a sus hijos, y también a muchos educadores. Su autor es Álvaro Bilbao, un neuropsicólogo especializado en un ámbito de la neurociencia muy concreto y hasta hace poco bastante desconocido: el del cerebro de los niños.  Este doctor en Psicología de la Salud se formó en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore y en el Royal Hospital for Neurodisability de Londres y es, además, un excelente divulgador con grandes aptitudes pedagógicas.

‘El cerebro del niño explicado a los padres’, del neuropsicólogo Álvaro Bilbao_Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart

Tal como el propio Álvaro Bilbao explica, todos los padres quieren lo mejor para sus hijos y que estos puedan alcanzar sus metas, pero muchas veces se encuentran perdidos a la hora de ayudarles a conseguirlo. Saber cómo funciona el cerebro de un niño o de un adolescente nos permite entender qué necesitan nuestros hijos, saber cuáles son las claves para educarlos bien y actuar de la mejor manera delante de las situaciones que se van presentando. El cerebro de los niños explicado a los padres es, por tanto, un manual en el que se nos explica de una forma inteligible lo que debemos saber sobre neurociencia para ayudarles a desarrollarse emocional e intelectualmente de una manera óptima, ofreciéndonos herramientas prácticas y muy útiles para guiarlos en su proceso de aprendizaje.

Puntos importantes de ‘El cerebro del niño explicado a los padres’

En los dos vídeos que incluimos en este artículo Álvaro Bilbao expone los puntos esenciales de su libro. Veamos algunos.

 

En el vídeo de arriba, que ha publicado el diario El País, el especialista explica en qué consiste el desarrollo global de un niño: es fundamental procurarle seguridad y un buen desarrollo emocional durante los primeros años de vida, ya que sobre estas dos bases se construirá su mundo intelectual y, cuando sea adulto, conseguirá que sus pensamientos, emociones y acciones vayan en la misma dirección. En el mismo vídeo también explica por qué la educación basada en los premios y castigos no es eficaz, la diferencia entre una norma y un castigo, cómo aprender a ponerles límites, cómo se les puede ayudar a cumplir las normas, por qué es tan importante darles responsabilidades y dejar que tomen decisiones, qué estrategias podemos implementar para enseñarles a gestionar la frustración y que aprendan autocontrol, cómo este (el autocontrol) incide en la corteza frontal, qué criterio deberíamos aplicar a la hora de decidir qué actividades extraescolares deben realizar, el papel del deporte y el juego en el aprendizaje, cómo y hasta dónde hay que dejar que utilicen las nuevas tecnologías, los efectos de la sobreprotección, qué hacer si el niño suspende asignaturas, etc.

 

El cerebro del niño explicado a los padres from Ibercaja Aula en Red on Vimeo.

 

El segundo vídeo es un resumen del libro El cerebro del niño explicado a los padres en el que sintetiza el ABC del cerebro infantil. Nos ha parecido una excelente exposición: sumamente interesante, con explicaciones neurológicas que se entienden perfectamente y que nos dan muchas pistas para mejorar nuestro papel como educadores. A título de ejemplo: el cerebro es una red de conexiones neuronales. Lo que distingue a un niño con buenas habilidades de otro que no las tiene no es el número de neuronas, sino el número de conexiones entre ellas. Cada vez que un niño o un adolescente se enfrenta a una situación nueva y consigue resolverla con éxito, en su cerebro se forma una nueva conexión que, además, le proporciona bienestar. Pues bien, los padres y educadores tenemos un papel fundamental en el establecimiento de esas conexiones. En este punto entran en juego, por ejemplo, los refuerzos (los más eficaces, explica, son siempre los inmateriales, por lo que están al alcance de todos) y nuestro propio comportamiento a la hora de gestionar los problemas o el estrés, ya que el cerebro dispone de un sistema de neuronas espejo que hace que el niño tome decisiones en función del modelo que como padres le ofrecemos.

El diálogo activo con los hijos modifica y estimula su desarrollo cerebral
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El diálogo activo con los hijos modifica y estimula su desarrollo cerebral

Susana Lladó - Lladó Comunicación 26 febrero, 2018 Desarrollo cerebral, El cerebro, El trastorno de lateralidad 0

Científicos del MIT han comprobado que la conversación entre los adultos y los niños cambia y estimula el cerebro de estos (fotografía del MIT).

 

Dialogar con los hijos modifica y estimula su desarrollo cerebral, según un estudio del MIT publicado el pasado 14 de febrero. Los investigadores han comprobado que cuando un niño tiene conversaciones activas con sus padres, aumenta la respuesta en el área de Broca, una de las dos áreas principales del cerebro; lo que sugiere que los padres pueden tener una influencia considerable en el desarrollo del lenguaje y del cerebro de sus hijos. “Lo importante no es hablarle al hijo, sino hablar con el hijo. No se trata de trasladar el lenguaje al cerebro del niño, sino de mantener una conversación activa con él”, ha declarado Rachel Romeo, estudiante graduada de Harvard y del MIT, y autora principal del artículo publicado en Psychological Science.

La investigación ―realizada en niños de entre 4 y 6 años― muestra que las diferencias halladas en el número de “giros conversacionales” explicaban una gran parte de las diferencias en la fisiología del cerebro y en las habilidades del lenguaje que encontraban entre los niños. Este hallazgo se aplica a todos los niños independientemente de los ingresos y educación de los padres. Esta última conclusión es especialmente relevante, ya que en 1995 se publicó un estudio que afirmaba que los niños de 3 años de hogares con bajos ingresos escuchan 30 millones de palabras menos que los niños de hogares con ingresos altos, un hecho que daba a entender que los niños de comunidades pobres ya iban rezagados al empezar la guardería. Ahora, este estudio del MIT nos aclara que las conversaciones activas, en las que los niños responden verbalmente a sus padres y viceversa, son mucho más importantes que el número de palabras vertidas sobre los niños (el número de palabras que escuchan), independientemente de los ingresos anuales de la familia y de la educación de los progenitores. “Creemos que esto se debe a que en el diálogo activo hay una práctica de prestar atención a la otra persona que implica muchos vínculos emocionales y sociales, y que es más relevante que el número de palabras escuchadas”, explica el neurocientífico John Gabrieli, director del Instituto McGovern para la Investigación del Cerebro del MIT y coautor del estudio. Este tipo de conversación brinda a los niños la oportunidad de practicar sus habilidades de comunicación, incluida la capacidad de comprender lo que otra persona intenta decir y de responder de manera apropiada.

El diálogo activo con los hijos modifica y estimula su desarrollo cerebral

“Este descubrimiento es tranquilizador: el nivel socioeconómico es difícil de cambiar. En cambio, aumentar la cantidad de conversaciones que los padres tienen diariamente con sus hijos es más factible; un objetivo que se puede accionar para tratar de cerrar la brecha de logros y brindar a los niños el mejor desarrollo cerebral. Aunque dedicar tiempo a la conversación puede ser un desafío para algunas familias debido a los horarios actuales, es importante que los padres sepan que dialogar un rato cada día marca una gran diferencia”, añade Romeo.

Hay padres que permiten que sus hijos pasen cada vez más tiempo delante de una pantalla de ordenador, tablet, teléfono móvil o televisión. Los investigadores advierten de que estas tecnologías no tienen el mismo poder emocional que la conversación humana. El propio MIT publicó anteriormente un estudio en el que se dice que los juegos interactivos de iPad y las presentaciones educativas de Netflix, por poner dos ejemplos, pueden ser útiles a la hora de abrir un mundo de aprendizaje y comunicación para los niños pequeños, pero esta nueva investigación concluye que ninguno de estos medios es tan eficaz para el desarrollo temprano del cerebro como la “conversación de ida y vuelta”. Los datos muestran que es este diálogo interactivo el que está más relacionado con el procesamiento neuronal; un diálogo que también se puede practicar con niños mucho más pequeños haciendo sonidos y sirviéndose de las muecas.

“Lo realmente novedoso de nuestro trabajo es que proporciona la primera evidencia de que la conversación familiar en el hogar está asociada con el desarrollo cerebral en los niños. Es casi mágico cómo la conversación parental parece influir en el crecimiento biológico del cerebro “, concluye John Gabrieli.

 

El estrés crónico favorece la toma de decisiones arriesgadas, según el MIT
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El estrés crónico favorece la toma de decisiones arriesgadas, según el MIT

Susana Lladó - Lladó Comunicación 21 noviembre, 2017 El cerebro, El trastorno de lateralidad, Estrés crónico 0

La imagen de arriba es una ilustración de Christine Daniloff/MIT.

 

El estrés crónico favorece la toma de decisiones arriesgadas

Tomar decisiones sobre cuestiones importantes no es fácil, y la elección se complica cuando barajamos dos opciones que incluyen tanto elementos positivos como negativos. Este tipo de situación es la que se conoce como «conflicto de coste-beneficio», por ejemplo: tener que decidir entre un puesto de trabajo con un salario alto y largas jornadas laborales o un puesto de trabajo no tan bien remunerado, pero que nos permitiría disponer de más tiempo para nuestra vida personal.

Pues bien, un equipo de neurocientíficos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha descubierto que tomar decisiones del tipo coste-beneficio cuando sufrimos estrés crónico nos hace propensos a elegir opciones de alto riesgo y alto rendimiento. En otras palabras, el estrés crónico favorece la toma de decisiones arriesgadas.

 

Estudio previo

En 2015, los neurólogos Ann Graybiel, profesora del MIT; Alexander Friedman, científico investigador del McGovern Institute, y sus colegas identificaron por primera vez el circuito cerebral implicado en la toma de decisiones que involucra un conflicto de costo-beneficio. El circuito comienza en la corteza prefrontal medial, que es responsable del control del estado de ánimo, y se extiende a grupos de neuronas llamadas estriosomas, que se encuentran en el cuerpo estriado; una región asociada con la formación de hábitos, la motivación y el refuerzo de recompensas.

 

Estos hallazgos ayudan a explicar, por ejemplo, cómo el estrés contribuye al abuso de sustancias, tal como ha declarado Amy Arnsten, profesora de neurociencia y psicología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.

 

El estudio actual

En este estudio, realizado con ratones, los neurólogos han constatado que el estrés crónico favorece las elecciones de alto riesgo: «El resultado es que el animal ignora el alto coste y elige la alta recompensa», afirma Friedman. Estos hallazgos ayudan a explicar, por ejemplo, cómo el estrés contribuye al abuso de sustancias, tal como ha declarado Amy Arnsten, profesora de neurociencia y psicología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.  Los investigadores también han descubierto que esta toma de decisiones anormal se debe a deficiencias en el circuito cerebral responsable de las decisiones y han podido restaurar el comportamiento normal de los animales manipulando dicho circuito.

Si se lograra desarrollar un método para manipular este circuito en humanos, se podría ayudar a los pacientes que son propensos a tomar decisiones poco acertadas, como a las personas con depresión, adicciones y ansiedad. «Es un hecho emocionante: hemos encontrado un microcircuito de neuronas en el estriado que podríamos manipular para revertir los efectos del estrés en este tipo de toma de decisiones. Esto para nosotros es extremadamente prometedor, pero somos conscientes de que hasta ahora estos experimentos están limitados a ratas y ratones», ha declarado Ann Graybiel, quien también es miembro del Instituto McGovern para la Investigación del Cerebro.

La investigación ha sido financiada por el Instituto Nacional de Salud / Instituto Nacional de Salud Mental, la Fundación CHDI, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa y la Oficina de Investigación del Ejército de EE. UU., la Fundación de Distonía y Parkinson Bachmann-Strauss, el William N. y Bernice E. Bumpus Foundation, Michael Stiefel, la Fundación Saks Kavanaugh, y John Wasserlein y Lucille Braun.

Si queréis profundizar en los detalles del estudio, podéis leer el artículo en la web del MIT (en inglés).

 

Bailar tiene múltilpes beneficios para el cerebro, según la neurociencia
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Bailar tiene múltiples beneficios para el cerebro, según la neurociencia

Susana Lladó - Lladó Comunicación 17 octubre, 2017 Bailar y cerebro, El cerebro, El trastorno de lateralidad 0

 

Bailar es una manifestación (y una habilidad, se nos dé mejor o peor) exclusiva del ser humano. Desde niños expresamos el ritmo de forma natural al cantar, al movernos y al bailar. Sin embargo, hasta los pasos más sencillos de un baile requieren una intrincada coordinación mental. En las últimas décadas, y gracias al avance en las técnicas de neuroimagen, la neurociencia ha realizado numerosas investigaciones sobre qué le ocurre a nuestro cerebro cuando bailamos y las conclusiones son mucho más sorprendentes de lo que, a priori, uno pudiera esperar. Vamos a ver por qué bailar tiene múltiples beneficios para el cerebro, según la neurociencia, pero antes avanzamos tres apuntes para empezar a motivarnos:

 

  1. Bailar ―al igual que las actividades cognitivas estimulantes como jugar a juegos de mesa, leer y escribir, y comer de manera saludable y hacer ejercicio― contribuye a prevenir del deterioro cerebral, según la Escuela Albert Einstein de Medicina  de Nueva York (entre otras muchas instituciones).
  2. No importa si se baila salsa, mambo, claqué, danza moderna o tango para beneficiarse de lo que nos reporta el baile; aunque, como veremos, hay algunas diferencias a tener en cuenta.
  3. Los beneficios del baile se perciben en el cerebro enseguida, incluso los más profundos.

 

Beneficios generales de bailar

Bailar tiene múltilpes beneficios para el cerebro, según la neurociencia

Desde el punto de vista neurológico, bailar implica percepción auditiva y visual, equilibrio, coordinación motriz y memoria. Necesitamos recordar secuencias de movimientos, coordinar estos movimientos en unos tiempos que nos marca el ritmo de la música y ejecutarlos en un espacio. Si bailamos con otra persona o en grupo, a todo ello se le sumará la comunicación y la empatía con los demás. Pues bien, bailar estimula áreas como el hipocampo: un área asociada a la memoria, la capacidad espacial, la coordinación del cuerpo y las emociones. Además, al bailar, los diferentes sistemas cerebrales aprenden a interactuar juntos, a ser eficientes conjuntamente; en especial, el sistema nervioso, que es el encargado, entre otras cosas, de crear los procesos necesarios para producir movimiento.

«Aunque queda mucho por seguir estudiando, las investigaciones que se han hecho al respecto han determinado que la danza, desde el punto de vista neurológico, es un proceso complejo en el que se activan circuitos neuronales motores y sensoriales, a la vez que la música estimula los centros de recompensa del cerebro», explica el Dr. Pablo Irimia, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN). «Además, se ha determinado que mientras unas áreas del cerebro se encargan de la orientación corporal y nos permiten movernos en el espacio en la dirección adecuada, existen otras que hacen que podamos sincronizar nuestros movimientos con la música». En este sentido, diferentes técnicas de neuroimagen han identificado varias regiones del cerebro implicadas en este proceso: en el lóbulo frontal se produce la planificación del movimiento; la corteza premotora y el área motora suplementaria se encargan de nuestra posición espacial y de permitirnos recordar acciones anteriores; la corteza motora primaria envía instrucciones a los músculos; mientras que el cerebelo y los ganglios basales nos mantienen en equilibrio y permiten la sincronización del movimiento.

Además:

  • Bailar ayuda a desarrollar la capacidad de concentración y atención (por lo que es muy recomendable tanto para los adultos como para los niños).
  • Cuando bailamos, producimos neurotransmisores que están relacionados con el afecto, como endorfinas y dopamina. Y también producimos oxitocina: una hormona que, entre sus muchas funciones, propicia la empatía e incrementa la confianza entre las personas.
  • Bailar es un excelente ejercicio aeróbico: aumenta la oxigenación del cerebro y fortalece nuestro sistema cardiovascular.
  • Ayuda a nuestro cerebro a formar nuevas conexiones neuronales.
  • Es muy útil para aprender a planificar y llevar a cabo diferentes tareas a la vez (multitasking).

 

Bailar previene el deterioro del cerebro y otras enfermedades

Bailar tiene múltilpes beneficios para el cerebro

El baile estimula la actividad prefrontal y temporal, además de la memoria y la atención. Los estudios actuales indican que estos beneficios disminuyen el riesgo de padecer demencia. Asimismo, la fisióloga Patricia McKinley, de la Universidad McGill de Montreal, afirma que el tango (por incluir pasos que también son ejercicios de rehabilitación motriz) mejora el estado cognitivo y el sentido del equilibrio en pacientes con Parkinson.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), el ejercicio físico que se realiza al bailar contribuye a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como hipertensión, diabetes, depresión y obesidad, y ayuda a reducir el estrés. Por lo tanto, el baile podría disminuir también el riesgo de enfermedades neurológicas como el ictus y reducir el riesgo de caídas en las personas mayores.

Otro estudio reciente llevado a cabo en la Universidad Estatal de Colorado indica que bailar aumenta la densidad de la sustancia blanca del cerebro, la parte del sistema nervioso central que coordina la comunicación entre las diferentes partes del cerebro. La degeneración de esta sustancia es una de las causas del declive cognitivo, ya que de ella depende la velocidad a la que nuestro cerebro transmite y procesa datos (señales eléctricas de los nervios). La investigación, llevada a cabo en personas mayores de 70 años, concluye que las que ya hacían ejercicio previamente, mostraron una menor disminución de la sustancia blanca y que las que empezaron a bailar presentaron una mayor densidad de dicha sustancia seis meses después.

Nos parece importante añadir que en un estudio previo realizado por la misma investigadora que ha liderado el que hemos citado anteriormente (Agnieszka Burzynska, profesora de Neurociencia) se constató también una relación entre la integridad estructural de la materia blanca y el sedentarismo: estar demasiadas horas sentado tiene efectos dañinos en el cerebro, aunque practiquemos ejercicio media hora al día.

 

Los beneficios añadidos de bailar en grupo

Bailar tiene múltilpes beneficios para el cerebro, según la neurociencia

Cuando bailamos en grupo, el baile nos ayuda a conectar emocionalmente con los otros, permitiéndonos establecer lazos de cohesión social. En consecuencia, cuando varias personas bailan juntas, se consigue que el grupo se unifique.

 

Beneficios de bailar ritmos de culturas diversas en los primeros meses de vida

Si durante el primer año de vida estamos en contacto con ritmos de culturas diversas, tendremos más facilidad para el baile en etapas posteriores. En cambio, si solo escuchamos ritmos de nuestra propia cultura, lo más probable es que solo seamos sensibles a ellos durante la primera infancia (algo similar a lo que sucede respecto al lenguaje).

En nuestro centro, trabajamos el ritmo y el movimiento con los pacientes como parte de su tratamiento de lateralidad y/o psicomotricidad. Si queréis hacernos una consulta sobre este tema, podéis poneros en contacto con nosotros.

 

Otras fuentes:

https://elpais.com/elpais/2015/08/31/ciencia/1441020979_017115.html?rel=mas
https://rv2010.wordpress.com/lo-que-esta-in/cerebro-y-baile/
http://www.bbc.com/mundo/noticias-39456242
http://www.heraldo.es/noticias/suplementos/tercer-milenio/investigacion/2016/07/07/nada-baila-escribe-mano-cerebro-agradecera-949771-2121029.html

El autobús de la ‘Semana del Cerebro’ vuelve a recorrer España. ¡Súbete y chequea tu salud!
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El autobús de la ‘Semana del Cerebro’ vuelve a recorrer España, ¡súbete!

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 26 septiembre, 2017 El cerebro, El trastorno de lateralidad 0

Del 2 al 6 de octubre, y por noveno año consecutivo, la Sociedad Española de Neurología (SEN) y su Fundación del Cerebro organizan la “Semana del Cerebro”: una iniciativa de carácter formativo y educativo que bajo el lema “Tu cerebro es vida, cuídalo” quiere concienciar a toda la población sobre la importancia de ejercitar el cerebro y mantenerlo sano, fomentar una prevención activa de las enfermedades neurológicas, enseñar a reconocer los síntomas de dichas enfermedades (afectan al 16 % de la población), promover el reconocimiento de los pacientes y sus familiares e impulsar el interés por la neurología y su papel sociosanitario.

El autobús de la 'Semana del Cerebro' vuelve a recorrer España, ¡súbete!

Como en las pasadas ediciones, un autobús informativo y de diagnóstico recorrerá cinco ciudades españolas para revisar ―sin ningún coste económico para las personas interesadas en participar― la salud cerebral y la agilidad mental de los ciudadanos, así como para ofrecer consejos y técnicas para ejercitarlo.

Este año, el recorrido del autobús será el siguiente:

  • Madrid: 2 de octubre (Plaza Colón)
  • Palencia: 3 de octubre (Paseo del Salón)
  • Tarragona: 4 de octubre (Rambla Nova)
  • Cuenca: 5 de octubre (lugar por determinar)
  • Jaén: 6 de octubre (Paseo de las Bicicletas, dentro del Parque de la Concordia).

Y estará abierto en cada una de las ciudades de 10 a 18 h, ininterrumpidamente.

El autobús de la 'Semana del Cerebro' vuelve a recorrer España, ¡súbete!

En concreto, los neurólogos realizarán pruebas gratuitas para comprobar la salud cerebrovascular y el funcionamiento del sistema nerviosoperiférico y, además, efectuarán un test de agilidad mental tanto a adultos como a niños. A todos los participantes se les entregará una “Tarjeta Cerebro Saludable” con los resultados obtenidos en cada prueba y con recomendaciones específicas para que mantengan el cerebro sano.

El autobús cuenta con 3 zonas habilitadas para las siguientes actividades:

Zona de pruebas diagnósticas: esta zona está equipada con camillas y equipos de ecografía (dúplex de troncos supra-aórticos) para evaluar el estado de las arterias y determinar el riesgo cerebrovascular. También dispone de un equipo de electromiografía (EMG) para evaluar el funcionamiento del sistema nervioso periférico.

Zona audiovisual e informativa: en este espacio, los neurólogos ofrecen una atención personalizada y solventan las dudas de los participantes. Asimismo, la zona está equipada con pantallas en las que se proyectan vídeos y se facilita material informativo.

Zona de pruebas de agilidad mental: aquí se realizan juegos de percepción, juegos de lógica, juegos de planificación y educación, pruebas cognitivas y de habilidad visual y espacial, así como otras muchas actividades que permiten a los asistentes comprobar su agilidad y destreza mental.

Además de estas actividades, se han programado coloquios dirigidos por neurólogos en colegios de toda España para hacer llegar los objetivos de la “Semana del Cerebro” a los más pequeños.

En las anteriores ediciones el autobús visitó Albacete, Alicante, Badajoz, Barcelona, Bilbao, Burgos, Cáceres, Granada, Las Palmas de Gran Canaria, Logroño, Madrid, Murcia, Oviedo, Palma de Mallorca, Pamplona, Santa Cruz de Tenerife, Santiago de Compostela, Sevilla, Valladolid, Huelva, Salamanca, San Sebastián y Teruel.

El autobús de la 'Semana del Cerebro' vuelve a recorrer España, ¡súbete!
 
Las enfermedades neurológicas en España

Las enfermedades neurológicas más frecuentes son las demencias (entre las que se incluye la enfermedad de Alzheimer), el ictus, la epilepsia, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, la migraña y los traumatismos craneoencefálicos. No obstante, también hay que desatacar otras enfermedades neurodegenerativas y neuromusculares, como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), las distonías, las neuropatías, las miopatías, etc. «Se calcula que, en España, las enfermedades neurológicas afectan a unos 7 millones de personas, lo que equivale al 16 % de la población total. Además, se estima que el aumento de la esperanza de vida en nuestro país producirá un incremento de la frecuencia de estas enfermedades en las próximas décadas», señala el Dr. José Miguel Lainez, vicepresidente de la SEN. «Además, en España, más del 50 % de las personas dependientes por trastornos crónicos lo son por enfermedades neurológicas. Por lo tanto, el principal objetivo de la Semana del Cerebro es enseñar a la población cómo se puede ejercitar el cerebro, mantenerlo sano y, así, prevenir activamente las enfermedades neurológicas»,explica el Dr. Jesús Porta-Etessam, director de la Fundación del Cerebro.

Si queréis más información sobre la “Semana del cerebro“, podéis poneros en contacto con los organizadores. Os dejamos el enlace.

 

Por qué viajar es (muy) bueno para el cerebro
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Por qué viajar es (muy) bueno para el cerebro

Susana Lladó - Lladó Comunicación 23 agosto, 2017 El cerebro, El trastorno de lateralidad 0

Viajar por placer no solamente es bueno para descansar y desconectar, también es una oportunidad para mantener saludable nuestro cerebro: según la Sociedad Española de Neurología (SEN), potencia la neuroplasticidad y aumenta nuestra reserva cognitiva.

 

Viajar es (muy) bueno para el cerebro

Por qué viajar es (muy) bueno para el cerebro

Tal como explicamos la semana pasada en el artículo Neurogénesis: cómo los adultos podemos desarrollar nuevas neuronas, al contrario de lo que se creía hasta hace unos años, nuestro cerebro va cambiando a lo largo de la vida y es capaz de producir nuevas neuronas y nuevas conexiones entre ellas (neuroplasticidad). Pero para estimular este proceso es necesario que le proporcionemos nuevos estímulos; es decir, que lo desafiemos con novedades diversas: nuevos lugares, olores, sabores, tonalidades de colores, nuevas interacciones con otras personas, etc. Estas novedades lo obligarán a utilizar todas sus capacidades manteniéndolo activo y sano, a cualquier edad. «Entrenar y estimular el cerebro permite que nuestro cerebro sea más resistente al deterioro de la edad o a los síntomas de las enfermedades neurológicas. Para entrenarlo, hay tres elementos clave: enfrentar nuestro cerebro a la novedad, a la variedad y al desafío. Viajar cumple con los tres», señala el Dr. José Manuel Moltó, vocal de la Sociedad Española de Neurología.

Por qué viajar es (muy) bueno para el cerebro

Cuando viajamos, no tenemos más remedio que adaptarnos a la novedad: aprender nuevas calles, hacernos mapas mentales de los sitios donde estamos, comunicarnos en otro idioma, experimentar otras sensaciones, etc. Todas estas experiencias posibilitan que el cerebro se vuelva más plástico, más creativo y que aumente nuestra capacidad de comprensión, lo cual también es muy beneficioso. El hecho de ir aumentando las conexiones implica ir aumentando, asimismo, la reserva cognitiva; lo que, a su vez, hace que nuestro cerebro sea más resistente al deterioro de la edad o a los síntomas de las enfermedades neurológicas.

Viajar es, por tanto, casi un antónimo de rutina; la cual es nefasta para el cerebro.  «Cuando viajas a otro lugar, sobre todo si este es desconocido para ti, estás obligando a tu cerebro a estar en un continuo proceso de solución de problemas y de superación de desafíos. Viajar requiere, principalmente, aprender y memorizar todo lo extraño hasta que todo resulte normal y conocido. Esto es un desafío para tu cerebro y es como un entrenamiento acelerado», explica el Dr. Moltó.

Por qué viajar es (muy) bueno para el cerebro

Del mismo modo, viajar propicia la realización de una serie de actividades que también benefician la salud cerebral: el ejercicio físico, actividades intelectuales, la participación en actividades sociales, etc. «Cuando viajamos, caminamos más, hacemos excursiones o estamos más tiempo realizando algún tipo de deporte. También dedicamos más tiempo a la lectura, a realizar actividades culturales u otro tipo de actividades en grupo… En definitiva, viajar nos brinda muchas oportunidades para estar activos física y mentalmente», añade el doctor.

Ahora bien, también es importante que mantengamos una actitud positiva durante los viajes. En este sentido, se ha demostrado científicamente que viajar aumenta la felicidad y disminuye el estrés, generándose así un cúmulo de emociones positivas que fortalecen nuestras redes neuronales; todo lo contrario a lo que ocurre cuando sufrimos episodios estresantes.

 

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