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Por qué la lateralidad cruzada con hipertonía se confunde con el TDAH
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Por qué la lateralidad cruzada con hipertonía se confunde con el TDAH

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 16 octubre, 2018 El trastorno de lateralidad, Hiperactividad y TDAH, Hipertonía 0

Las personas con trastorno de lateralidad pueden ser hipotónicas o hipertónicas. En el artículo anterior hablamos de los casos de lateralidad cruzada con hipotonía que se diagnostican erróneamente como casos de dislexia. Hoy dedicamos este artículo a los casos de lateralidad cruzada con hipertonía que se diagnostican, también erróneamente, como casos de TDAH o hiperactividad.

Se habla poco de la hipertonía, pero lo cierto es que, en nuestra experiencia clínica, muchos niños que llegan al centro con un diagnóstico de TDAH o hiperactividad son niños que, en realidad, sufren un problema de lateralidad con hipertonía general (miembros superiores e inferiores). La confusión en el diagnóstico se debe a que ambos trastornos tienen una sintomatología similar, aunque al tratarse de etiologías diferentes, requieren un tratamiento distinto. De otro modo, el paciente no experimentará ninguna evolución significativa.

 

Características de los niños con lateralidad cruzada e hipertonía

 

Los niños con problemas de lateralidad cruzada e hipertonía (tono muscular demasiado alto) presentan una serie de síntomas y características. Vamos a ver los más habituales:

• Sus músculos son muy fibrosos.

• Se mueven mucho, constantemente.

• Tienen mucha vitalidad y no se cansan “nunca”.

• Son vivaces y avispados: esto se trasluce en su mirada vivaracha, en la forma de saludar, de contestar, etc.

• Su vocabulario, en general, es rico.

• Tienen una gran fluidez verbal, aunque se expresan de forma “acelerada” debido a que su coordinación ideomotriz va demasiado rápida. En algunos casos, puede presentarse encallamiento al hablar o tartamudez en primer grado.

• Son muy impulsivos. En clase, por ejemplo, suelen adelantarse a lo que va a decir el profesor (equivocándose muchas veces en lo que dicen debido a la precipitación).

• Son lanzados y atrevidos, no suelen experimentar sensación de peligro.

• Muchos presentan tics: tuercen un labio, se levantan, se tocan un mechón de pelo o hacen ruidos guturales continuamente (este último tic requiere más trabajo terapéutico).

Por qué la lateralidad cruzada con hipertonía se confunde con el TDAH

• Por la noche, se resisten a irse a dormir y, en general, aunque se acuesten temprano, les cuesta conciliar el sueño, duermen poco, se mueven mucho y el sueño no es de calidad. Esto hace que, por la mañana, quieran quedarse más tiempo durmiendo, que se levanten cansados y de mal humor. Su cerebro tarda en “arrancar”, pero una vez lo hace, empieza su comportamiento acelerado.

• La aceleración y la impulsividad también se reflejan en el ámbito emocional: hay una gran demanda afectiva y de apoyo emocional. Esta demanda la dirigen tanto a los padres y maestros como a su terapeuta (cuando empiezan la terapia, a veces se abrazan al terapeuta con efusividad y desean que se quede con ellos haciendo los ejercicios).

• Son niños que dificultan, porque lo entorpecen continuamente, el ritmo de la clase.

• Tienen dificultades para parar súbitamente una acción. Por ejemplo: si al jugar a un juego de pelota se les dice “Quieto”, tardarán 2 o 3 segundos en reaccionar.

• Se precipitan en la mecánica lectora y al hacer las tareas escolares.

• Tienen un comportamiento compulsivo.

• Algunos de ellos están diagnosticados de dislexia auditiva y un porcentaje bajo (4 %) presenta problemas asociados de oído interno y, por tanto, de equilibrio.

• No suelen tener alergias (los hipotónicos, sí).

• No suelen tener fobias (los hipotónicos, sí), pero sufren angustia.

A pesar de que estos niños dan la impresión de autosuficiencia, de que pueden hacerlo todo solos, no es así: son muy inseguros y emocionalmente frágiles, por lo que necesitan mucho apoyo. Cuando, con su comportamiento, intentan monopolizar las situaciones, lo que están haciendo, en realidad, es manifestar su angustia. Debido a la alteración de su tono muscular -que se manifiesta con impulsividad e hiperactividad- es aconsejable introducir en su rutina diaria la práctica de algún deporte. En cambio, hasta que no están en una fase avanzada de la terapia de lateralidad, desaconsejamos que dediquen más de 10-15 minutos al día a jugar con dispositivos electrónicos, ya que estos juegos exigen una concentración que aumenta la alteración neurológica.

A la mayoría de los niños con TDAH se les orienta hacia la psicoterapia y son tratados farmacológicamente para disminuir su hiperactividad y mejorar su concentración. Pero, cuando se trata de niños con un problema de lateralidad, estos tratamientos no son eficaces y se pierde un tiempo muy valioso hasta que acuden a la consulta. En nuestro centro, no somos partidarios de incluir la medicación (suele ser fuerte y prescribirse durante años) como parte del tratamiento: la terapia de lateralidad, al ser un tratamiento neurofisiológico que lateraliza a la persona homolateralmente, consigue reducir paulatinamente los síntomas hasta la completa recuperación del paciente, sin que posteriormente se presenten recaídas.

Si quieres hacernos una consulta sobre este tema, puedes ponerte en contacto con nuestro centro.

 

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Cuando la hipercinesia se diagnostica erróneamente como TDAH o dislexia
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Cuando la hipercinesia se diagnostica erróneamente como TDAH o dislexia

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 4 octubre, 2018 El trastorno de lateralidad, Hipercinesia 0

En nuestro centro vemos con frecuencia casos de niños que llegan a la consulta diagnosticados de TDAH o dislexia. Muchos de ellos han sido tratados previamente por diferentes especialistas en estos trastornos sin experimentar mejoras significativas; motivo por el que sus padres, cuando acuden al centro por primera vez, están abatidos y desorientados: ya no saben cómo ayudar a su hijo, al que también ven sufrir.

Al realizar las pruebas pertinentes, observamos que estos pacientes tienen hipercinesia, un trastorno que, en su sintomatología, presenta rasgos comunes con el TDAH y la dislexia; lo cual explica los errores de diagnóstico y las terapias fracasadas.

La hipercinesia es un trastorno neuromuscular que, muy a menudo, está asociado a pacientes que presentan un problema de lateralidad ―lateralidad cruzada o contrariada― y que, a su vez, son hipotónicos. Las personas que lo sufren tienen alterada la tensión muscular, lo que les provoca problemas de coordinación locomotora, de motricidad facial, de concentración, de equilibrio (estático y dinámico) y de percepción espaciotemporal. Asimismo, son pacientes muy inquietos, que no paran de moverse, y manifiestan una gran ansiedad (la palabra “hipercinesia” viene del griego y significa literalmente “exceso de movimiento”).

 

Sintomatología común al TDAH

 

La hiperactividad propia de los niños con hipercinesia es el síntoma en común con el TDAH. Pero, así como los niños con trastorno por déficit de atención por hiperactividad suelen padecer angustia (tienen miedos y fobias), los niños con hipercinesia suelen manifestar ansiedad. Tienen trastorno de ansiedad porque no se sienten capaces de realizar las tareas escolares: se enfrentan a ellas sintiéndose vencidos ya antes de iniciarlas, y esta impotencia les bloquea.

Debemos tener en cuenta que la ansiedad es una respuesta de anticipación ante las situaciones que es positiva si no sobrepasa ciertos umbrales, ya que actúa como motor que nos permite avanzar en la vida, si sabemos canalizarla. No obstante, la ansiedad que experimentan los niños con hipercinesia es de otra índole: no actúa de esta forma, sino que les paraliza, por lo que es muy negativa. Del mismo modo, la angustia que sufren los niños con TDAH también es paralizante.

 

Sintomatología común a la dislexia

La falta de noción de temporalidad es la que impide la retención lectora

Cuando la hipercinesia se diagnostica erróneamente como TDAH o dislexia

 

Asimismo, como los niños con hipercinesia tienen problemas de organización temporal y espacial que les hacen confundir las nociones de “antes” y “después” y “derecha” e “izquierda”, son niños que también tienen problemas de lectoescritura. Este síntoma es el que suele provocar la confusión con la dislexia. Es habitual que al escribir y al leer se “coman” letras, sílabas e incluso palabras enteras, y que cambien el orden de los sustantivos y adjetivos. También es típico que no puedan relatar con normalidad lo que han entendido tras realizar una lectura. Si se trata de un cuento o una novela, tendrán muchas dificultades para trasladar la temporalidad de la historia. Como suelen ser niños con una inteligencia considerable, se dan cuenta de lo que sucede, de sus dificultades, y se ponen muy nerviosos. En estas situaciones, muchos padres intentan “ayudarles” terminando ellos las frases e incluso el relato, lo cual acrecienta la ansiedad del niño, ya que no se le deja hacerlo por sí mismo.

Es importante comprender que los niños con hipercinesia no tienen retención lectora porque carecen de noción de temporalidad. Es decir, no es que no entiendan lo que leen, es que no pueden retenerlo. Y si una persona no recuerda lo que ha leído, ¿cómo lo va a poder explicar después? Este es el motivo que explica que muchos de estos niños estudien de memoria. Debido a que la mayoría de ellos tienen una gran capacidad memorística, son capaces de aprenderse “al dedillo” textos enteros, de tal manera que los padres creen que todo va bien hasta que este recurso empieza a mostrar sus fisuras. Por mucho que se sepan de memoria un temario, si al hacer el examen el profesor formula las preguntas de manera distinta a como lo hacía en clase, estos niños ya no sabrán qué contestar.

También hay que tener en cuenta que estos niños, con esfuerzo, consiguen llegar a tener una buena mecánica lectora (poner correctamente las comas y los puntos, la tonalidad, etc.). El gran obstáculo se presenta en los dos siguientes pasos: la retención lectora y, en consecuencia, la comprensión lectora. Estas dos últimas capacidades se trabajan, junto con los otros problemas derivados del trastorno de lateralidad y la hipotonía, durante la terapia de lateralización homolateral. El 100 % de los niños termina el tratamiento con éxito sin que sea necesario realizar una terapia específica de dislexia.

Cuando la hipercinesia se diagnostica erróneamente como TDAH o dislexia

 

La confusión entre dislexia e hipercinesia también viene dada por el hecho de que el 70 % de los niños con hipercinesia presentan el cruce de lateralidad mano-ojo. Es decir, son diestros de mano y zurdos de ojo, o a la inversa. Este cruce oculomanual provoca problemas de lectoescritura y, por tanto, de rendimiento escolar, así como dificultades en la práctica de actividades como jugar al tenis. De hecho, es contraproducente que realicen cualquier deporte que implique la utilización de una sola mano/pierna y ojo, como jugar al fútbol. En cambio, sí les ayuda practicar deportes en los que deban utilizar las dos manos/piernas, como el esquí, la equitación o nadar por debajo de la superficie del agua.

A los niños con hipercinesia, el cruce oculomanual y la hipotonía les causa patosidad. Por este motivo y porque no se les da bien jugar al fútbol, suelen aislarse de sus compañeros durante la hora del recreo: a menudo juegan solos o juegan con niñas a juegos más tranquilos. Por otro lado, su hiperactividad hace que siempre estén incordiando a los demás, en clase y en casa: lo tocan todo, se les caen las cosas, molestan en clase hablando con el compañero de al lado, etc.

 

La hipercinesia afecta la salud emocional de toda la familia

 

Todo lo expuesto, incluyendo que no siguen el ritmo de la clase, explica que sean niños que se infravaloran y que lo pasan francamente mal. Este malestar es vivido por los padres y se traslada también a ellos. Si la madre es la que pasa más tiempo al cuidado del hijo, termina el día agotada después de haberle ayudado con los deberes y, cuando el padre llega a casa, el nerviosismo ya se ha apoderado del ambiente. Las escenas tensas a la hora de la cena son habituales: o hay discusiones o se pone la tele para no tener que establecer comunicación. Estos progenitores necesitan ser escuchados, del mismo modo que necesitan que se les explique la causa de las dificultades de su hijo para que puedan entenderlas y tranquilizarse sabiendo que la hipercinesia se cura.

Lamentablemente, y debido a la confluencia de varios factores, así como hace 40 años algunos especialistas ponían fácilmente la etiqueta de “dislexia” a muchos pacientes, actualmente, cuando no se sabe cómo clasificar al niño, se le pone la de TDAH. Aunque es cierto que en muchos casos realizar un diagnóstico es complejo debido a la similitud de la sintomatología, es fundamental ser muy cautos al respecto: dentro de los diagnósticos de TDAH hay muchos casos de hipercinesia, un trastorno que, como hemos dicho anteriormente, generalmente es propio de un cuadro de trastorno de lateralidad con hipotonía. Un diagnóstico erróneo lleva a una terapia inadecuada, lo que prolonga innecesariamente el trayecto terapéutico y el sufrimiento. Cuando se trata de la salud de las personas, el tiempo es esencial.

Si quieres hacernos alguna consulta sobre este tema, no dudes en ponerte en contacto con el centro. Dedicaremos el próximo artículo a hablar específicamente del TDAH.

Comprensión lectora: mejor textos impresos que en pantalla digital
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Comprensión lectora: mejor textos impresos que en pantalla digital

Susana Lladó - Lladó Comunicación 27 septiembre, 2018 Actualidad, Aprendizaje, Comprensión lectora, El trastorno de lateralidad 0

Cuando hace unos años aparecieron los primeros e-readers o libros digitales, algunas voces profetizaron la muerte del libro en papel. Y actualmente, en una época en la que muchos estudiantes son nativos digitales, muchas escuelas están apostando por las nuevas tecnologías en las aulas. Sin embargo, los datos nos dicen que la mayoría de las personas preferimos la letra impresa para leer textos que, por su profundidad, presentan cierta dificultad (estos datos incluyen a las personas que dedican buena parte de su tiempo a la lectura en formatos digitales). Además, los últimos estudios sobre el tema apuntan a que el libro tradicional es un formato más idóneo para la comprensión lectora y el aprendizaje basado en textos.

 

Comprensión lectora: mejor textos impresos que en pantalla digital

 

Hasta hace poco, no había pasado el tiempo suficiente desde la implantación del formato digital como para que los estudios sobre la comprensión lectora en uno y otro formato fueran concluyentes, pero ahora, parece que sí, y los resultados revelan que comprendemos mejor los textos impresos que los textos en pantalla digital.

Según los estudios realizados por la especialista en psicología cognitiva, psicología experimental y psicología educativa Rakefet Ackerman y su equipo, comprendemos mejor un texto cuando lo leemos en papel y esta diferencia aumenta cuando el tiempo del que disponemos para la lectura es limitado.

Comprensión lectora: mejor textos impresos que en pantalla digital

 

Otro dato interesante que ha revelado el estudio es que las personas que leen un texto digital tienen un exceso mayor de confianza sobre lo aprendido que las que leen utilizando el formato impreso. Los autores del estudio afirman que “esto se debe a un déficit en los procesos meta-cognitivos responsables de la monitorización de la cantidad y calidad del aprendizaje alcanzado”, según explican los psicólogos del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Valencia Pablo Delgado y Ladislao Salmerón en el artículo El libro no ha muerto: desventaja meta-cognitiva de la lectura en pantalla. No obstante, Ackerman y su equipo también creen que esta desventaja podría salvarse introduciendo procedimientos que ayuden a procesar mejor la información que se lee, como elaborar una lista de palabras clave del texto.

Asimismo, también se ha visto que los estudiantes que toman los apuntes a mano obtienen mejores resultados en los exámenes que los que utilizan el ordenador portátil para tomar este tipo de notas.

Otros estudios realizados recientemente, como el que se cita en el artículo Hace falta papel: lo que se lee en pantalla se entiende peor, publicado hace unos meses en el diario El Español, afirman que los soportes digitales propician la dispersión, dificultan la comprensión de los conceptos abstractos y de la idea global de un texto, aunque facilitan el recuerdo de detalles concretos, y atribuyen la dispersión a los hiperenlaces y a las imágenes que suelen formar parte de una publicación digital, ya que interrumpen el proceso de lectura afectando a la atención.

Otras fuentes;

El País: Los nativos digitales también aprenden mejor con los libros de papel

12 consejos que te facilitarán la vuelta al trabajo
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12 consejos que te facilitarán la vuelta al trabajo

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 27 agosto, 2018 El trastorno de lateralidad, Sin categorizar 0

Después de haber desconectado de la rutina durante días, o incluso semanas, volver a la cotidianidad se nos hace cuesta arriba. Sin embargo, hay una serie de recomendaciones que nos pueden ayudar a facilitar esta transición. Aquí tienes 12 consejos para allanar la vuelta al trabajo.

 

  1. Si es posible, vuelve de tus vacaciones un día o dos antes para prepararte: este margen te dará tiempo para deshacer maletas, hacer la compra de la semana, reajustar los horarios (sobre todo, si llegas con jet lag) y realizar todas aquellas cosas necesarias para que a la primera semana de trabajo no tengas que sumar demasiadas tareas domésticas.
  2. La noche anterior cena con tiempo, asegúrate de que lo tienes todo preparado para el día siguiente, haz algo que te relaje y acuéstate a una hora razonable. Y por la mañana, levántate con el tiempo suficiente para desayunar bien.
  3. Llega temprano a la oficina: psicológicamente, te dará “ventaja” y podrás controlar mejor lo que te pueda estar esperando.
  4. Si está en tu mano, el primer día déjalo lo más abierto posible de reuniones para que te dé tiempo a ponerte al día.
  5. Planifícate la jornada antes de empezar a trabajar y céntrate en lo prioritario. Y hazte también una lista de las prioridades para los días siguientes. Aprovecha que tu mente ha vuelto “fresca” para abordar lo que necesite más productividad y creatividad.
  6. Los primeros días, si depende de ti, no te pongas demasiadas reuniones. Y las que no puedas evitar, que sean breves. De otro modo, enseguida te sentirás abrumado por el trabajo y no habrá transición, que es de lo que se trata.
  7. Si tu bandeja de entrada de correos electrónicos está llena, no intentes contestarlos todos el primer día: dedica solo un tiempo a los que realmente tienes que responder y hazlo de la forma más sintética posible. Y si al volver a la oficina te encuentras con una verdadera avalancha de trabajo, ocúpate de los correos electrónicos después de hacer aquello que requiera más energía; es decir, dedícate a responder en los momentos que quieras “descansar” un poco.
  8. No enfoques los primeros días en la oficina como si te estuvieras enfrentando a una maratón: tómate descansos, respeta los horarios de la comida y sal del trabajo a tu hora.
  9. Recuerda los mejores momentos de las vacaciones en lugar de sentirte mal porque hayan terminado.
  10. Después del trabajo, haz alguna actividad que te guste: disfrutar de tiempo de ocio prolongará la sensación de las vacaciones.
  11. Si estás habituado a hacer ejercicio, recupera este hábito desde el primer día (si no lo estás, quizá es el momento de empezar).
  12. Recuerda que uno de los recursos más valiosos en el trabajo es el tiempo: ¡adminístralo bien! Y recuerda que para poder rendir al máximo y ser productivo es necesario que te cuides y que no renuncies a tu tiempo libre.
En el Día Internacional de los Zurdos aclaramos cuestiones importantes_Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart
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Día Internacional de los Zurdos: aclaramos cuestiones importantes

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 13 agosto, 2018 Actualidad, El trastorno de lateralidad, Zurdos, zurdos contrariados y heterogéneos 0

Hoy se celebra el Día Internacional de los Zurdos, una jornada que promueve Lefthanders International desde 1976. Como es habitual, coincidiendo con esta celebración, la mayoría de los medios de prensa escrita han incluido en sus ediciones de hoy un artículo sobre el tema.  Al leer algunos de estos artículos, la primera conclusión que extraemos es que la información que se facilita al lector es, cuando menos, confusa y, en ocasiones, imprecisa o errónea.

Muchos medios afirman que el porcentaje de zurdos en el mundo es de entre el 10 y el 15 % de la población. Nuestra experiencia, después de haber tratado a más de 60.000 personas con problemas de lateralidad, nos indica que este porcentaje es mucho más bajo: tan solo un 3 % de la población, aproximadamente, es realmente zurda. Esta diferencia en los porcentajes refleja lo que vemos habitualmente en la consulta: que muchas personas que creen ser zurdas, son ambidiestras, pseudozurdas, zurdas contrariadas o tienen lateralidad cruzada. (leer el artículo Soy zurdo, ¿tengo un problema de lateralidad?).

En la mayoría de los artículos publicados hoy se define a la persona zurda como aquella que escribe con la mano izquierda. Esta afirmación es errónea: no se es zurdo por escribir con la mano izquierda o chutar la pelota con el pie izquierdo. Para poder afirmar que una persona es realmente zurda es necesario realizarle un test completo de lateralidad. Este test mostrará si la persona utiliza su lado izquierdo en todos los campos de funcionamiento, que es lo que define a las personas zurdas. En caso contrario, estamos delante de un caso de trastorno de lateralidad.

También hemos leído que las personas zurdas tienen sueldos más bajos, que presentan mayor riesgo de padecer algunos trastornos, como déficit de atención por hiperactividad (TDAH), dislexia o esquizofrenia; que tienden a las emociones negativas y que tienen menos capacidad para gestionar dichas emociones. Estas afirmaciones también son erróneas, además de alarmantes. Ser zurdo no es un problema; de la misma forma que ser diestro tampoco lo es. El problema se presenta cuando la persona no se ha lateralizado de manera homogénea; es decir, cuando utiliza su lado derecho para realizar algunas funciones y el lado izquierdo para realizar otras, ya que para que la persona pueda tener un buen desarrollo psicomotor es necesario que se haya lateralizado homolateralmente. Únicamente cuando la lateralidad de la persona no está bien definida es cuando se presentan los problemas de aprendizaje, personales, familiares, sociales, laborales y emocionales como consecuencia de los síntomas del trastorno de lateralidad.

En conclusión, las personas zurdas, por el hecho de serlo, no son más o menos inteligentes ni tienen más o menos habilidades ni riesgos de padecer trastornos mentales o patologías que las personas diestras. A lo que debemos prestar atención es a si una persona no está lateralizada de manera homogénea: si realiza las actividades cotidianas indistintamente con ambas partes del cuerpo o algunas veces con una parte y otras veces con otra. En estos casos es cuando hay que realizar un test completo de lateralidad que permita determinar si la persona sufre un trastorno de lateralidad y en qué grado. El diagnóstico temprano (puede realizarse a partir de los cinco años) del trastorno y el tratamiento posterior personalizado son clave para que los síntomas no se agraven y poder curar a la persona.

Si tienes dudas sobre este tema, ponte en contacto con nuestro centro (a partir del 3 de septiembre).

Científicos del MIT descubren el mecanismo de la plasticidad cerebral
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Científicos del MIT descubren el mecanismo de la plasticidad cerebral

Susana Lladó - Lladó Comunicación 7 agosto, 2018 Actualidad, Aprendizaje, Desarrollo cerebral, El cerebro, El trastorno de lateralidad 0
Imagen: Sur Lab. La fotografía es de una dendrita ―una rama de una neurona― y sus espinas. Fue reconstruida con microscopio electrónico (primer plano) después de haber sido fotografiada con microscopio de dos fotones en un cerebro intacto (fondo).

 

Nuestro cerebro es flexible y está en permanente cambio

 

Los estudios sobre plasticidad cerebral nos dicen que nuestro cerebro es capaz de cambiar su estructura y configuración durante toda la vida en función de nuestras experiencias con el entorno. Las investigaciones en este campo ―también conocido como neuroplasticidad o plasticidad cognitiva― afirman que nuestro cerebro tiene la capacidad para remodelar y fortalecer las conexiones entre las neuronas, las sinapsis. Es decir, que podemos mejorar nuestra capacidad de aprendizaje, nuestras habilidades cognitivas y nuestra memoria, y adaptarnos a nuevas situaciones. E incluso compensar los efectos de lesiones cerebrales estableciendo nuevas redes o, como decíamos, fortaleciendo algunas de ellas.

Nuestro cerebro está en permanente cambio, inclusive en los adultos y personas mayores (leer el artículo Neurogénesis: cómo los adultos podemos desarrollar nuevas neuronas). Y podemos estimular estas modificaciones ejercitando nuestro cerebro a través de la actividad cognitiva y sensorial, el ejercicio físico, las emociones, la nutrición, etc. (ver el vídeo de abajo).

 

Vídeo de un programa de Redes sobre la plasticidad cerebral.

 

Cómo se produce la plasticidad cerebral

 

No obstante, hasta ahora, no se sabía cómo se produce el fenómeno de la plasticidad cerebral. Tengamos en cuenta que nuestro cerebro es un sistema, en el que hay unos cien mil millones de neuronas y miles de sinapsis en constante cambio. Los investigadores tenían la hipótesis de que cuando se establecen nuevas conexiones entre neuronas y cuando algunas sinapsis se fortalecen, debía activarse algún mecanismo de compensación para que se mantuviera el sistema en equilibrio, sin que quedara abrumado por los cambios.

Pues bien, un equipo de investigadores del Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria del MIT ha publicado recientemente un estudio en la revista Science en el que se demuestra cómo logra nuestro cerebro este equilibrio (el estudio se ha realizado con ratones vivos). El resultado es una regla tan fascinante como simple, aunque el trabajo que han llevado a cabo para descubrirla es extremadamente complejo: cuando una conexión, llamada sinapsis, se fortalece, las sinapsis vecinas se debilitan debido a la acción de una proteína llamada Arc. El autor principal del estudio, Mriganka Sur, ha declarado al respecto que está emocionado, pero no sorprendido, de que una regla tan simple rija un sistema tan complejo como es el cerebro: «Los comportamientos colectivos de los sistemas complejos siempre tienen reglas simples», ha declarado. El descubrimiento de esta regla fundamental de la plasticidad cerebral explica cómo el fortalecimiento y el debilitamiento sináptico se combinan en las neuronas para producir plasticidad.

 

El papel determinante de la proteína Arc

 

Una vez que los investigadores comprobaron la regla, quisieron saber el mecanismo por el que las neuronas la obedecen. Para ello tenían que poder observar cómo cambian unos receptores llamados AMPA, que son claves en las sinapsis. Valiéndose de una etiqueta química, vieron que la ampliación y el fortalecimiento de las sinapsis está correlacionado con una mayor expresión del receptor AMPA, del mismo modo que la reducción y el debilitamiento de las sinapsis está correlacionado con una menor expresión de este receptor. La proteína que regula la expresión del AMPA es la proteína Arc, por lo que el equipo se dio cuenta de que tenían que seguir también a Arc para entender del todo el mecanismo. De nuevo, utilizaron una etiqueta química (que tuvo que ser desarrollada por científicos de Japón, ya que nunca antes se había hecho una para el cerebro de un animal vivo) que les permitió observar que las sinapsis fortalecidas estaban rodeadas de sinapsis debilitadas que habían enriquecido la expresión de Arc, y que el fortalecimiento de las sinapsis aumenta la proteína para debilitar las sinapsis vecinas. En otras palabras, Arc es la proteína que mantiene el equilibrio de los recursos sinápticos. Podéis leer la explicación completa del estudio en este enlace.

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Los resultados de esta investigación, así como las nuevas técnicas que los investigadores han desarrollado para llevarlo a cabo, serán de gran utilidad a la comunidad científica para seguir progresando en la investigación del cerebro.

Dos pacientes del centro comparten su testimonio sobre la terapia de lateralidad
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Dos pacientes del centro comparten su testimonio sobre la terapia de lateralidad

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 19 julio, 2018 El trastorno de lateralidad, Terapia de lateralidad 0

Cuando los pacientes llegan a nuestro centro por primera vez para iniciar la terapia de lateralidad, el relato que hacen de sus vidas y de la percepción que tienen de sí mismos tiene un denominador común: presentan una gran ansiedad, su autoestima está por los suelos, se sienten muy inseguros, se ven diferentes al resto de las personas y piensan que su capacidad cognitiva es baja (tan baja, que algunos creen que son tontos).

Esta idea que se han conformado de sí mismos responde a una realidad: la de haber vivido durante años los síntomas del trastorno de lateralidad, con todo lo que ello implica. Sin embargo, a medida que va transcurriendo la terapia de lateralidad ellos mismos van observando su evolución: se dan cuenta de que cada vez les cuesta menos hacer lo que antes les parecía muy difícil o imposible, estos avances les generan confianza y todo ello se traduce en una disminución progresiva de los conflictos internos, familiares, sociales, y escolares o laborales con los que antes tenían que enfrentarse constantemente. Finalmente, cuando les damos el alta, muchos de ellos expresan este final del recorrido con una frase: «He recuperado mi vida».

Uno de los objetivos de nuestro centro, además del de tratar a los pacientes, es dar a conocer el trastorno de lateralidad: realizar un trabajo de divulgación que contribuya a que padres, maestros y profesionales de la salud tengan los conocimientos que les permitan detectar posibles casos. Esta detección temprana posibilitaría ganar un tiempo precioso que ahorraría mucho sufrimiento a las personas afectadas.

Hoy nos ha parecido interesante compartir el testimonio de dos pacientes que nos lo han enviado precisamente con este propósito: el de dar a conocer y explicar en primera persona cómo se vive el proceso. Lo único que hemos cambiado de su testimonio, por razones de privacidad obvias, son sus nombres. Desde aquí les agradecemos a ambos que hayan querido compartir sus sentimientos y experiencia.

 

Marcos, 26 años

Tres cruces de lateralidad

Inició la terapia en mayo de 2016.

Dos pacientes del centro comparten su testimonio sobre la terapia de lateralidad

«Llegué aquí con muchas inseguridades y con mis capacidades muy limitadas. El principal objetivo de venir al centro era sentirme como una persona normal y corriente. Antes de comenzar la terapia de lateralidad, notaba como me era imposible trabajar de manera fluida y eficaz porque carecía de confianza en mí mismo a causa de que mis habilidades estaban atascadas. Necesitaba un empujón para llegar hasta donde estoy ahora. Las carencias que me impedían sentirme bien conmigo mismo eran una falta de atención considerable, de aprendizaje, de memoria y de comprensión. A medida que he ido viniendo aquí, mi evolución ha sido superlativa. Tanto que, en mi trabajo, actualmente, me siento muy cómodo, tranquilo e importante. He ganado confianza en mí mismo y la inteligencia que creía que no tenía, me he dado cuenta de que la tengo y de que es mucha».

 

Javier, 13 años

Dos cruces de lateralidad

Tiempo de terapia: 2 años y seis meses.

Dos pacientes del centro comparten su testimonio sobre la terapia de lateralidad

«Empecé la terapia hace dos años y medio. En aquel momento no sabía muy bien en qué consistía. La verdad es que ir no me costaba mucho esfuerzo, tenía bastante voluntad.

Tenía lateralidad cruzada. Era muy autoexigente, no creía en mí mismo, no sabía perder…

Cuando entré en mi grupo de terapia, solo había una niña, Inés; con la que estuvimos medio año trabajando juntos. Después vino la mejor amistad que he hecho en este centro, Álex. Juntos nos lo pasábamos muy bien: nos gustaba jugar a fútbol, bromeábamos, nos lo pasábamos muy bien en las sesiones.

En las sesiones hacíamos juegos de mesa, algunas fichas, juegos de motricidad y mi juego preferido: el Mataconejos.

Después de un tiempo llegó Iván y, al cabo de unas sesiones, Inés se marchó. Posteriormente, vino Helena y formábamos un gran grupo: Álex, Helena Iván y yo.

Al cabo de un tiempo me enteré de que Álex se iba, cosa que no me hizo mucha gracia. Finalmente, vino Roger. Todavía no nos hemos podido conocer mucho. De este tiempo me quedo con todo, pero sobre todo con Álex y con Luis, mi terapeuta.

Luis me ha ayudado a formarme como una gran persona y lo recordaré no solo como a mi terapeuta, sino como a un amigo que me ayuda porque gracias a él he mejorado en saber competir y a tener mucha autoestima (hasta demasiada). La autoexigencia la sigo teniendo, pero en otro grado…

También le quiero dar las gracias a Joëlle, que gracias a ella también he mejorado y he podido salir de este problema, y a Mª José, porque cada vez que llegaba al centro era bien recibido.

¡Espero volver a veros!»

Si quieres información sobre la terapia de lateralidad, ponte en contacto con nuestro centro.
Ciberacoso o ciberbullying escolar: cifras y recursos de ayuda
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Ciberacoso o ciberbullying escolar: cifras y recursos de ayuda

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 21 junio, 2018 Acoso escolar, Ciberacoso, El trastorno de lateralidad

Por Susana Lladó

Hace unos meses publicamos un artículo sobre el acoso escolar (Acoso escolar o bullying: terapia para ayudar a las víctimas) en el que explicamos el perfil de un acosador, el de una víctima, la dinámica que se establece entre ellos y cómo es la terapia que realizamos en nuestro centro para ayudar a las víctimas de este tipo de acoso. En ese artículo abordamos el acoso escolar tradicional, el que se da en las escuelas y las calles; sin embargo, muchos acosadores escogen ejercer su violencia a través de las nuevas tecnologías, y otros amplían el acoso a través de estas mediante lo que se denomina ciberacoso o ciberbullying: un tipo de acoso que está aumentando en nuestro país y que presenta algunas particularidades respecto al acoso escolar tradicional.  Hoy queremos tratar este tema y, sobre todo, ofrecer algunos recursos de ayuda que proporcionan asociaciones especializadas.

 

 

Datos y cifras sobre el ciberacoso

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), España es uno de los países donde más se practica el ciberacoso. La Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña publicaron hace poco un informe que arroja los siguientes datos: uno de cada cuatro casos de acoso escolar es ciberacoso (esta proporción aumenta con la edad: a partir de los 13 años es uno de cada tres casos), las chicas sufren mucho más este tipo de abuso que los chicos (70 -30%), la edad media a la que suele empezar a practicarse es a los 13 años, la plataforma más utilizada por los acosadores es WhatsApp (81 %), el acoso a través de las redes sociales lo padece una tercera parte de la casuística (36 %), el hostigamiento es diario para un 71,8% de las víctimas y suele prolongarse en el tiempo (un 38 % lleva más de un año sufriéndolo y un 40 % entre un mes y un año), la mayoría  de las víctimas son de nacionalidad española y pertenecen a familias convencionales y sin problemas económicos (en el 86% de los casos); los acosadores suelen estudiar en la misma escuela que sus víctimas, actúan en grupo y, normalmente, son de su mismo sexo, y un 30,6 % del ciberacoso va unido a agresiones físicas.

A estos datos hay que sumar el hecho de que la mayoría de las víctimas no pide ayuda a un adulto hasta que ha transcurrido todo un año escolar (habitualmente, a los padres) y aunque el 75 % de los profesores que son informados de un caso de ciberacoso toma alguna medida, las víctimas y sus familias consideran que estas son insuficientes (en un 59 % de los casos).

Llaman la atención dos datos más proporcionados por la Fundación Save the Children como resultado de una encuesta realizada a más de 21.000 niños españoles: la mitad de ellos reconocieron haber realizado ciberacoso en alguna ocasión y muchos de ellos confiesan no saber por qué lo hicieron.

Ciberacoso o ciberbullying escolar: cifras y recursos de ayuda

 

Características propias del ciberacoso

Tal como se explica en un informe del Instituto de la Juventud de España (Injuve), el ciberacoso escolar comparte las mismas características que el acoso escolar tradicional, si bien presenta una serie de características propias que lo distinguen de aquel:

  • Los acosadores utilizan las nuevas tecnologías para intimidar, humillar, amenazar y hostigar a sus víctimas: redes sociales, foros, correos electrónicos, chats, SMS, blogs, etc.
  • Los acosadores causan otro tipo de daños a sus víctimas, como la vulneración y ataque a su privacidad, mediante la difusión de fotos y/o vídeos comprometidos sin contar con su consentimiento.
  • El número de espectadores o testigos de este tipo de acoso es mucho mayor que en el acoso escolar tradicional debido a la capacidad viral de las nuevas tecnologías.
  • La información que los agresores suben a Internet permanece en la red, lo que incrementa exponencialmente la posibilidad de que, posteriormente, otros chicos se unan al hostigamiento.
  • Este acoso se puede realizar en cualquier momento y desde cualquier lugar, de tal forma que no solo se produce en el entorno escolar, sino que continúa después: no cesa y persigue al menor hasta su casa y hasta la hora de dormir, lo cual agrava el daño psicológico en el menor de edad víctima.
  • Tanto el acoso como el ciberacoso escolar constituyen una vulneración de los derechos fundamentales de los menores de edad que lo sufren y les provoca unas secuelas psicológicas que muchas veces se extienden también a sus familiares.

Las formas de ciberacoso escolar son muchas y muy variadas, aunque todas pretenden perjudicar la reputación de la víctima y causarle un daño emocional: agresiones físicas que los agresores cuelgan en Internet y que se difunden rápidamente por la red; la creación de perfiles falsos que suplantan la identidad del acosado para enviar mensajes comprometidos o delictivos; envío reiterado de correos electrónicos ofensivos o extorsionadores, publicación de información falsa sobre la víctima, etc.

 

Sexting, otra forma de ciberacoso

 

 

El diario El País publicó hace tres meses un artículo en el que se afirma que la práctica del sexting (compartir electrónicamente material sexual explícito) se ha incrementado exponencialmente entre los adolescentes en los últimos años, y que cada vez se practica a edades más tempranas: uno de cada siete jóvenes envía mensajes eróticos o pornográficos, uno de cada cuatro los recibe y entre ellos cada vez hay más preadolescentes. El sexting es otra forma que utilizan los ciberacosadores para dañar a sus víctimas: comparten fotos o vídeos hechos en la intimidad sin su consentimiento.

 

Recursos de ayuda

Huelga enumerar las consecuencias que cualquiera de estas prácticas tiene para un adolescente que las sufra: miedo, vergüenza, inseguridad, ansiedad, impotencia, angustia, aislamiento, estrés, sentimiento de culpabilidad, depresión, soledad, pérdida de la autoestima, tristeza y, en algunos casos, el suicidio. Hemos hecho una relación de algunas asociaciones y entidades que ofrecen en sus páginas web recursos de ayuda y material pedagógico e informativo para las escuelas, padres y víctimas del ciberacoso:

 

Pantallas Amigas

Su misión es la promoción del uso seguro y saludable de las nuevas tecnologías y el fomento de una ciudadanía digital responsable en la infancia y adolescencia. En su página web encontraréis una gran cantidad de recursos y material didáctico, así como enlaces a webs específicas muy útiles y a su canal de YouTube. Aquí tenéis algunos::

http://seguridad-redes-sociales.blogspot.com/

http://www.prevencionciberbullying.com/

http://www.pantallasamigas.net/ayuda-para-madres-y-padres.shtm

http://www.pantallasamigas.net/apoyo-a-centros-escolares.shtm

http://www.sexting.es/

http://www.pantallasamigas.net/otros-webs/internet-grooming-net.shtm

Fundación ANAR

Injuve

Save The Children

Instituto Nacional de Ciberseguridad de España

Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Guía para padres y profesores).

Agencia Española de Protección de datos (Sé legal en Internet: guía para jóvenes).

Generalitat de Catalunya

Fuentes:

Aspectos jurídicos del acoso y ciberacoso escolar

https://www.elespanol.com/sociedad/20160920/156984478_0.htmlhttps://gaptain.com/blog/bullying-ciberbullying-acoso-espana/

http://www.elmundo.es/promociones/native/2017/11/07/

Datos sobre Bullying y Ciberbullying en España

Resiliencia: por qué es tan importante para nuestra salud y cómo desarrollarla
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Resiliencia: por qué es tan importante para nuestra salud y cómo desarrollarla

Susana Lladó - Lladó Comunicación 8 junio, 2018 El trastorno de lateralidad, Emociones, Estrés crónico 0

La resiliencia es la capacidad para adaptarse a las adversidades y a las fuentes de tensión que nos producen estrés: problemas personales, familiares, laborales, económicos, traumas, etc. Es un hecho que, en nuestra sociedad, el estrés va en aumento. Cada vez nos enfrentamos a más estresores: escenarios políticos convulsos, horarios laborales que fagocitan la vida personal, aumento de presión en el trabajo, etc. Para intentar minimizar el estrés que estas situaciones nos provocan, solemos reaccionar con 2 tipos de respuestas; ambas equivocadas, según los expertos, ya que son parches temporales e ineficaces:

1). Nos proponemos ser más resistentes ante el estrés. Es decir, confundimos la resiliencia con la resistencia: nos enfocamos en ser capaces de soportar la situación.

2). Buscamos soluciones de tipo externo: cambiar de trabajo, contratar a una persona que nos ayude en las tareas domésticas y a un nuevo empleado que nos alivie la carga de trabajo en la oficina, etc.

Muchas personas no solo tienen horarios que dificultan o imposibilitan la conciliación de la vida laboral, personal y familiar: la presión a la que se ven sometidas provoca que el trabajo también invada las conversaciones durante la cena, su mente durante el poco tiempo de ocio que puedan tener y la calidad de sus horas de sueño. Además, el hecho de vivir hiperconectados (dispositivos electrónicos) tampoco favorece la desconexión de la continua actividad cognitiva. La adicción al trabajo no viene determinada exclusivamente por el horario laboral, también se produce cuando el trabajo invade de tal forma nuestra vida que termina afectando a las otras parcelas importantes de esta.

Según un artículo publicado en Harvard Business Review, la falta de periodos de recuperación es la que está frenando nuestra capacidad colectiva de ser resilientes. Los investigadores han hallado una correlación directa entre esa ausencia de periodos de recuperación y una mayor incidencia de problemas de salud (lo que, por cierto, también se traduce en pérdidas de productividad para las empresas y en un alto coste económico, no solo personal y social).

Sin duda, podríamos entrar en un debate sobre los cambios que deberíamos introducir en nuestras sociedades para cambiar, mejorándolo, el modelo actual; sin embargo, ese debate no mejoraría nuestra resiliencia. Esa es otra cuestión. La resiliencia trata de nuestra capacidad para vivir mejor sea cual sea el escenario en el que nos encontremos. En ese sentido, el problema no son solo los factores externos, que son reales, sino cómo cuidamos de nosotros mismos para minimizar su impacto en nuestro bienestar. Como se dice en el artículo que hemos citado, la resiliencia trata de cómo recargarnos, no de cómo soportar el estrés.

 

Qué podemos hacer para mejorar nuestra resiliencia

El primer punto importante a tener en cuenta es que la resiliencia no es una capacidad innata; es decir, no es algo que se tiene o no se tiene, sino que, afortunadamente, podemos aprender a desarrollarla. El objetivo es cambiar la forma en que manejamos el estrés y cultivar nuestra capacidad de recuperación, sabiendo que esto requiere de un aprendizaje continuo. Estas son algunas pautas que pueden ayudarnos:

1). Tener presente que no podemos evitar ni cambiar la mayoría de los acontecimientos que ocurren en el mundo, pero sí podemos cambiar la forma en que nos enfrentamos a esas circunstancias.

2). Aceptar que el cambio continuo forma parte de la vida.

3). Aprender a no magnificar hechos o situaciones y ponerlas en perspectiva.

4). Aprender a distinguir entre lo que depende de uno y lo que no para no asumir cargas innecesarias.

5). Ser conscientes de que tenemos la capacidad para reinterpretar de una manera menos estresante todo aquello que no depende de nosotros.

6). Centrarnos en cambiar lo que sí depende de nosotros y ponernos pequeñas metas asumibles.

7). Aprender a cuidarse: a veces, la vorágine diaria hace que ni siquiera nos preguntemos qué necesitamos o qué nos gustaría hacer. Practicar actividades que nos hacen sentir mejor nos ayuda a poner en forma nuestra mente (y nuestro cuerpo) para hacer frente a situaciones que requieren resiliencia.

8). Intentar aprender del propio estrés: analizar situaciones de estrés anteriores para ver qué podemos cambiar al enfrentarnos a una nueva, preguntarnos qué factores desencadenantes deberíamos revisar para poder gestionar mejor nuestro tiempo, escuchar las señales fisiológicas que experimentamos en medio del estrés para aprender a desarrollar habilidades en futuras situaciones similares y valorar el hecho de que las adversidades también son una oportunidad para crecer como personas.

9). Establecer buenas relaciones: contar con las personas que nos quieren y apoyan, y con las que podemos compartir momentos de calidad, también fortalece la resiliencia.

10). Establecer una buena relación con uno mismo: en ocasiones, somos nuestro peor enemigo. Para desarrollar la capacidad de resiliencia es necesario que aprendamos a confiar en nuestras capacidades.

11). Revisar nuestra biografía para determinar qué factores no sabemos manejar y buscar apoyo profesional, si es necesario, para aprender a mejorar nuestras habilidades y nuestras respuestas ante esos factores.

12). No quedarse anclado en el análisis, ya que entonces propiciamos la ansiedad. Una vez realizado el análisis hay que pasar a la acción: poner en práctica nuevas respuestas al estrés.

 

Fuentes:
To handle Increaded Stress, Build Your Resilience

Resilience is about how you recharge, not how you endure

Los test de CI que diagnostican erróneamente deficiencia mental
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Los test de CI que diagnostican erróneamente deficiencia mental

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 29 mayo, 2018 El trastorno de lateralidad, Terapia de lateralidad 0

Con cierta frecuencia (la suficiente para resultar alarmante) acuden a nuestro centro pacientes que vienen con un informe de CI de entre 60 y 70; es decir, que han sido diagnosticados de deficiencia mental cuando, en realidad, y tal como constatamos nosotros posteriormente, no la presentan. Hoy queremos llamar la atención sobre este hecho y tranquilizar a los padres de niños con trastorno de lateralidad que puedan estar preocupados y angustiados por un diagnóstico de estas características.

 

Los test de CI en niños con trastorno de lateralidad

Cuando los niños o adolescentes con trastorno de lateralidad realizan un test de CI o inteligencia, suelen obtener un resultado bastante inferior al de su potencial intelectual. Esto se debe a varias causas: el propio trastorno de lateralidad, su retraso psicomotor y del lenguaje, y el bloqueo, que es una característica común a todos ellos.

La mayoría de estos pacientes ya ha realizado otras terapias antes de acudir a nuestro centro, terapias que han fracasado o que han dado pocos resultados: neurofeedback, trabajo con logopeda, terapia psicomotriz, psicoterapia, tratamiento para la dislexia, tratamiento de optometría (para tratar la lateralidad del ojo), tomatis (para tratar la lateralidad del oído), etc. No obstante, nunca se les ha hecho un test de lateralidad completo (brazos y mano/ojo, pierna estática/pierna dinámica, oído/motricidad facial y cervicales) y, por tanto, nunca han recibido un tratamiento adecuado para curar su lateralidad cruzada; curación con la que los influjos nerviosos llegan adecuadamente al cerebro permitiendo que la persona disponga del 100 % de sus capacidades cognitivas.

 

Consecuencias

El diagnóstico erróneo de CI convierte a estos niños en “niños etiquetados”, provocándoles un gran sufrimiento innecesario. El error los marca para toda su vida y en los diferentes ámbitos posibles: el personal, el escolar (posteriormente, el laboral), el social y el familiar. Y, obviamente, los padres también quedan profundamente afectados tras recibir un diagnóstico en el que se asegura que su hijo tiene deficiencia mental. En la mayoría de estos casos se produce un cambio de colegio: normalmente, a una escuela de nivel pedagógico inferior y, a veces, a una escuela de enseñanza especial en la que están con niños con patologías y en un ambiente que, en lugar de ayudarles, les perjudica, ya que les hace perder habilidades.

 

Cambios en los resultados del test de CI una vez iniciado el tratamiento de lateralidad

Como es natural, cuando estos padres llegan a la consulta por primera vez están desesperados y quemados. No han visto evolución con las terapias anteriores y piensan que el problema de su hijo no tiene solución. En algunas ocasiones, en la primera visita, nos piden que le realicemos al niño un nuevo test de inteligencia. Es necesario explicar que antes de iniciar el tratamiento de lateralidad no tiene ningún sentido realizar un nuevo test de CI, ya que el resultado no será válido: será inferior al del potencial del niño. En general, realizamos esta prueba después del segundo test de control del tratamiento de lateralidad, aunque esto depende de la evolución de cada niño (puede ser entre el quinto mes y los 15 meses). En todos los casos, los resultados muestran un incremento de CI respecto al informe previo, con valores que se sitúan dentro de lo normal (a veces el resultado es “normal-bajo”, pero normal).

 

En conclusión, los profesionales que realizan los test de CI en las escuelas o en centro privados deberían tomar en consideración que el trastorno de lateralidad puede alterar significativamente los resultados de esta prueba. Estos test no deberían estar automatizados: es necesario tener presente el factor humano, ser consciente de que estos niños se bloquean con mucha facilidad, por lo que se les debe procurar un tiempo de adaptación, así como el ambiente y la motivación necesarios para que puedan dar lo mejor de sí mismos. Aun así, hay que tener presente que hasta que no se pongan en tratamiento, la lateralidad cruzada impedirá que los resultados reflejen su verdadero cociente intelectual.

Para cualquier consulta, podéis poneros en contacto con nuestro centro.

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