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Cómo saber si mi hijo tiene problemas de lateralidad (II)
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Cómo saber si mi hijo tiene problemas de lateralidad (II)

Susana Lladó - Lladó Comunicación 29 marzo, 2021 El trastorno de lateralidad, Emociones, Equilibrio, Hipertonía, Hipocondría, Lateralidad cruzada, Lateralidad y CI, Organización corporal, Organización temporal, Orientación espacial, Problemas de equilibrio, Problemas de lateralidad, Síntomas de lateralidad cruzada

 

La semana pasada publicamos la primera parte de este artículo en el que estamos explicando las dificultades más habituales que presentan los niños con problemas de lateralidad. En la primera parte abordamos:

  • Los problemas de lectura
  • Los problemas de escritura
  • Las dificultades en el lenguaje verbal
  • Las dificultades en el lenguaje escrito
  • Los problemas de predislexia

 

El objetivo del artículo es que tanto padres como profesores puedan identificar los síntomas de una posible lateralidad heterogénea para solicitar un test completo de lateralidad cruzada que confirme o descarte el diagnóstico. Este test neurofisiológico evalúa cuántos cruces de lateralidad tiene la persona y en qué grado, resultados que nos permiten diseñar una terapia de lateralidad personalizada para cada paciente.

 

En esta segunda parte, proseguimos con los siguientes problemas de lateralidad:

 

Dificultades de organización temporal y de abstracción

  • Les cuesta aprender las horas y saber en qué día de la semana, mes y estación están: muchos no pueden escribir su fecha de nacimiento completa, no saben la fecha del día en curso (si es martes o jueves, el mes, si es primavera u otoño, no han establecido la relación entre los meses y las estaciones, etc.). Estas dificultades de organización temporal, razonamiento y abstracción que les impiden establecer relaciones cronológicas y secuenciales también provocan que, por ejemplo, en invierno se pongan un jersey de primavera, o al revés. En otras palabras, no pueden hacer el link entre el momento en el que viven y eso a lo que llamamos “estaciones del año”, ya que hacer este link implica capacidad de abstracción y de organización temporal; dos capacidades que no tienen adquiridas (ambas deberían estarlo a los siete años).
  • Les cuesta entender la noción de temperatura: no ven la diferencia entre 10 grados y 30. Esta noción es como un constructo ajeno a ellos.

 

Tienen poca autonomía

  • Dificultades para vestirse solos a los siete años, aproximadamente, cuando ya deberían poder hacerlo. Les cuesta atarse los zapatos (pasar por delante y por detrás los cordones, y orientarlos a la izquierda y derecha), al ponerse los pantalones se hacen un lío, el jersey se lo ponen al revés, son incapaces de abrocharse los botones de una camisa, se visten poniéndose primero los zapatos sin darse cuenta de que primero hay que ponerse el pantalón (secuencia, cronología), etc. No tienen la autonomía que ya deberían tener a su edad. Son niños muy dependientes de la ayuda de los padres.

  • Les cuesta lavarse el pelo y ducharse solos: no ponen la cantidad suficiente de champú ni de agua, se empiezan a aclarar el pelo cuando todavía no está lavado (secuencia), se despistan con el agua y juegan en lugar de ducharse, etc.

Dificultades de organización

  • Los niños con problemas de lateralidad tienen serias dificultades para organizarse el día y gestionar las tareas: no saben por dónde empezar, cómo seguir y cómo terminar los deberes, los trabajos de las asignaturas, etc. Esta dificultad se ha agravado con la pandemia debido a que su rutina ha cambiado. También les cuesta muchísimo hacerse la cama, poner la mesa bien, ordenar la ropa y su habitación, o cualquier otra responsabilidad de este tipo. No hay noción de límite (una parte puede ser educacional, pero hay otra que está relacionada con la lateralidad).

Problemas de equilibrio

  • Problemas de equilibrio estático (cómo se produce el recorrido sináptico cuando el niño está quieto): los niños con problemas de lateralidad presentan inestabilidad motriz, temblores y dificultad en el concepto de distancia y en el de ritmo (estas últimas producen dificultades para el cálculo).

 

  • Problemas de equilibrio dinámico: presentan descoordinación general y desequilibrio en el movimiento. Los niños hipotónicos son patosos, se caen, no les gusta hacer deporte, son poco ágiles, tienen dificultades para ir en monopatín y en bicicleta, así  como para jugar al fútbol. Prefieren bucear, hacer natación y practicar la equitación.

Problemas específicos en función de si son hipertónicos o hipotónicos

  • Los niños hipertónicos son ágiles en los deportes, pero por su precipitación, no calculan los espacios, las distancias. Son muy nerviosos e irritables, por lo que pueden alzar la voz y gritar, tener reacciones bruscas y tirar y romper cosas. Son poco pacientes, se exasperan porque exigen inmediatez, son extrovertidos y muy sociables. Necesitan liberar su energía practicando deportes.

 

  • Los niños hipotónicos: los hipercinéticos son muy inquietos, se mueven mucho, pero no presentan TDAH (no son hiperactivos). Presentan gran ansiedad, se bloquean con facilidad y son lentos en su vida cotidiana y escolar. Pueden tener momentos de apatía (se quedan tumbados en el sofá o en la cama) y son poco sociables e inhibidos.

Repercusiones en el rendimiento mental y emocional

 

  • Por todo lo expuesto, podríamos decir que son niños que están como perdidos, que no se apropian de su vida: por ejemplo, no saben a qué hora deben coger el autobús para ir al colegio y por eso siguen sin vestirse cuando deberían estar saliendo de casa. Los padres se ven obligados a ir continuamente detrás de ellos marcando los tiempos porque ellos no los interiorizan. Asimismo, ellos notan que “algo” va mal, que son diferentes, que les toman por tontos o piensan que quizá lo son (recordemos que la lateralidad cruzada no está relacionada con el cociente intelectual). Son niños muy sensibles que lo pasan francamente mal. De hecho, tienen una sensibilidad especial para captar el estado emocional de los otros, sobre todo, de las personas más cercanas (si un progenitor no se encuentra bien o está preocupado por algo). Como no tienen un yo fuerte y pueden dar la impresión de fragilidad, algunos de ellos son víctimas del acoso escolar.

 

  • No están entendiendo el confinamiento por covid-19: viven como un castigo no poder ver a sus amigos o que se hayan suspendido las clases de las actividades extraescolares a las que iban porque no pueden organizar como sujetos lo que está pasando.  Hay que tener en cuenta que, aunque no presentan un retraso mental, sí hay un retraso de unos 2 años en su madurez. En cambio, se les exige una comprensión de lo externo cuando ellos no se sitúan ni siquiera a sí mismos. Por ejemplo, si se despiertan por la noche porque necesitan ir al lavabo, tienen que llamar a su madre porque no se orientan bien (desorientación espacial y desorientación propia porque no tienen adquirida la noción de esquema corporal). Leer el artículo Los síntomas de la lateralidad cruzada agudizados por el confinamiento.

 

  • Todos estos problemas de lateralidad repercuten en su rendimiento mental, lo que, a su vez, repercute en su rendimiento emocional. Se sienten inseguros y presentan infravaloración, desmotivación y ansiedad (de hecho, cada vez vemos a más niños con depresión o predepresión). La ansiedad, desmotivación y depresión no son un problema psiquiátrico en estos niños: se deben al trastorno neurofisiológico provocado por la lateralidad heterogénea (mal definida).

En muchos casos, también hay un retraso o retardo motor (próximamente, publicaremos un artículo explicando cuál debería ser la evolución del desarrollo motor en cada edad).

El pasado 11 de mayo reabrimos el centro para las terapias presenciales individuales. Por favor, si vas a pedir cita, lee las medidas sanitarias y protocolos de higiene y seguridad que hemos implementado en el centro para evitar la transmisión cruzada de Covid-19 entre nuestro personal y los pacientes. Para los pacientes que viven fuera de Barcelona, seguimos realizando las terapias online. Si quieres hacernos una consulta, puedes ponerte en contacto con el centro.

Desde que se decretaron las nuevas medidas de restricción de la movilidad a finales de octubre, en el centro tramitamos los justificantes de desplazamiento a los pacientes y a sus acompañantes. Si vas a pedir cita, por favor, solicítanos el justificante. Una de las excepciones a las limitaciones de movilidad vigentes son los desplazamientos, debidamente justificados, a centros y establecimientos sanitarios y sociales.

Por qué los problemas de equilibrio físico afectan al equilibrio emocional
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Por qué los problemas de equilibrio físico afectan al equilibrio emocional

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 13 noviembre, 2018 El trastorno de lateralidad, Equilibrio 0

 

•El equilibrio físico condiciona la manera en la que el niño se ve en el mundo
 

Uno de los síntomas del trastorno de lateralidad son los problemas de equilibrio. No obstante, cuando hablamos de “equilibrio”, es importante comprender que las dificultades físicas que experimentan los pacientes con lateralidad cruzada redundan en su equilibrio emocional; es decir hay que entender esta palabra en un sentido global. Vamos a ver por qué.

El funcionamiento del equilibrio físico está estrechamente relacionado con la manera en la que un niño ve, oye y siente el mundo que le rodea. Hace varias décadas, Ray Barsch ya afirmó que para que un niño pueda desarrollar su estabilidad interna es imprescindible que domine el control del equilibrio. Si el equilibrio está afianzado, los sentidos de la visión, oído y tacto quedan “liberados” para procesar la información del entorno. En cambio, si el equilibrio es inestable, varias áreas del cerebro se verán obligadas a implicarse en exceso para tratar de controlar el equilibrio, con lo que se verá comprometido el desarrollo cognitivo.

Por qué los problemas de equilibrio físico afectan al equilibrio emocional

La atención, el equilibrio y la coordinación son el “ABC” del éxito en el aprendizaje. Y es el equilibrio el que proporciona la base para el desarrollo de la coordinación, la percepción visual y los movimientos estables.

Sally Goddard, experta en neurodesarrollo, afirma que estas habilidades son cruciales para todos los aspectos del aprendizaje: para controlar el cuerpo en los deportes, para poder quedarse quieto, para seguir el movimiento de un objeto, controlar los movimientos oculares necesarios para leer la línea de una frase en un texto, e incluso para pensar con claridad. En una entrevista publicada el año pasado en La Vanguardia, la experta decía que el equilibrio es tan esencial porque nos permite tener el sentimiento de seguridad y estabilidad en el espacio, y porque esta seguridad física se transfiere a la emocional.

Nuestra seguridad física y emocional empiezan a construirse cuando, de niños, vamos adquiriendo conciencia de nuestra posición en el espacio. Y lo hacemos a través del movimiento. Tal como explica Goddard, “El movimiento es el primer idioma del niño. Los niños se expresan a través de una combinación de movimiento y gesto. Y estos movimientos y gestos, con el tiempo, constituyen también la base de la comunicación no verbal, de la cual depende, en gran medida, la eficacia de nuestra comunicación en el futuro”.

Por estas razones, en nuestro centro, incluimos en la terapia de lateralidad el trabajo de equilibrio del cuerpo. Si quieres hacernos alguna consulta sobre este tema, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

Fuentes:

 
Entrevista a Sally Goddard sobre equilibrio y neurodesarrollo.
Entrevista en La Contra de La vanguardia: Movimiento y aprendizaje están relacionados

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