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Depresión infantil: tipos, factores familiares de riesgo y síntomas_Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart
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Depresión infantil: tipos, factores familiares de riesgo y síntomas

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 21 agosto, 2019 Depresión infantil, El trastorno de lateralidad, Emociones, Hiperactividad y TDAH

En este artículo, la psicóloga de nuestro centro Ganaëlle Anza Guitart nos explica los tipos de depresión infantil, los factores familiares de riesgo, los síntomas a los que hay que estar alerta, así como un caso clínico que ilustra la respuesta inadecuada y contraproducente que se da, algunas veces, en el entorno de estos niños.

Diagnóstico: algunas depresiones infantiles están enmascaradas

Reconocer y diagnosticar la depresión en un niño puede ser complejo debido a que la depresión infantil puede estar presente junto a otros trastornos, como la ansiedad y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Detrás de un comportamiento hiperactivo o de conductas de rebeldía o agresivas puede haber una depresión enmascarada.

A pesar de la dificultad que supone el diagnóstico, la depresión es la principal causa de enfermedad y discapacidad en niños y adolescentes de ambos sexos entre 10 y 19 años, según la OMS (Organización Mundial de la Salud).

El hecho de que los padres exijan una serie de cualidades a su hijo y manifiesten su decepción cuando este no responde a sus expectativas, constituye un factor de riesgo

Depresión infantil: tipos, factores familiares de riesgo y síntomas_Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart

Tipos de depresión infantil

Existen varios tipos de depresión infantil:

-Distimia: un tipo de tristeza leve que se prolonga durante un largo periodo de tiempo.

-Trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo: es una forma menos severa que la anterior y, para ser diagnosticada como tal, debe estar presente durante un periodo inferior a los seis meses.

-Depresión grave/mayor: interfiere significativamente en las actividades de la vida diaria: en la escuela, en la vida social, en las relaciones familiares, etc. El niño presenta un estado de ánimo depresivo o irritable y/o falta de interés o placer en casi todas las actividades por un período mínimo de dos semanas. En algunas ocasiones, puede llevar a intentos autolíticos (las tentativas autolíticas son actos suicidas cuyo resultado no implica la muerte), aunque estos son muy poco comunes en los niños pequeños.

Factores familiares de riesgo

Existen factores familiares de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de un estado depresivo en la infancia. A menudo se observa, a través de la anamnesis, que uno de los padres o cuidadores ha vivido una situación de duelo coincidiendo con los primeros años de vida del niño, que la madre ha sufrido una depresión postparto o que alguno de los principales cuidadores ha sufrido algún otro tipo de depresión.

Asimismo, constituye otro factor de riesgo el hecho de que los padres exijan una serie de cualidades a su hijo y manifiesten su decepción cuando este no responde a sus expectativas.

Sintomatología de la depresión infantil

Depresión infantil: tipos, factores familiares de riesgo y síntomas

Los síntomas que deben alertarnos sobre la posibilidad de que un niño esté sufriendo un estado depresivo son los siguientes:

-Tendencia al aislamiento: rechazo o mínimo interés en el juego, aislamiento y pérdida de la relación con los compañeros.

-Cambios en la dinámica habitual: dificultades escolares, fatiga matinal, pérdida de la vivacidad y de la espontaneidad en el intercambio con el otro, falta de concentración, etc.

-Expresiones somáticas: problemas para conciliar el sueño, dolores de cabeza / barriga, enuresis y pérdida del apetito.

-Agitación psicomotriz y comportamientos agresivos y de enfado: este comportamiento puede convertirse en una forma habitual de defenderse de los sentimientos depresivos.

-Búsqueda inconsciente para exponerse a situaciones de riesgo: a menudo son niños que padecen caídas u otros accidentes por falta de cuidado y atención, y que pueden responder a tendencias autopunitivas.

-Apreciaciones subjetivas (rara vez expresadas directamente por el niño): sentimiento de aburrimiento y vacío, tristeza, preocupaciones, poca esperanza, sentimientos de impotencia, imagen negativa de sí mismo y/o culpabilidad.

Los dos criterios esenciales para el diagnóstico de la depresión en el niño son el estado de ánimo disfórico (tristeza, ansiedad, inquietud, etc.) y las ideas de desaprobación de sí mismo

Criterios clínicos esenciales para el diagnóstico de la depresión infantil

Existen 4 criterios clínicos esenciales para el diagnóstico de la depresión en el niño, mencionados por F. Palacio y R. Dufour (1995):

-Problema manifiesto y duradero del estado de humor, ya sea en forma de tristeza o de exaltación del humor (formas hipomaniacas).

-Inhibiciones (en el aspecto psicomotor, mental, afectivo, lúdico, intelectual, escolar, etc.) o, por el contrario, presencia de un cuadro de hiperactividad.

-Manifestaciones persistentes negativas sobre sí mismo o, a la inversa, exaltadas (hipomanía).

-Vivencias de pérdida con sentimientos de soledad, de abandono, de rechazo y de exclusión; ideas con miedos a la enfermedad o a la muerte de los seres queridos o, a la inversa, en la presentación hipomaníaca: vivencia de las relaciones marcada por la idealización.
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Para Weinberg y colaboradores, los dos criterios esenciales para el diagnóstico de la depresión en el niño son el estado de ánimo disfórico (tristeza, ansiedad, inquietud, etc.) y las ideas de desaprobación de sí mismo. Además, debe haber, al menos, otros dos síntomas de los enunciados anteriormente.

Caso clínico

El ambiente niega y el niño hace de chivo expiatorio

Depresión infantil: tipos, factores familiares de riesgo y síntomas

Una madre acude a una primera vista con su hijo de 10 años relatando, como motivo de consulta, una disminución del rendimiento escolar, dificultades en la concentración y cierta tristeza en el niño.

Ante este decaimiento general de su hijo, la respuesta de la madre y de la escuela (tras coordinación entre ambas) es una respuesta de exigirle, presionarle y verlo como un niño vago. Esto hace pensar en cómo la tristeza del niño crea cierta rabia y frustración en su entorno; aspectos que también pueden estar inscritos en el niño, pero que, de momento, están colocados en los demás. Tal como lo expresa Fillat, N. (1998), «A menudo, estas manifestaciones del niño irritan al adulto y aumenta la exigencia de los padres y de los educadores, lo cual no hace más que aumentar el sentimiento de fracaso en el niño y, finalmente, provocar que tire la toalla. A veces, no es fácil hacer entender a los padres que el niño está desanimado, deprimido; que no se siente lo suficientemente válido y capaz, que se siente fracasado y en un camino sin salida».

A través de las entrevistas, aparecen datos relevantes: la separación de los padres cuando el niño tenía 4 años, un cambio de ciudad con la madre poco tiempo después (lo que provoca que vea menos a su progenitor) y, un año más tarde, el cambio de residencia del padre a otro país y la poca presencia desde entonces de la figura paterna, entre otros.

Asimismo, al entrar en Primaria, el niño empieza a ser objeto de burlas por parte de sus compañeros: se burlan de su sobrepeso. Aunque es cierto que el niño tiene una estructura corporal algo más grande que los otros niños de su edad, creo que la causa del acoso es que sus compañeros detectan su fragilidad debido al perfil de cierta formalidad y sometimiento que presenta.

En líneas generales, podemos decir que en la historia biográfica del niño acontecen una serie de rupturas, duelos y vivencias amenazantes que, seguramente, también están presentes en la madre ―en su ansiedad y en su estilo educativo― a través del exigir. Tal como escriben Alberto Campo y Cristina Ribera (1989), «El ambiente niega y el niño hace de chivo expiatorio». La madre tiene cierta tendencia a quitarle importancia a los hechos vividos, como una manera de protegerse a sí misma de contactar con su propio sufrimiento. Y al verlo en el hijo, rápidamente se minimizan las consecuencias o el malestar que ambos puedan compartir.

A través de las entrevistas y de las pruebas diagnósticas, se observa en el paciente un fondo de personalidad con ansiedades depresivas y fóbicas, y unas defensas evitativas y de retraimiento. La imagen de ser un buen niño ejerce un gran peso sobre él (no mostrar su sufrimiento, cumplir con las normas y objetivos que no logra alcanzar, etc.) y, a la vez, alimenta sus sentimientos de culpabilidad (como el reproche y autorreproche por no cuidar suficiente a sus figuras parentales) y de desvalorización, así como su temor a que le dejen de querer.

El niño no puede mentalizar la rabia que reprime. Sin duda, teme exponerse, aunque también desea ser ayudado. Sin embargo, todo ello está entremezclado con una necesidad de complacer y de evitar cualquier confrontación, lo que hace que necesite decir que las cosas van mejor, evitando así remover ciertos temas o miedos.

Siguiendo el enfoque de Alberto Campo y Cristina Ribera (1989), el primer objetivo del terapeuta será calmar la ansiedad que presentan tanto la madre como el hijo y lograr que se sientan apoyados y comprendidos. Una vez que el niño pueda ir entendiendo por qué se ve como un niño malo, por qué se siente triste y por qué está acudiendo a terapia, también irá comprendiendo que no es tan malo, lo que, a su vez, disminuirá su ansiedad.

Bibliografía:

– La OMS pide que se preste mayor atención a la salud de los adolescentes. (2014). Recuperado de: http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2014/focus-adolescent-health/es/

– Depresión en los niños. (1998). Recuperado de: http://www.infocop.es/pdf/Depresionni%C3%B1os2017.pdf

– Campo, A.J. y Ribera, C. (1989). Hiperactividad, depresión, ambiente depresivo”. En El juego, los niños y el diagnóstico. pp. 87-97. Barcelona: Ediciones Paidós.

– Fillat, N. (1998). Sobre la depressió en el nen. XIII Jornades de la Revista Catalana de Psicoanàlisi.

Por qué la lateralidad cruzada con hipertonía se confunde con el TDAH
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Por qué la lateralidad cruzada con hipertonía se confunde con el TDAH

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 16 octubre, 2018 El trastorno de lateralidad, Hiperactividad y TDAH, Hipertonía 0

Las personas con trastorno de lateralidad pueden ser hipotónicas o hipertónicas. En el artículo anterior hablamos de los casos de lateralidad cruzada con hipotonía que se diagnostican erróneamente como casos de dislexia. Hoy dedicamos este artículo a los casos de lateralidad cruzada con hipertonía que se diagnostican, también erróneamente, como casos de TDAH o hiperactividad.

Se habla poco de la hipertonía, pero lo cierto es que, en nuestra experiencia clínica, muchos niños que llegan al centro con un diagnóstico de TDAH o hiperactividad son niños que, en realidad, sufren un problema de lateralidad con hipertonía general (miembros superiores e inferiores). La confusión en el diagnóstico se debe a que ambos trastornos tienen una sintomatología similar, aunque al tratarse de etiologías diferentes, requieren un tratamiento distinto. De otro modo, el paciente no experimentará ninguna evolución significativa.

 

Características de los niños con lateralidad cruzada e hipertonía

 

Los niños con problemas de lateralidad cruzada e hipertonía (tono muscular demasiado alto) presentan una serie de síntomas y características. Vamos a ver los más habituales:

• Sus músculos son muy fibrosos.

• Se mueven mucho, constantemente.

• Tienen mucha vitalidad y no se cansan “nunca”.

• Son vivaces y avispados: esto se trasluce en su mirada vivaracha, en la forma de saludar, de contestar, etc.

• Su vocabulario, en general, es rico.

• Tienen una gran fluidez verbal, aunque se expresan de forma “acelerada” debido a que su coordinación ideomotriz va demasiado rápida. En algunos casos, puede presentarse encallamiento al hablar o tartamudez en primer grado.

• Son muy impulsivos. En clase, por ejemplo, suelen adelantarse a lo que va a decir el profesor (equivocándose muchas veces en lo que dicen debido a la precipitación).

• Son lanzados y atrevidos, no suelen experimentar sensación de peligro.

• Muchos presentan tics: tuercen un labio, se levantan, se tocan un mechón de pelo o hacen ruidos guturales continuamente (este último tic requiere más trabajo terapéutico).

Por qué la lateralidad cruzada con hipertonía se confunde con el TDAH

• Por la noche, se resisten a irse a dormir y, en general, aunque se acuesten temprano, les cuesta conciliar el sueño, duermen poco, se mueven mucho y el sueño no es de calidad. Esto hace que, por la mañana, quieran quedarse más tiempo durmiendo, que se levanten cansados y de mal humor. Su cerebro tarda en “arrancar”, pero una vez lo hace, empieza su comportamiento acelerado.

• La aceleración y la impulsividad también se reflejan en el ámbito emocional: hay una gran demanda afectiva y de apoyo emocional. Esta demanda la dirigen tanto a los padres y maestros como a su terapeuta (cuando empiezan la terapia, a veces se abrazan al terapeuta con efusividad y desean que se quede con ellos haciendo los ejercicios).

• Son niños que dificultan, porque lo entorpecen continuamente, el ritmo de la clase.

• Tienen dificultades para parar súbitamente una acción. Por ejemplo: si al jugar a un juego de pelota se les dice “Quieto”, tardarán 2 o 3 segundos en reaccionar.

• Se precipitan en la mecánica lectora y al hacer las tareas escolares.

• Tienen un comportamiento compulsivo.

• Algunos de ellos están diagnosticados de dislexia auditiva y un porcentaje bajo (4 %) presenta problemas asociados de oído interno y, por tanto, de equilibrio.

• No suelen tener alergias (los hipotónicos, sí).

• No suelen tener fobias (los hipotónicos, sí), pero sufren angustia.

A pesar de que estos niños dan la impresión de autosuficiencia, de que pueden hacerlo todo solos, no es así: son muy inseguros y emocionalmente frágiles, por lo que necesitan mucho apoyo. Cuando, con su comportamiento, intentan monopolizar las situaciones, lo que están haciendo, en realidad, es manifestar su angustia. Debido a la alteración de su tono muscular -que se manifiesta con impulsividad e hiperactividad- es aconsejable introducir en su rutina diaria la práctica de algún deporte. En cambio, hasta que no están en una fase avanzada de la terapia de lateralidad, desaconsejamos que dediquen más de 10-15 minutos al día a jugar con dispositivos electrónicos, ya que estos juegos exigen una concentración que aumenta la alteración neurológica.

A la mayoría de los niños con TDAH se les orienta hacia la psicoterapia y son tratados farmacológicamente para disminuir su hiperactividad y mejorar su concentración. Pero, cuando se trata de niños con un problema de lateralidad, estos tratamientos no son eficaces y se pierde un tiempo muy valioso hasta que acuden a la consulta. En nuestro centro, no somos partidarios de incluir la medicación (suele ser fuerte y prescribirse durante años) como parte del tratamiento: la terapia de lateralidad, al ser un tratamiento neurofisiológico que lateraliza a la persona homolateralmente, consigue reducir paulatinamente los síntomas hasta la completa recuperación del paciente, sin que posteriormente se presenten recaídas.

Si quieres hacernos una consulta sobre este tema, puedes ponerte en contacto con nuestro centro.

 

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Las personas neurodiversas aportan valor y beneficios a las empresas tecnológicas
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Las personas neurodiversas aumentan la rentabilidad de las empresas tecnológicas

Susana Lladó - Lladó Comunicación 24 abril, 2017 El trastorno de lateralidad, Hiperactividad y TDAH 0

Esta semana, la revista Harvard Business Review ha publicado un interesante artículo, La neurodiversidad como ventaja competitiva (Neurodiversity as a Competitive Advantage), en el que se explica que varias de las compañías tecnológicas más importantes del mundo han empezado a poner en marcha programas de contratación de personas neurodiversas debido a que las habilidades especiales que estas presentan para realizar una serie de trabajos muy específicos se traducen en una mayor rentabilidad económica para este tipo de empresas (y no, exclusivamente, por mejorar su reputación).

La consultora que ha empezado a diseñar estos programas es una empresa danesa, Specialisterne, y los departamentos de Recursos Humanos de compañías como SAP, Hewlett Packard, Microsoft y Ford ya los están implementando para acceder a talento neurodiverso; y otras, como Dell Technologies, IBM y JP Morgan empiezan a hacerlo.

El artículo se centra, principalmente, en las personas autistas, pero señala que dichos programas van a extenderse a las personas afectadas por dispraxia (un trastorno neurofisiológico), dislexia, TDAH, personas con trastornos de ansiedad social y personas con otras afecciones que también podrían englobarse bajo el término «neurodiversas». El motivo, como decíamos, es que las personas que sufren este tipo de trastornos tienen una serie de habilidades que no suelen tener las personas neurotípicas; habilidades que son muy valiosas para la industria tecnológica: una inusual capacidad para combinar la habilidad matemática con la de desarrollo de software, una capacidad fuera de lo normal para reconocer patrones o una memoria portentosa.

Se calcula que, en 2020, y solo en la Unión Europea, habrá un déficit de 800.000 trabajadores de IT (Tecnología Informática), por no nombrar el déficit en otros sectores relacionados. Los perfiles más escasos, y más buscados, son perfiles que tienen una gran coincidencia con las habilidades de algunas personas neurodiversas: la analítica de datos, la implementación de servicios de IT y, lo que no es menos importante, la capacidad de ver las cosas de una manera diferente, porque miran en otra dirección a la que solemos mirar todos los demás.

Las personas neurodiversas aumentan la rentabilidad de las empresas tecnológicas

Los escollos con los que se encuentran las personas neurodiversas

Sin embargo, hasta ahora, estas personas han tenido (y siguen teniendo) grandes dificultades para acceder al mercado laboral, incluyendo las que están sobradamente cualificadas; las cuales, cuando consiguen un trabajo, suele ser uno que está muy por debajo de sus capacidades. Es muy significativo que cuando SAP empezó su programa de autismo en el trabajo, se presentaron personas con maestrías en ingeniería eléctrica, bioestadística, matemática aplicada y computacional, física de ingeniería, economistas especializados en estadística, etc. Y algunos con dos de estas carreras. ¿Qué ha impedido a tantas empresas aceptar a las personas con las habilidades que tanto necesitan? Resulta interesante adentrase en el análisis de las causas que se hace en el artículo; un análisis que no solo debería hacer reflexionar a las empresas tecnológicas, sino a todos nosotros como sociedad. Vamos a verlo (el artículo es extenso, pero haremos una síntesis).

El primer escollo con el que se encuentran las personas neurodiversas está en el proceso de selección. Las grandes empresas tienen diseñados procesos de selección que puedan ser aplicables a toda su organización. Este rasero homogéneo se vuelve en contra de estos candidatos, pero también se convierte en el sumidero por el que a las empresas se les escapa el talento neurodiverso. Tal como explica la directora de diversidad e inclusión de SAP, Anka Wittenberg: «Nuestra compañía se esfuerza en tener procesos de Recursos Humanos escalables. SI tuviéramos que utilizar los mismos para todos, dejaríamos escapar a las personas con autismo». Y es que una entrevista de trabajo estándar no es la mejor manera de evaluar a las personas neurodiversas: las personas autistas, por ejemplo, tiene serias dificultades para mantener el contacto visual, suelen ser «demasiado» honestos a la hora de hablar de sus puntos débiles y arrastran problemas de confianza derivados de experiencias anteriores.

Habitualmente, cuando pensamos en un buen candidato para un puesto de trabajo, pensamos en alguien con buenas habilidades de comunicación, que sabe trabajar en equipo, con inteligencia emocional, con una personalidad de «vendedor», etc. Todos estos criterios descartan a las personas neurodiversas.

El segundo gran escollo también tiene que ver, en realidad, con un hándicap de las propias empresas, sobre todo, de las grandes compañías: a los gerentes les cuesta aprobar medidas que van en contra de la estandarización, y las personas neurodiversas suelen necesitar algunas condiciones de trabajo especiales: una iluminación diferente o auriculares con anulación de ruido exterior, por ejemplo. No son medidas que supongan un gran coste económico, pero requieren que las compañías tengan la voluntad de ser flexibles y de aceptar la diferencia. En el artículo se hace mención al caso de John, un asistente en análisis de datos que es el empleado más productivo de su departamento. John lleva auriculares todo el tiempo, cuando la gente habla con él no se siente muy cómodo y cada diez minutos se inclina para apretar los cordones de sus zapatos porque no puede concentrarse cuando están sueltos. Antes de encontrar este puesto de trabajo estuvo dos años en el paro porque no pasó diversos procesos de selección. Está claro que es necesario introducir cambios en la forma de buscar y contratar talento, porque hay muchas personas como John.

Las personas neurodiversas aumentan la rentabilidad de las empresas tecnológicas

Por qué aumenta la rentabilidad de las empresas que contratan a personas neurodiversas

El hecho es que las empresas que están implementando estos programas de contratación ya están viendo su rentabilidad: aumento de la productividad, mejora de la calidad del trabajo, aumento de la capacidad innovadora y aumento del compromiso de los empleados. En el Departamento de Servicios Humanos de Australia, por ejemplo, el programa ha colocado a más de 30 participantes en puestos de pruebas de software. El resultado indica que son un 30 % más productivos que sus colegas, lo que ha llevado al Departamento de Defensa de Australia a desarrollar un programa de neurodiversidad en ciberseguridad. Los participantes aplicarán sus capacidades superiores de detección de patrones (patrones que otros no ven) a tareas tales como examinar registros y otras fuentes de datos desordenados para detectar signos de intrusión o ataque. Hay gerentes que incluso manifiestan que han obtenido un beneficio inesperado: al pensar a fondo en el aprovechamiento del talento de todos los empleados focalizando en las necesidades individuales, se han visto «obligados» a conocer mejor a sus empleados y han mejorado ellos como gerentes.

En realidad, la industria tecnológica ya lleva años contratando a personas «diferentes»: solo hay que pensar en los nerds (personas que se obsesionan con el estudio de un campo en particular y que tienen pocas habilidades sociales) y en muchas personas que forman parte de la historia y el presente de Silicon Valley. Algunos expertos aseguran que le incidencia del autismo es particularmente alta en este epicentro de la tecnología y plantean la hipótesis de que muchos de sus trabajadores puede que pertenezcan a este grupo de personas, aunque no hayan sido diagnosticados.

Terminamos con dos reflexiones: la primera es del co-presidente del Grupo de Trabajo de Neurodiversidad del Colegio William & Mary, John Elder; una persona con síndrome de Asperger: «La neurodiversidad es la idea de que las diferencias neurológicas como el autismo y el TDAH son el resultado de una variación natural y natural en el genoma humano»; la segunda, de los dos autores del artículo —Gary P. Pisano, miembro del Proyecto Competitividad de la Escuela de Negocios de Harvard y profesor de Administración de Empresas de la misma institución, y Robert D. Austin, profesor de Sistemas de Información en la Ivey Business School y autor del libro Las aventuras de un leader de IT—: «Todo el mundo es, en cierta medida, diferente, porque todos nacemos diferentes. Nuestras formas de pensar resultan tanto de nuestra maquinaria inherente como de las experiencias que nos han programado».

El artículo prosigue detallando una serie de medidas que habría que adoptar para integrar realmente a las personas neurodiversas en las compañías (utilizar procesos de evaluación y capacitación no tradicionales, sin entrevistas; integrar interlocutores sociales, capacitar a los gerentes y a los demás trabajadores, establecer un ecosistema de apoyo, etc.) y detallando un poco más las políticas que están adoptando estas compañías tecnológicas y los resultados que están obteniendo. Podéis leerlo entero (en inglés) clicando en este enlace.

 

Une étude révèle les différences présentes dans le cerveau des personnes qui ont un TDAH
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Un estudio revela las diferencias en el cerebro de las personas con TDAH

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 23 febrero, 2017 El cerebro, El trastorno de lateralidad, Hiperactividad y TDAH, Terapia psicomotriz 0

La semana pasada, se publicó en la revista Lancet Psychiatry  el estudio más amplio realizado hasta ahora sobre el TDAH, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad; un estudio que es fruto de la investigación de médicos y neurocientíficos de once países y que muestra que el cerebro de estas personas presenta alteraciones significativas en cinco estructuras neurológicas; es decir, que su cerebro es diferente al del resto de la población. Asimismo, los investigadores también han observado que el tamaño de su cerebro es menor que el de la media de la población, lo que sugiere que el TDAH está relacionado con la maduración tardía del cerebro.

 

Con anterioridad a esta investigación, en el cerebro de las personas con TDAH ya se habían detectado diferencias en tres estructuras: en el núcleo accumbens (implicado en los procesos motivacionales, como el de la recompensa), en el núcleo caudado (interviene en el procesamiento de las emociones y en las acciones dirigidas a objetivos, entre otras funciones) y el putamen (aprendizaje y control motor). Ahora, este nuevo estudio —coordinado por la Universidad Radboud de Holanda y en el que han participado, entre otros, científicos del Hospital del Mar, del Vall d’Hebron y de la UAB—, señala que también están afectadas la amígdala (que juega un papel fundamental en las emociones) y el hipocampo (orientación espacial y memoria). La investigación se ha llevado a cabo con una muestra de 1.713 personas con TDAH, y ha consistido en analizar sus cerebros con resonancia magnética y comparar los resultados con los de 1.529 personas sin TDAH.

 

Un estudio revela que el cerebro de las personas con TDAH es diferente

Según los investigadores, la alteración de las cinco áreas citadas explica la complejidad del TDAH y su efecto en el comportamiento de las personas que lo sufren. Los responsables de la investigación creen que la causa de estas alteraciones podría ser el retraso en la maduración del cerebro; sin embargo, todavía no pueden explicar por qué se produce dicho retraso.

 

Como ya es sabido, las personas con TDAH tienen una gran inquietud motriz (dificultad para permanecer tranquilas, para estar sentadas durante mucho rato, se mueven constantemente con nerviosismo, etc.), son muy impulsivas (responden a las preguntas precipitadamente e interrumpen las conversaciones), sienten una gran inquietud interior, les cuesta mantener la atención y la concentración (se distraen fácilmente), y tienen una gran falta de motivación. Todos estos síntomas tienen consecuencias en su vida diaria (en casa, en el colegio y en sus relaciones sociales) que les provocan, además, mucha ansiedad, baja autoestima, poca tolerancia a la frustración, irritabilidad y una gran sensación de fracaso.

Un estudio revela las diferencias en el cerebro de las personas con TDAH

El TDAH afecta, aproximadamente, a un 5 % de niños y adolescentes y, si no se trata adecuadamente, los síntomas perduran en la edad adulta (solamente un tercio de los adultos mejora al madurar su cerebro). Es fundamental, por tanto, hacer un diagnóstico preciso que incluya, además de los test, entrevistas con el niño y con su familia, así como pruebas que permitan observar directamente el comportamiento del niño. No hay que olvidar que hablamos de TDAH cuando se dan un conjunto de síntomas determinados, pero que estos mismos síntomas también están presentes en otro tipo de disfunciones o patologías, por lo que un diagnóstico erróneo podría comprometer su detección.

 

En nuestro centro, tratamos a los niños y adolescentes con TDAH focalizando la terapia en los aspectos psicomotores (aprendizaje y reeducación); factores que, a su vez, están relacionados con el control de sus emociones, y trabajamos estas, además, a través de su expresión mediante juegos y actividades manuales. Es imprescindible facilitarle al niño un espacio que no detecte como “amenazante”, en el que pueda expresar su frustración, enfado y rabia, y en el que el terapeuta pueda identificar con él lo que provoca dichas emociones para elaborlas desde la confianza. Por otro lado, la comunicación (entrevistas) con la familia y el tutor/profesores del paciente también es un aspecto esencial a la hora de abordar con éxito el tratamiento del TDAH.

Si tienes cualquier consulta sobre este tema, no dudes en ponerte en contacto con nuestro centro.

Fuentes:

http://www.lavanguardia.com/ciencia/cuerpo-humano/20170216/4260318887/personas-tdah-cerebro-diferente.html?utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_content=ciencia&utm_campaign=lv

 

https://ddd.uab.cat/pub/afin/afinSPA/afin_a2014m1n57iSPA.pdf

Lateralidad, hiperactividad e hiperkinesia con hipotonía. Aclaramos conceptos.
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Lateralidad, hiperactividad e hiperkinesia con hipotonía. Aclaramos conceptos.

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 11 enero, 2017 El trastorno de lateralidad, Hiperactividad y TDAH, Terapia psicomotriz 0

Un 40 % de las personas con trastorno de lateralidad presentan hiperkinesia con hipotonía, y un 80 % de estas personas que sufren hiperkinesia con hipotonía tiene, a su vez, dislexia (oral o escrita). En cambio, en la práctica clínica observamos que la hiperactividad (o el TDAH), a menudo, está asociado a la hipertonía. Asimismo, la hiperactividad, como conjunto de trastornos conductuales, es uno de los síntomas del trastorno de lateralidad. ¿Aclaramos conceptos? Empecemos por la hiperactividad.

 

Qué es la hiperactividad

Lateralidad, hiperactividad e hiperkinesia_Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart

Tal como explica Robert E. Valett en su libro Niños hiperactivos. Guía para la familia y la escuela, el término “hiperactividad” describe a niños con dificultades de aprendizaje, y problemas emocionales asociados, que presentan una serie de conductas específicas:

  • Movimiento corporal excesivo: es muy excepcional que jueguen o estén sentados tranquilamente.
  • Impulsividad: no suelen actuar pensando en las consecuencias de sus actos.
  • Distracción: les cuesta terminar tareas, atender instrucciones y concentrarse.
  • Problemas de retención/memoria: se les olvida lo que se les ha pedido, lo que estudian, etc.
  • Son muy emotivos: suelen sobrerreaccionar emocionalmente a los estímulos porque detrás de la hiperactividad hay un factor emocional (ira contenida, una cierta agresividad, etc.).
  • Problemas con la lectura (aunque no todos los niños con problemas de lectura son hiperactivos).
  • Problemas con las matemáticas: a menudo, a causa de la dificultad para concentrarse y retener información.
  • Problemas de coordinación motora: entre ellos, el equilibrio; lo cual repercute en su habilidad para practicar algunos juegos y deportes.
  • Dificultad para integrar las nociones de espacio y tiempo.

En consecuencia, y como suelen ser conscientes de estas dificultades, normalmente, son niños con baja autoestima que se inhiben delante de nuevos aprendizajes.

Lateralidad, hiperactividad e hiperkinesia con hipotonía. Aclaramos conceptos.

Los niños hiperkinéticos, en cambio, y a pesar de que presentan rasgos comunes a los hiperactivos —como su rechazo a las normas o su dificultad para integrar la noción de espacio y de tiempo—, son hipotónicos (bajo tono muscular), y por esto es frecuente verlos estirados en el sofá o jugando durante horas a montar estructuras (legos). Es decir, los niños hiperkinéticos, al igual que los hiperactivos, no “paran”, pero no son hiperactivos todo el tiempo (los hiperactivos, sí): son muy inquietos, pero tienen momentos de pasividad. Y tal como decíamos al inicio, un alto porcentaje de ellos tiene dislexia (lectura) o disgrafía (escritura) y una gran “patosidad” (se tropiezan, caen, aprender a andar y a ir en bicicleta con retraso y dificultad, suben al patinete con la pierna errónea, les cuesta jugar al fútbol, etc.).

 

Tratamiento para la hiperactividad e hiperkinesia

Tratamiento de lateralidad para niños con hiperactividad e hiperkinesia con hipotonía_

Algunos especialistas son partidarios de medicar a los niños hiperactivos (o con TDAH) para mejorar su capacidad de concentración y “aplacarlos” (a los niños hiperkinéticos, en cambio, no suelen prescribirles medicación). Sin embargo, hay que tener presente que, cuando estos niños finalizan el tratamiento farmacológico, pueden hacer brotes. En nuestro centro, no somos partidarios de utilizar la medicación en estos casos: el tratamiento, tanto para los niños con hiperactividad como para los niños hiperkinéticos con hipotonía, es el tratamiento de lateralidad; una terapia en la que se trabaja su problema neurofisiológico o neuromuscular y con la que se va disminuyendo su inestabilidad psicomotriz, mitigando de esta manera la sintomatología (los pacientes se curan, al menos, en un 80 %, aunque, habitualmente, la curación es ceracana al 100 %,  y sin recaídas posteriores). Si tienes dudas o quieres hacernos una consulta, puedes ponerte en contacto con nosotros.

 

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