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Cómo saber si mi hijo tiene problemas de lateralidad (II)
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Cómo saber si mi hijo tiene problemas de lateralidad (II)

Susana Lladó - Lladó Comunicación 29 marzo, 2021 El trastorno de lateralidad, Emociones, Equilibrio, Hipertonía, Hipocondría, Lateralidad cruzada, Lateralidad y CI, Organización corporal, Organización temporal, Orientación espacial, Problemas de equilibrio, Problemas de lateralidad, Síntomas de lateralidad cruzada

 

La semana pasada publicamos la primera parte de este artículo en el que estamos explicando las dificultades más habituales que presentan los niños con problemas de lateralidad. En la primera parte abordamos:

  • Los problemas de lectura
  • Los problemas de escritura
  • Las dificultades en el lenguaje verbal
  • Las dificultades en el lenguaje escrito
  • Los problemas de predislexia

 

El objetivo del artículo es que tanto padres como profesores puedan identificar los síntomas de una posible lateralidad heterogénea para solicitar un test completo de lateralidad cruzada que confirme o descarte el diagnóstico. Este test neurofisiológico evalúa cuántos cruces de lateralidad tiene la persona y en qué grado, resultados que nos permiten diseñar una terapia de lateralidad personalizada para cada paciente.

 

En esta segunda parte, proseguimos con los siguientes problemas de lateralidad:

 

Dificultades de organización temporal y de abstracción

  • Les cuesta aprender las horas y saber en qué día de la semana, mes y estación están: muchos no pueden escribir su fecha de nacimiento completa, no saben la fecha del día en curso (si es martes o jueves, el mes, si es primavera u otoño, no han establecido la relación entre los meses y las estaciones, etc.). Estas dificultades de organización temporal, razonamiento y abstracción que les impiden establecer relaciones cronológicas y secuenciales también provocan que, por ejemplo, en invierno se pongan un jersey de primavera, o al revés. En otras palabras, no pueden hacer el link entre el momento en el que viven y eso a lo que llamamos “estaciones del año”, ya que hacer este link implica capacidad de abstracción y de organización temporal; dos capacidades que no tienen adquiridas (ambas deberían estarlo a los siete años).
  • Les cuesta entender la noción de temperatura: no ven la diferencia entre 10 grados y 30. Esta noción es como un constructo ajeno a ellos.

 

Tienen poca autonomía

  • Dificultades para vestirse solos a los siete años, aproximadamente, cuando ya deberían poder hacerlo. Les cuesta atarse los zapatos (pasar por delante y por detrás los cordones, y orientarlos a la izquierda y derecha), al ponerse los pantalones se hacen un lío, el jersey se lo ponen al revés, son incapaces de abrocharse los botones de una camisa, se visten poniéndose primero los zapatos sin darse cuenta de que primero hay que ponerse el pantalón (secuencia, cronología), etc. No tienen la autonomía que ya deberían tener a su edad. Son niños muy dependientes de la ayuda de los padres.

  • Les cuesta lavarse el pelo y ducharse solos: no ponen la cantidad suficiente de champú ni de agua, se empiezan a aclarar el pelo cuando todavía no está lavado (secuencia), se despistan con el agua y juegan en lugar de ducharse, etc.

Dificultades de organización

  • Los niños con problemas de lateralidad tienen serias dificultades para organizarse el día y gestionar las tareas: no saben por dónde empezar, cómo seguir y cómo terminar los deberes, los trabajos de las asignaturas, etc. Esta dificultad se ha agravado con la pandemia debido a que su rutina ha cambiado. También les cuesta muchísimo hacerse la cama, poner la mesa bien, ordenar la ropa y su habitación, o cualquier otra responsabilidad de este tipo. No hay noción de límite (una parte puede ser educacional, pero hay otra que está relacionada con la lateralidad).

Problemas de equilibrio

  • Problemas de equilibrio estático (cómo se produce el recorrido sináptico cuando el niño está quieto): los niños con problemas de lateralidad presentan inestabilidad motriz, temblores y dificultad en el concepto de distancia y en el de ritmo (estas últimas producen dificultades para el cálculo).

 

  • Problemas de equilibrio dinámico: presentan descoordinación general y desequilibrio en el movimiento. Los niños hipotónicos son patosos, se caen, no les gusta hacer deporte, son poco ágiles, tienen dificultades para ir en monopatín y en bicicleta, así  como para jugar al fútbol. Prefieren bucear, hacer natación y practicar la equitación.

Problemas específicos en función de si son hipertónicos o hipotónicos

  • Los niños hipertónicos son ágiles en los deportes, pero por su precipitación, no calculan los espacios, las distancias. Son muy nerviosos e irritables, por lo que pueden alzar la voz y gritar, tener reacciones bruscas y tirar y romper cosas. Son poco pacientes, se exasperan porque exigen inmediatez, son extrovertidos y muy sociables. Necesitan liberar su energía practicando deportes.

 

  • Los niños hipotónicos: los hipercinéticos son muy inquietos, se mueven mucho, pero no presentan TDAH (no son hiperactivos). Presentan gran ansiedad, se bloquean con facilidad y son lentos en su vida cotidiana y escolar. Pueden tener momentos de apatía (se quedan tumbados en el sofá o en la cama) y son poco sociables e inhibidos.

Repercusiones en el rendimiento mental y emocional

 

  • Por todo lo expuesto, podríamos decir que son niños que están como perdidos, que no se apropian de su vida: por ejemplo, no saben a qué hora deben coger el autobús para ir al colegio y por eso siguen sin vestirse cuando deberían estar saliendo de casa. Los padres se ven obligados a ir continuamente detrás de ellos marcando los tiempos porque ellos no los interiorizan. Asimismo, ellos notan que “algo” va mal, que son diferentes, que les toman por tontos o piensan que quizá lo son (recordemos que la lateralidad cruzada no está relacionada con el cociente intelectual). Son niños muy sensibles que lo pasan francamente mal. De hecho, tienen una sensibilidad especial para captar el estado emocional de los otros, sobre todo, de las personas más cercanas (si un progenitor no se encuentra bien o está preocupado por algo). Como no tienen un yo fuerte y pueden dar la impresión de fragilidad, algunos de ellos son víctimas del acoso escolar.

 

  • No están entendiendo el confinamiento por covid-19: viven como un castigo no poder ver a sus amigos o que se hayan suspendido las clases de las actividades extraescolares a las que iban porque no pueden organizar como sujetos lo que está pasando.  Hay que tener en cuenta que, aunque no presentan un retraso mental, sí hay un retraso de unos 2 años en su madurez. En cambio, se les exige una comprensión de lo externo cuando ellos no se sitúan ni siquiera a sí mismos. Por ejemplo, si se despiertan por la noche porque necesitan ir al lavabo, tienen que llamar a su madre porque no se orientan bien (desorientación espacial y desorientación propia porque no tienen adquirida la noción de esquema corporal). Leer el artículo Los síntomas de la lateralidad cruzada agudizados por el confinamiento.

 

  • Todos estos problemas de lateralidad repercuten en su rendimiento mental, lo que, a su vez, repercute en su rendimiento emocional. Se sienten inseguros y presentan infravaloración, desmotivación y ansiedad (de hecho, cada vez vemos a más niños con depresión o predepresión). La ansiedad, desmotivación y depresión no son un problema psiquiátrico en estos niños: se deben al trastorno neurofisiológico provocado por la lateralidad heterogénea (mal definida).

En muchos casos, también hay un retraso o retardo motor (próximamente, publicaremos un artículo explicando cuál debería ser la evolución del desarrollo motor en cada edad).

El pasado 11 de mayo reabrimos el centro para las terapias presenciales individuales. Por favor, si vas a pedir cita, lee las medidas sanitarias y protocolos de higiene y seguridad que hemos implementado en el centro para evitar la transmisión cruzada de Covid-19 entre nuestro personal y los pacientes. Para los pacientes que viven fuera de Barcelona, seguimos realizando las terapias online. Si quieres hacernos una consulta, puedes ponerte en contacto con el centro.

Desde que se decretaron las nuevas medidas de restricción de la movilidad a finales de octubre, en el centro tramitamos los justificantes de desplazamiento a los pacientes y a sus acompañantes. Si vas a pedir cita, por favor, solicítanos el justificante. Una de las excepciones a las limitaciones de movilidad vigentes son los desplazamientos, debidamente justificados, a centros y establecimientos sanitarios y sociales.

«La terapia de lateralidad cruzada debe ser personalizada»
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«La terapia de lateralidad cruzada debe ser personalizada»

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 14 julio, 2020 El trastorno de lateralidad, Hipertonía, Lateralidad cruzada, Terapia de lateralidad cruzada

Por Susana Lladó

 

La directora de nuestro centro, Joëlle Guitart, nos explica en esta entrevista el caso de un paciente de 11 años con lateralidad cruzada y fuerte hipertonía que acaba de finalizar la terapia después de haber sido lateralizado a la izquierda, como zurdo, en un 95 %; el máximo de recuperación posible.

A pesar de que su cociente intelectual era alto, sus padres lo trajeron al centro porque tenía importantes dificultades escolares. El paciente tenía un nivel de lateralidad que correspondía a un niño de 8 años.

¿Qué particularidades presenta este caso?

Se trata de un paciente con lateralidad cruzada que llegó al centro cuando tenía 11 años y 10 meses. Presentaba una lateralidad heterogénea con dominancia izquierda; es decir, zurda, y una hipertonía bastante acentuada en cuanto a tensión neuromuscular.

 

¿Qué repercusiones tenía en su vida esta lateralidad cruzada?

A pesar de que su cociente intelectual era alto, sus padres lo trajeron al centro porque tenía importantes dificultades escolares. El paciente tenía un nivel de lateralidad que correspondía a un niño de 8 años. En aquel momento, estaba en sexto de Primaria y sus padres estaban preocupados porque veían que con esas dificultades iba a ser improbable que pudiera cursar el Bachillerato.

¿Cuáles eran en concreto estas dificultades escolares?

Fundamentalmente, tenía problemas de concentración, se dispersaba mucho, no podía seguir las explicaciones de los profesores, era muy lento escribiendo y tenía un rechazo hacia la lectura. Además, la mecánica lectora también era deficiente, le costaba mucho leer en voz alta y, como la retención lectora no era buena, tampoco comprendía lo que leía.

 

¿En qué consistía la falta de concentración?

Los problemas de concentración son un síntoma de lateralidad cruzada. Cuando los pacientes son chicos en edad escolar suelen atender en clase, ya que son niños aplicados, pero de repente se desconectan y ya no escuchan. Esto afecta a su rendimiento escolar, porque cuando en casa tienen que hacer los deberes, no saben qué les han mandado hacer o no recuerdan las directrices para hacer los trabajos.

 

¿Presentaba alguna dificultad más?

Era un niño muy ansioso, lo que aumentaba y agudizaba los bloqueos típicos de las personas con lateralidad cruzada. Y necesitaba ir a dormir con sus padres todas las noches. De hecho, este aspecto no se solucionó hasta hace diez meses, aproximadamente.  Por lo demás, el desarrollo de su psicomotricidad había sido normal: se sentó a los 6 meses, empezó a andar a los 12, comenzó a hablar claro y bien a los 2 años, a los 3 años controló los esfínteres de noche, etc. Tampoco había problemas de relación, es un niño sociable y con amigos, ni de enfermedades.

El profesor se percató de que tenía un problema de lateralidad porque había tenido como alumna a una expaciente del centro y conocía su caso. Supo detectar los síntomas y lo derivó al centro. Es fundamental el papel del profesorado en la detección de la lateralidad cruzada.

¿Cómo se dieron cuenta sus padres de que tenía lateralidad cruzada?

Fue su profesor de natación quien se dio cuenta. Como hipertónico, Joaquín es un chico ágil al que le gustan los deportes, y compite en natación. El profesor se percató de que tenía un problema de lateralidad porque había tenido como alumna a una expaciente del centro y conocía su caso.  Supo detectar los síntomas y lo derivó al centro. Es muy importante el papel del profesorado en la detección de la lateralidad cruzada.

 

¿Cuáles fueron los resultados del test de lateralidad?

El primer test lo realizamos en mayo de 2017. La lateralidad de brazo/mano era 70 % izquierda y 30 % derecha; la del ojo, 55 % izquierda y 45 % derecha; la lateralidad de la pierna estática era derecha; la pierna dinámica, 60 % izquierda y 40 % derecha; el oído, 55 % derecho y 45 % izquierdo; y la lateralidad de la motricidad facial y cervicales era 55 % derecha y 45 % izquierda.

 

¿Había que lateralizarlo como zurdo, entonces?

Así es, es la decisión que tomamos. Y ha sido un caso muy satisfactorio en diversos sentidos.

 

¿Por qué?

Porque es un claro ejemplo de que cuando el paciente tiene una familia que está volcada en su recuperación y el paciente también tiene una buena predisposición, todo el proceso del tratamiento va mucho mejor. Joaquín tiene unos padres colaboradores que acudieron al centro con un gran interés por resolver los problemas de su hijo, él se adaptó muy bien a la terapia y nunca faltó a una sesión. Además, la relación con su terapeuta fue muy buena desde el principio. Todos estos factores de actitud, dinámica familiar y psicológicos contribuyen enormemente. Cuando, en cambio, tienes que trabajar estos aspectos, la terapia se alarga.

Ha terminado la terapia con un 95 % de recuperación de lateralidad, que es lo máximo posible. Recordemos que ninguna persona está lateralizada homolateralmente a la derecha o a la izquierda al 100 %.

Joaquín acaba de terminar la terapia

Sí, el mes pasado, en junio. Ha terminado la terapia con un 95 % de recuperación de lateralidad, que es lo máximo posible. Recordemos que ninguna persona está lateralizada homolateralmente a la derecha o a la izquierda al 100 %. En mi experiencia clínica de casi 50 años nunca he visto a una persona completamente diestra o zurda.

 

¿Cuáles han sido los resultados del último test de control?

A todos los pacientes, desde que inician la terapia, les realizamos un test de control cada 5 meses para evaluar su progresión.  En cada test de control se puede observar la evolución de todos los ítems propios de lateralidad cruzada: esquema corporal, orientación perceptiva, orientación derecha-izquierda, estructuración y orientación espacial, estructuración rítmica, organización temporal (la cual es fundamental para la lectura), el equilibrio estático y dinámico, motricidad facial, motricidad digital, etc. Y en función de los resultados que se van obteniendo, vamos adaptando también los ejercicios de psicomotricidad de la terapia y la parte emocional de la misma.

El último test de control de Joaquín mostró una lateralidad de brazo/mano 95 % izquierda, 5 % derecha; una lateralidad del ojo 80 % izquierdo, 20 % derecho; pierna estática, izquierda; pierna dinámica, 85 % izquierda; oído, 65 % izquierdo; y motricidad facial y cervicales, 65 % izquierda y 35 % derecha.

La terapia de lateralidad cruzada es una terapia larga, aunque la mayoría de los pacientes solo acuden 1 vez por semana, y requiere constancia. No obstante, cuando el trabajo neurofisiológico se hace adecuadamente, el paciente ya no vuelve a modificar su lateralidad.

¿Cuánto ha durado su terapia?

La ha finalizado con 14 años y 4 meses. Acaba de terminar tercero de ESO y va a empezar el Bachillerato. La terapia de lateralidad cruzada es una terapia larga, aunque la mayoría de los pacientes solo vengan 1 vez por semana, y requiere constancia. No obstante, cuando el trabajo neurofisiológico se hace adecuadamente, el paciente ya no vuelve a modificar su lateralidad. Es decir, no hay regresión ni recaídas.

Ahora, como todos los pacientes, Joaquín tendrá que hacer una serie de ejercicios en casa 3 veces por semana durante cinco minutos. Son ejercicios que conoce bien porque los ha estado haciendo estos años en consulta con su terapeuta. Y cada cinco meses vendrá a hacer un test de control evolutivo. Esto se hace siempre tres veces con este intervalo de tiempo de 5 meses. Al finalizar este periodo, le daremos el alta definitiva.

 

Una última pregunta, ¿es importante distinguir entre una persona con lateralidad cruzada hipertónica y una persona con lateralidad cruzada hipotónica?

Todas las personas con lateralidad cruzada presentan una sintomatología común: dificultades en el lenguaje oral y escrito, deficiencias motoras y funcionales, dificultades de concentración y comprensión, inestabilidad locomotora, etc. A esta sintomatología hay que sumar la propia de cada paciente en función de los cruces de lateralidad que presente y de si es hipotónica o hipertónica. Por esta razón la terapia de lateralidad cruzada debe ser completamente personalizada. Los ejercicios que se hacen con un paciente podrían ser perjudiciales para otro.

El pasado 11 de mayo reabrimos el centro para las terapias presenciales individuales. Por favor, si vas a pedir cita, lee las medidas sanitarias y protocolos de higiene y seguridad que hemos implementado en el centro para evitar la transmisión cruzada de Covid-19 entre nuestro personal y los pacientes. Si quieres hacernos una consulta, puedes ponerte en contacto con el centro.

Por qué la lateralidad cruzada con hipertonía se confunde con el TDAH
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Por qué la lateralidad cruzada con hipertonía se confunde con el TDAH

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 16 octubre, 2018 El trastorno de lateralidad, Hiperactividad y TDAH, Hipertonía 0

Las personas con trastorno de lateralidad pueden ser hipotónicas o hipertónicas. En el artículo anterior hablamos de los casos de lateralidad cruzada con hipotonía que se diagnostican erróneamente como casos de dislexia. Hoy dedicamos este artículo a los casos de lateralidad cruzada con hipertonía que se diagnostican, también erróneamente, como casos de TDAH o hiperactividad.

Se habla poco de la hipertonía, pero lo cierto es que, en nuestra experiencia clínica, muchos niños que llegan al centro con un diagnóstico de TDAH o hiperactividad son niños que, en realidad, sufren un problema de lateralidad con hipertonía general (miembros superiores e inferiores). La confusión en el diagnóstico se debe a que ambos trastornos tienen una sintomatología similar, aunque al tratarse de etiologías diferentes, requieren un tratamiento distinto. De otro modo, el paciente no experimentará ninguna evolución significativa.

 

Características de los niños con lateralidad cruzada e hipertonía

 

Los niños con problemas de lateralidad cruzada e hipertonía (tono muscular demasiado alto) presentan una serie de síntomas y características. Vamos a ver los más habituales:

• Sus músculos son muy fibrosos.

• Se mueven mucho, constantemente.

• Tienen mucha vitalidad y no se cansan “nunca”.

• Son vivaces y avispados: esto se trasluce en su mirada vivaracha, en la forma de saludar, de contestar, etc.

• Su vocabulario, en general, es rico.

• Tienen una gran fluidez verbal, aunque se expresan de forma “acelerada” debido a que su coordinación ideomotriz va demasiado rápida. En algunos casos, puede presentarse encallamiento al hablar o tartamudez en primer grado.

• Son muy impulsivos. En clase, por ejemplo, suelen adelantarse a lo que va a decir el profesor (equivocándose muchas veces en lo que dicen debido a la precipitación).

• Son lanzados y atrevidos, no suelen experimentar sensación de peligro.

• Muchos presentan tics: tuercen un labio, se levantan, se tocan un mechón de pelo o hacen ruidos guturales continuamente (este último tic requiere más trabajo terapéutico).

Por qué la lateralidad cruzada con hipertonía se confunde con el TDAH

• Por la noche, se resisten a irse a dormir y, en general, aunque se acuesten temprano, les cuesta conciliar el sueño, duermen poco, se mueven mucho y el sueño no es de calidad. Esto hace que, por la mañana, quieran quedarse más tiempo durmiendo, que se levanten cansados y de mal humor. Su cerebro tarda en “arrancar”, pero una vez lo hace, empieza su comportamiento acelerado.

• La aceleración y la impulsividad también se reflejan en el ámbito emocional: hay una gran demanda afectiva y de apoyo emocional. Esta demanda la dirigen tanto a los padres y maestros como a su terapeuta (cuando empiezan la terapia, a veces se abrazan al terapeuta con efusividad y desean que se quede con ellos haciendo los ejercicios).

• Son niños que dificultan, porque lo entorpecen continuamente, el ritmo de la clase.

• Tienen dificultades para parar súbitamente una acción. Por ejemplo: si al jugar a un juego de pelota se les dice “Quieto”, tardarán 2 o 3 segundos en reaccionar.

• Se precipitan en la mecánica lectora y al hacer las tareas escolares.

• Tienen un comportamiento compulsivo.

• Algunos de ellos están diagnosticados de dislexia auditiva y un porcentaje bajo (4 %) presenta problemas asociados de oído interno y, por tanto, de equilibrio.

• No suelen tener alergias (los hipotónicos, sí).

• No suelen tener fobias (los hipotónicos, sí), pero sufren angustia.

A pesar de que estos niños dan la impresión de autosuficiencia, de que pueden hacerlo todo solos, no es así: son muy inseguros y emocionalmente frágiles, por lo que necesitan mucho apoyo. Cuando, con su comportamiento, intentan monopolizar las situaciones, lo que están haciendo, en realidad, es manifestar su angustia. Debido a la alteración de su tono muscular -que se manifiesta con impulsividad e hiperactividad- es aconsejable introducir en su rutina diaria la práctica de algún deporte. En cambio, hasta que no están en una fase avanzada de la terapia de lateralidad, desaconsejamos que dediquen más de 10-15 minutos al día a jugar con dispositivos electrónicos, ya que estos juegos exigen una concentración que aumenta la alteración neurológica.

A la mayoría de los niños con TDAH se les orienta hacia la psicoterapia y son tratados farmacológicamente para disminuir su hiperactividad y mejorar su concentración. Pero, cuando se trata de niños con un problema de lateralidad, estos tratamientos no son eficaces y se pierde un tiempo muy valioso hasta que acuden a la consulta. En nuestro centro, no somos partidarios de incluir la medicación (suele ser fuerte y prescribirse durante años) como parte del tratamiento: la terapia de lateralidad, al ser un tratamiento neurofisiológico que lateraliza a la persona homolateralmente, consigue reducir paulatinamente los síntomas hasta la completa recuperación del paciente, sin que posteriormente se presenten recaídas.

Si quieres hacernos una consulta sobre este tema, puedes ponerte en contacto con nuestro centro.

 

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Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 24 enero, 2018 El trastorno de lateralidad, Hipertonía 0

Todas las personas con problemas de lateralidad tienen un problema de tensión neuromuscular. Tal como decíamos en el artículo anterior, podemos categorizar a los niños y adolescentes con trastorno de lateralidad (y a los adultos no tratados) en dos tipologías: los hipotónicos y los hipertónicos. Hoy dedicamos este espacio a los segundos (podéis leer el artículo sobre la hipotonía en ¿Tu hijo se distrae a menudo y es lento y patoso? Puede ser hipotónico).

 

Cómo reconocer la hipertonía

Las personas con hipertonía, a diferencia de las hipotónicas, son extremadamente ágiles y rápidas, lo pescan todo enseguida y lo quieren hacer todo a la vez.  Son inquietas, siempre están como agitadas, les cuesta ser constantes y concentrarse. De hecho, por ejemplo, leen tan rápido que, a veces, se comen letras o sílabas, se saltan una línea o empiezan a leer una palabra y se inventan una parte de la misma; motivo por el que se les suele diagnosticar, erróneamente, dislexia perceptiva o auditiva cuando su problema no está relacionado de ningún modo con ella. Estos niños y adolescentes con trastorno de lateralidad saben leer, pero no tienen bien adquirida la mecánica lectora. Al no tener fluidez, cuando leen, se ven obligados a releer los párrafos para poder entender de qué trata el texto. Del mismo modo, cuando se presentan a un control o examen, muchas veces no les da tiempo a terminarlo, interpretan mal los enunciados o se bloquean (por la precipitación con que afrontan la situación). Y esto les sucede incluso en asignaturas como la de Matemáticas: no por el contenido de la materia en sí mismo, sino por la dificultad en la mecánica lectora.

 

La hipertonía como síntoma de lateralidad cruzada

Es importante recalcar que hablamos de personas con una capacidad intelectual normal o superior a la normal que, sin embargo, ven mermadas sus posibilidades debido a que no tienen bien establecida su lateralidad; es decir, tienen una lateralidad cruzada o heterogénea. Cuando la lateralidad no se ha establecido de manera homogénea, los impulsos nerviosos no llegan de manera óptima a uno o varios de los lóbulos cerebrales, por lo que quedan comprometidas las funciones relacionadas con las áreas afectadas: si es el área de Broca, será el lenguaje; si es el lóbulo frontal, serán las funciones motoras; si es el occipital, afectará a la capacidad de razonamiento y a la parte mecánica de las matemáticas (aprender a restar, multiplicar, dividir y a realizar otras operaciones de cálculo); si es el temporal, será la memoria, etc. La directora de nuestro centro, Joëlle Guitart, suele hacer el siguiente símil para explicarlo: es como si un buen coche baja por una calle en la que hay una gran densidad de tráfico. Su potencial se verá afectado por el embotellamiento. En este caso se trata de un embotellamiento neurofisiológico.

Los lóbulos afectados y el grado de afectación dependerán en cada caso de cómo se haya establecido la lateralidad cruzada en la persona y del grado del trastorno. Por este motivo es tan importante realizar un test de lateralidad completo que incluya la lateralización de la mano, ojo, pierna estática, pierna dinámica, motricidad facial, cervicales y oído: solo así podremos realizar un diagnóstico completo que permita, posteriormente, llevar a cabo una terapia personalizada. Recordamos una vez más que el trastorno de lateralidad tiene cura y que, una vez curado, no hay regresiones posteriores.

Si quieres hacernos alguna consulta sobre este tema, puedes ponerte en contacto con nuestro centro.

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