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La integración y retención de la información en adultos
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La integración y retención de información en adultos

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 27 enero, 2020 El trastorno de lateralidad, Integración y retención de información, Lateralidad, Lateralidad cruzada o heterogénea, Memoria, Terapia de lateralidad

Por Susana Lladó

Vivimos en un escenario laboral en permanente cambio que requiere perfiles flexibles con capacidad para adaptarse rápidamente a los nuevos desafíos, a nuevos grupos de trabajo y a los avances continuos en tecnología. En este escenario, es imprescindible ser capaz de integrar y retener información nueva continuamente. Sin embargo, esta capacidad cognitiva es, precisamente, una de las que tienen afectada las personas con problemas de lateralidad. El psicólogo Luis Elías nos explica cómo se trabaja este aspecto en terapia, sobre todo, con los pacientes adultos.

Si tienes un mal concepto de ti mismo, estás tan cohibido en el ámbito laboral que pierdes la capacidad de integrar bien la información

 

Me comentabas que tienes pacientes que trabajan, por ejemplo, en el ámbito de la consultoría y que tienen serios problemas para integrar y retener la información, algo esencial para el buen desempeño de sus responsabilidades

Sí, así es. Uno de ellos, al inicio de la terapia, me explicó que cuando le hablaban en la oficina, no sabía lo que le decían, no lo entendía.

 

Complicado y duro. ¿Retrocedemos? ¿Cómo funciona el proceso de integración y retención de la información?

En el proceso de integración (recopilación) y retención (memoria) cognitiva de la información, primero se integra la información y después se retiene.

 

Este proceso, ¿se produce igual en todas las personas?

En los niños y jóvenes es mucho más sensorial que en los adultos porque todavía no son tan porosos a una serie de condicionantes que tenemos los más mayores.

 

¿Qué tipo de condicionantes?

A medida que nos hacemos mayores, estamos más condicionados por factores como los prejuicios, los valores, cuestiones culturales, aspectos emocionales, la cultura de empresa de la organización en la que trabajamos, etc. La integración de la información no deja de ser una interpretación de la realidad y todos estos factores nos influyen a la hora de integrar la información que recibimos del exterior.

 

Explícanos un poco más lo de la interpretación de la realidad y su relación con el proceso cognitivo

Las personas hacemos una interpretación continua de la realidad, de todo aquello que percibimos. Para reforzar el proceso cognitivo que supone esta interpretación, utilizamos la concentración, la atención, etc. La integración de los inputs que recibimos del exterior es un acto en el que ponemos en relación y sintetizamos las diversas informaciones dándoles un sentido. Es decir, es un proceso en el que guardamos e interpretamos cognitivamente la información y le damos un sentido integral. Pero para ello hay que entender dicha información. Por eso, además de los aspectos perceptivos, en terapia también se trabaja la capacidad de comprensión.

 

Para poder integrar cualquier información es necesario darle un sentido

Sí, incluso para integrar la sensorial, que es a la que más atienden los niños.

 

Y ¿cómo lo hacemos?

Como decía, la integración sensorial es un proceso neurológico que consiste en organizar la información que proviene de los sentidos para lograr un concepto unificado. Para ello necesitamos la percepción, pero también capacidad de abstracción, saber organizar la información para convertirla en conocimiento y motivación.

Lateralidad e integración y retención de la información en adultos

¿Estos aspectos son los que se trabajan en terapia?

Se trabajan los sistemas sensoriales (percepción del cuerpo, tacto, sistema auditivo, visual, etc.) y, cuando es necesario, los otros, ya que si una persona es incapaz de ordenar la información, difícilmente podrá integrarla.

 

A cuanta más velocidad sucede lo que queremos integrar, mayor es la dificultad para integrar la información: para procesarla, codificarla y darle sentido, lo cual nos permitirá, posteriormente, recordarla

 

¿Hasta qué punto es esencial la motivación en este proceso cognitivo?

Es fundamental. Hay pacientes, como el que mencionaba al principio, que trabajan en entornos bastante deshumanizados y muy estresantes. Vienen a terapia por dos aspectos cruciales: porque les costaba mucho integrar y retener la información, y porque su autoestima estaba tan mermada que se sentían desvalorizados y desmotivados. Si tienes un mal concepto de ti mismo, estás tan cohibido en el ámbito laboral que pierdes la capacidad de integrar bien la información: estás pensando que todo irá mal, que tu rendimiento será insuficiente. Los prejuicios, los aspectos motivacionales, emocionales, anímicos, físicos, así como las expectativas, condicionan, o pueden condicionar, la capacidad de integración de la información.

 

¿Qué más puede impedir o dificultar el proceso?

La memoria. Es un ítem de lateralidad que también trabajamos en terapia, tanto en niños como en adultos. Y después hay dos factores que se deben tomar en consideración cuando hablamos de la integración y retención de información: la velocidad y la duración.

 

Vamos con la velocidad

A cuanta más velocidad sucede lo que queremos integrar, mayor es la dificultad para integrar la información: para procesarla, codificarla y darle sentido, lo cual nos permitirá, posteriormente, recordarla. Por ejemplo, en las actividades que hacemos en sesión, normalmente ponemos timings. Primero es un timing abierto (no se establece un tiempo), pero progresivamente, al repetir la actividad, cada vez fijamos tiempos más cortos. Esto lo hacemos así no solo para añadir un ápice de presión con el objetivo de que aprendan a gestionar el estrés, la tolerancia a la frustración, etc., sino también para tener una medida de referencia; es decir, si hay un progreso o no en ese proceso de retención e integración de la información.

 

¿Y la duración?

La duración está relacionada con las experiencias de la vida. A mayor exposición a una información, mejor asimilación. Por esto la repetición (la práctica) es importante, por ejemplo, cuando se aprende a tocar un instrumento.

 

Y estos iítems van interralacionados con los emocionales

Sí. En terapia trabajamos todos estos aspectos conjuntamente con los emocionales, de manera que los pacientes adultos cada vez tienen menos temor a afrontar nuevos retos laborales. Al comprobar que van mejorando en la integración y retención de la información, esto les refuerza emocionalmente, y como emocionalmente cada vez están más fuertes, aumenta su motivación para seguir trabajando los aspectos cognitivos. Lo ven en su ámbito laboral: hay un cambio significativo en la forma de abordar nuevos retos.

 

Para terminar, ¿nos puedes poner otro ejemplo de un paciente con estas dificultades?

Las dificultades en todos ellos son similares. Tengo otro paciente al que, cuando le explicaban un proceso metodológico en el trabajo, al cabo de un minuto o minuto y medio se perdía. Y entonces, entraba en una dinámica de pensamientos rumiativos obsesionándose con que se perdía, con lo cual se bloqueaba y todavía era más complicado que pudiera retener la información. A base de trabajar durante un año en terapia todo lo que hemos mencionado, ya no ha vuelto a tener ningún problema de este tipo: es más, ha sido capaz de adaptarse a los nuevos departamentos a los que lo han trasladado dentro de la empresa.  Ahora puede seguir el hilo de lo que le dicen y puede visualizarlo; es decir, puede anticiparse a las fases que le explican verbalmente visualizando cómo lo hará: cómo abordará el caso, cómo organizará el trabajo con el equipo, qué enfoque jurídico le dará, etc.

 

A estos pacientes, la terapia les debe cambiar radicalmente la vida

Así es. Tengo una paciente que no estaba satisfecha trabajando en su ámbito profesional y se ha atrevido a iniciar una nueva etapa en su vida formándose de nuevo para poder acceder a otro sector laboral. Me dijo que ahora se sentía capaz y con ganas de emprender retos que antes no podía ni plantearse porque tenía una gran inseguridad en la adquisición de nuevos aprendizajes por el problema en la retención de la información. Ahora hace más cosas que cuando era joven y se va a ir al extranjero a estudiar un máster. Hay otro paciente que me explica que ahora asimila mucho mejor la información cuando hay cambios en la empresa. Esto le motiva para asumir nuevos retos. Se ha vuelto más flexible y esto es fundamental en un escenario laboral en continuo cambio.

 

¿Hay algún punto importante que no hayamos comentado?

La línea temporal de los datos o de las acciones: qué va antes y qué va después, para darle sentido y contextualizarlo organizando esa información y poder, por ejemplo, hacer el seguimiento de un proyecto; algo crucial en muchas profesiones.

Si quieres hacernos una consulta sobre este tema, puedes ponerte en contacto con nuestro centro.

La neuroeducadora con la que aprenden 3 millones de personas_Centro de lateralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart
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La neuroeducadora con la que aprenden 3 millones de personas

Susana Lladó - Lladó Comunicación 21 octubre, 2019 Aprendizaje, Memoria, Memoria de trabajo

Barbara Oakley acumula prestigiosos premios y distinciones como neuroeducadora al mismo tiempo que aumentan sus alumnos en el curso Aprender a aprender en la plataforma digital Coursera. De hecho, este curso sobre la relación entre el cerebro y el aprendizaje ya tiene tantos alumnos como el total de alumnos matriculados en todos los cursos online de la Universidad de Harvard, lo que da una idea de la cantidad de personas en todo el mundo que están interesadas en saber cuál es la forma más efectiva de aprender y de enseñar.

Lo primero que llama la atención de Barbara Oakley es su trayectoria académica, la cual viene determinada por su biografía. Cuando ambas trayectorias, la biográfica y la académica, se ponen en relación es cuando uno entiende cómo ha llegado a ser un referente en este ámbito.

Vídeo de la conferencia Cómo aprender eficazmente que impartió Barbara Oakley en una edición de Aprendemos juntos.

Una ingeniera que odiaba las matemáticas

Actualmente, Barbara Oakley es profesora de Ingeniería en la Universidad de Oakland en Rochester. Sin embargo, cuando era pequeña, odiaba las matemáticas. ¿Por qué no las soportaba? Porque el aprendizaje de las matemáticas es secuencial y ella cambiaba continuamente de colegio debido a que sus padres se mudaban constantemente de una ciudad a otra. De modo que, aunque le fue posible seguir el hilo de las otras asignaturas, perdió el de las matemáticas. Entonces, ¿qué ocurrió en el transcurso de esos años en su cerebro para que se diera un cambio tan radical y terminara enseñando precisamente matemáticas en la universidad? Vamos a verlo.

Después de graduarse en el instituto, se preguntó qué le apasionaba. La respuesta fue que quería estudiar ruso. Para aprenderlo, se alistó en el ejercito porque eso le permitía, además, obtener un sueldo. Estuvo en el mar de Bering y en la Antártida, obtuvo la licenciatura en Lenguas Eslavas y entró en contacto, indirectamente, con la ingeniería y las fórmulas matemáticas, ya que en el ejército trabajaba con ingenieros. Pero pronto se percató de que su título universitario no le abriría muchas puertas, así que se volvió a preguntar qué quería hacer. Y por extraño que parezca, decidió estudiar lo que siempre le había sido más ajeno: ingeniería.

Vídeo de la conferencia que impartió Barbara Oakley en la Fundación Rafael del Pino el 23 de enero de 2019.

De aprender matemáticas a enseñarlas

Con 26 años volvió a la universidad. Tuvo que librar una batalla para entender cada una de las fórmulas con las que se enfrentaba (vale la pena escucharla cuando explica este episodio de su vida en las conferencias), pero fue superando todos los obstáculos. Se licenció e hizo un doctorado en Ingeniería de Sistemas. Y empezó a enseñar.

Fueron sus alumnos los que, al conocer su trayectoria, le empezaron a preguntar qué había cambiado en su cerebro y cómo había cambiado. Al reflexionar sobre ello, empezó a escribir sobre aprendizaje y les pidió a destacados profesores de otras disciplinas, y de las mejores universidades, que le confirmaran si ellos también utilizaban sus métodos.

Qué enseña esta neuroeducadora

No vamos a adelantar las respuestas, ya que, hacerlo, iría en contra de sus enseñanzas sobre el aprendizaje: las encontraréis todas en los vídeos. Tan solo diremos que en ellos explica las dos redes de nuestro cerebro que nos permiten aprender, qué procesos se dan en nuestras neuronas durante un aprendizaje, cómo se consolidan los conocimientos en el cerebro, cómo se fortalecen las conexiones neuronales, cuál es el papel de las metáforas y las analogías a la hora de transmitir conocimientos complejos, cómo funciona la concentración, qué método es más eficaz para trabajar sin agotarnos cuando necesitamos estudiar algo que nos cuesta mucho, cómo lidiar con la procrastinación, por qué no se fija en nuestra memoria lo que se empolla la noche anterior a un examen, cómo funcionan la memoria a corto y largo plazo, y las aptitudes que suelen presentar las personas que aprenden lentamente o las que tienen mala memoria de trabajo, entre otras muchas cuestiones.

Como dice Barbara Oakley en uno de los vídeos, si su héroe es Santiago Ramón y Cajal es porque, a pesar de que el premio Nobel tenía problemas para retener lo que aprendía, era tan persistente y flexible corrigiendo sus ideas que eso le permitió convertirse en un gran investigador. De hecho, él ya dijo hace cien años que podemos esculpir nuestro cerebro, y ahora, la neurociencia lo ha confirmado.

Fuentes:

 
https://barbaraoakley.com

https://retina.elpais.com/retina/2019/10/10/tendencias/1570704202_879407.html

Barbara Oakley, la neurociencia llega al enlightED

https://www.abc.es/familia/educacion/abci-importancia-dormir-para-aprender-entre-lecciones-barbara-oakley-201910150119_noticia.html

Barbara Oakley expondrá su método de aprendizaje en IMAT 2019

La lateralidad cruzada y el miedo a hablar en público_Centro de laetralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart
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La lateralidad cruzada y el miedo a hablar en público

Susana Lladó - Lladó Comunicación 16 septiembre, 2019 Ansiedad, Concentración, El trastorno de lateralidad, Emociones, Gestión de emociones, Lateralidad cruzada o heterogénea, Memoria, Terapia de lateralidad

A la mayoría de las personas nos provoca ansiedad hablar en público. La perspectiva de tener que hacer una exposición delante de otros nos causa cierto temor y angustia, lo cual es normal si el malestar no es excesivo: la ansiedad es una respuesta de anticipación positiva que evolutivamente nos ha permitido sobrevivir como especie y que, si no sobrepasa ciertos umbrales, actúa a nuestro favor a la hora de superar las situaciones y retos que nos vamos encontrando en la vida. El problema surge cuando esta emoción nos supera y el miedo puede llegar a convertirse en una fobia. Asimismo, es relativamente frecuente que las personas con dificultades de lateralidad, además, vivan estas situaciones como una amenaza por el miedo a quedarse bloqueados.


La sintomatología fisiológica y la cognitiva se van retroalimentando mutuamente: cuantos más pensamientos negativos se tienen, más aumenta el malestar físico, y cuantos más síntomas físicos se presentan, más nerviosa se pone la persona.

Sintomatología previa asociada al miedo a hablar en público

«Cuando se tiene miedo a hablar en público, los síntomas más habituales son la sudoración, temblores, ansiedad, mareos o/y dolor de barriga, aunque también se presenta una sintomatología cognitiva: la persona empieza a tener pensamientos catastrofistas que, la mayoría de las veces, no son racionales, y también puede haber una disminución de la concentración y de la memoria. La sintomatología fisiológica y la cognitiva se van retroalimentando mutuamente: cuantos más pensamientos negativos se tienen, más aumenta el malestar físico, y cuantos más síntomas físicos se presentan, más nerviosa se pone la persona», nos explica el psicólogo de nuestro centro Luis Elías.

Por tanto, es necesario distinguir cuándo la ansiedad entra dentro de lo normal y cuándo no, cuándo hablamos de miedo, cuándo de preocupación y cuándo de fobia. «Hablamos de fobia cuando la reacción es excesiva, cuando la respuesta a la situación es desproporcionada. Por ejemplo, si un adolescente tiene que hacer una exposición de 15 minutos en clase y su sintomatología es tan aguda que intenta evitar hacer esa presentación, probablemente, estemos delante de una fobia. En cambio, si un adulto empieza a sentirse mal antes de dar una conferencia ante quinientas personas en un fórum mundial, esto entraría dentro de lo normal», señala Elías.

Otros marcadores de una posible fobia son la persistencia en el tiempo del malestar agudo, que este malestar fisiológico y emocional sea incontrolable y el hecho de que el miedo sea irracional: es decir, cuando la persona no puede explicar por qué siente miedo o cuando, a pesar de la sintomatología aguda y de la evitación, ni siquiera es consciente de que hablar en público le produce miedo.

El miedo a hablar en público se supera siempre a través de la aceptación, no del rechazo o de la evitación. Hay que aceptar que estas situaciones provocan una activación en nosotros y normalizar los nervios.

Los errores habituales a la hora de intentar controlar el miedo

La mayoría de las personas tratan de esquivar el miedo intentando controlar los síntomas y creen que dejarán de sentirlo si no piensan en él. Hacen ejercicios de respiración contraproducentes, se cogen la mano para que no tiemble, etc. «Esto solo aumenta la sintomatología, ya que la persona está poniendo su atención en los pensamientos que la provocan», prosigue el psicólogo.

Otro error muy común es la evitación: como no saben gestionar estas situaciones, hacen lo posible para no enfrentarse a ellas. Esta conducta evitativa es perjudicial a cualquier edad, no solo en la edad escolar. En el ámbito laboral, los adultos delegan en colegas responsabilidades que representan oportunidades profesionales para progresar en su empresa, por ejemplo, y se degradan dentro del organigrama al dejar que otros asuman sus funciones.

La lateralidad cruzada y el miedo a hablar en público_Centro de laetralidad y psicomotricidad Joëlle Guitart

Cuanto más se evita hablar en público, más se enquista el miedo a hacerlo, ya que cada vez cuesta más gestionarlo. «Si un directivo tiene una reunión con la junta cada 15 días, aunque vaya encontrando excusas para no asistir, llegará un momento en que tendrá que ir. En ese punto, ya será muy difícil que pueda gestionar la ansiedad. El miedo a hablar en público se supera siempre a través de la aceptación, no del rechazo o de la evitación. Hay que aceptar que estas situaciones provocan una activación en nosotros y normalizar los nervios», apunta Elías.

Cómo se trabaja en terapia el miedo a hablar en público

En terapia se trabajan los aspectos emocionales y cognitivos relacionados con el miedo a hablar en público. Y, una vez se ha avanzado en estos aspectos, se realizan técnicas de actuación para simular un entorno parecido al que se puedan encontrar los pacientes en situaciones reales.

Respecto al trabajo emocional, se trata de que el paciente identifique las emociones que siente en estas situaciones y que pueda darles significado.

Respecto al trabajo emocional, se trata de que el paciente identifique las emociones que siente en estas situaciones y que pueda darles significado. «Hay personas que dicen sentir miedo cuando, en realidad, lo que sienten es preocupación. O están muy preocupadas por sentir una emoción que es normal sentir cuando se tiene que hablar en público. Por ejemplo, hay pacientes que asocian el estrés exclusivamente a un estado negativo y no saben que es un mecanismo que tenemos las personas para poder afrontar situaciones con una mayor concentración, si sabemos cómo gestionarlo. Cuando se lo explicas y entienden por qué se activa este mecanismo, se tranquilizan», añade Elías.

También se trabaja la autoestima para disminuir el peso que suelen darle a la opinión que los demás puedan tener de ellos. Si uno se siente preparado y con sus fortalezas más sólidas, este temor a lo que puedan pensar los otros disminuye.

Las sesiones de role playing en grupo son muy eficaces para que los pacientes puedan experimentar en un entorno de seguridad, simular situaciones diversas que pueden encontrase en casos reales, comentar posteriormente las sensaciones y pensamientos que se presentan y trabajarlos con el especialista.

Otro punto muy importante que se trabaja en las sesiones es la relativización de las consecuencias: al paciente se le hace pensar en las consecuencias más graves que podría tener una presentación en público catastrófica. Este ejercicio les sirve para ser conscientes de que la intensidad del miedo que sienten es desproporcionada respecto a las consecuencias reales, incluso en el peor de los casos. Asimismo, también se trabaja en relativizar la importancia de la opinión que los otros se puedan formar sobre uno.

Aprender a cambiar los pensamientos desadaptativos por otros adaptativos también es fundamental: los pensamientos catastrofistas o desadaptativos suelen ser bastante irracionales, pero, a la vez, están relacionados con aspectos más profundos de la personalidad que hay que trabajar. Son pensamientos relacionados con cómo nos perciben los demás, el miedo a quedarse en blanco, a hacer el ridículo, etc.

Del mismo modo, se trabajan las habilidades cognitivas involucradas en hablar en público que constituyen ítems de la lateralidad ―como la concentración, la memoria, la atención, la retención y la expresión verbal― para fortalecer estas capacidades y disminuir el riesgo de los bloqueos. Cuanto más segura se siente una persona, más aumenta su autoestima y, por tanto, también su tranquilidad para gestionar el estrés que supone hablar en público.

Finalmente, las sesiones de role playing en grupo son muy eficaces para que los pacientes puedan experimentar en un entorno de seguridad, simular situaciones diversas que pueden encontrase en casos reales, comentar posteriormente las sensaciones y pensamientos que se presentan y trabajarlos con el especialista.

Si quieres hacernos una consulta sobre este tema, no dudes en ponerte en contacto con nuestro centro

Nuestro cerebro no olvida por tener problemas de memoria_Centro de Lateralidad y Psicomotricidad Joëlle Guitart
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Nuestro cerebro no olvida por tener problemas de memoria

Susana Lladó - Lladó Comunicación 4 septiembre, 2019 Ansiedad, Memoria

Hasta hace unos diez años, los investigadores pensaban que el olvido se debía a un problema de memoria y, de hecho, el foco de las investigaciones en este campo se había puesto casi exclusivamente en la memoria, no en el olvido. Sin embargo, las últimas investigaciones indican que no es así: el olvido es una capacidad activa del cerebro que resulta crucial para su buen funcionamiento, según se explica en el último monográfico de la revista Nature dedicado por completo al cerebro: Nature Outlook: The Brain.

Hasta cierto punto, resulta lógico que los estudios sobre el olvido se hayan centrado en la memoria, en entender cómo se forman los recuerdos y cómo el cerebro consigue recuperarlos en el transcurso del tiempo. Al fin y al cabo, los recuerdos conforman nuestro yo y son esenciales para nuestra comprensión del mundo y para predecir situaciones. Y también parece lógico que pensaran que olvidar pudiera consistir en un proceso pasivo del cerebro por el que los recuerdos no utilizados se van desdibujando.

Esta creencia ha permanecido así hasta que varios estudios en los que, precisamente, se investigaba la memoria han dado resultados que contradicen esta suposición: parece ser que para entender cómo recordamos, hay que entender cómo y por qué olvidamos. Y que el cerebro está hecho para olvidar. Resumimos las ideas principales de estos hallazgos.

El olvido es un mecanismo activo del cerebro

Olvidar no consiste en que se vayan desdibujando los recuerdos debido al paso del tiempo; es decir no es un proceso pasivo del cerebro: ya hay evidencias que indican que se trata de un mecanismo que está permanentemente activo en el cerebro, como si el estado estándar del cerebro no fuera recordar, sino olvidar.

Cómo se almacenan los recuerdos de las experiencias personales

Los investigadores ya han concluido que los recuerdos autobiográficos, los que están relacionados con experiencias que hemos vivido personalmente, se almacenan en el hipocampo durante las horas y días posteriores a esas vivencias. Cuanto más recordamos un recuerdo, más sólido se torna en nuestra red neuronal. Si con el tiempo seguimos rememorándolo constantemente, la memoria de ese recuerdo se codifica tanto en el hipocampo como en la corteza cerebral y, finalmente, pasa a existir independientemente de la corteza, donde se guarda para el largo plazo.

Nuestro cerebro no olvida por tener problemas de memoria_Centro de Lateralidad y Psicomotricidad Joëlle Guitart

Las primeras evidencias de cómo funciona el olvido

En 2012, el neurocientífico Ron Davis descubrió evidencias del olvido activo cuando estaba estudiando la memoria con moscas de la fruta. En concreto, estaba investigando la influencia de las neuronas productoras de dopamina (un neurotransmisor) en el almacenamiento de los recuerdos olfativos y otros recuerdos sensoriales en estas moscas. Descubrió que la dopamina es un mensajero químico que juega un papel esencial en el olvido, ya que proporciona al cerebro la señal de «olvidar». Es más, este experto afirma que «El cerebro siempre está tratando de olvidar la información que ha aprendido».

Como hemos mencionado anteriormente, los recuerdos se codifican en el cerebro cuando se fortalecen las conexiones entre las neuronas. Esta fortaleza está determinada por la cantidad de receptores AMPA presentes en las sinapsis: es decir, para que la memoria permanezca intacta los AMPA debe mantenerse. Pues bien, otro investigador (Oliver Hardt, psicólogo cognitivo especializado en neurobiología de la memoria) descubrió que estos receptores no son estables y que en el cerebro existe un mecanismo dedicado que continuamente promueve su expresión en las sinapsis (pero como no son estables, algunos recuerdos se olvidan). Esto significa que, si se pudiera evitar la eliminación de los receptores AMPA, se podría evitar el olvido (y también significa que olvidar es una función de la memoria).

Olvidar es esencial para sobrevivir

Tal como explica Blake Richards, un investigador que estudia circuitos neuronales y aprendizaje automático en la Universidad de Toronto Scarboroug, «Nuestra capacidad para generalizar nuevas experiencias se debe, al menos en parte, al hecho de que nuestros cerebros participan en el olvido controlado». Su hipótesis es que la capacidad del cerebro para olvidar puede deberse al efecto conocido como «sobreajuste»: si recordáramos cada mínimo detalle de todo lo que vivimos, no podríamos extraer lo esencial, que es lo que nos permite evitar, por ejemplo, repetir reacciones en situaciones que entrañan un riesgo para nuestra integridad física (detalles como qué luz había, de qué color eran los zapatos que llevábamos y otros detalles irrelevantes en estas situaciones, acapararían toda nuestra atención y no podríamos reaccionar al peligro).

Llama la atención el hecho de que las personas que tienen una memoria autobiográfica muy superior a lo normal y que, por tanto, recuerdan cada detalle de sus vivencias, tienden a la obsesión y a no ser particularmente exitosas, según el artículo. Por el contrario, las personas que tienen una memoria autobiográfica deficiente suelen ser mejores en trabajos que requieren pensamiento abstracto (probablemente, porque no quedan atrapados en los detalles) y su capacidad para resolver problemas es mayor, aunque les cuesta proyectar situaciones futuras. Según el neurocientífico cognitivo Brian Levine, «Al no tener memoria episódica, tienen la capacidad de atravesar episodios».

Nuestro cerebro no olvida por tener problemas de memoria_Centro de Lateralidad y Psicomotricidad Joëlle Guitart

Entender cómo funciona el olvido podría significar un gran avance en el tratamiento de muchas enfermedades

Por otro lado, las investigaciones en personas sin memoria autobiográfica superior o inferior a lo normal han mostrado que cuanto más altos son los niveles en el hipocampo de un neurotransmisor inhibitorio denominado GABA más se produce el olvido. En otras palabras, se ha podido vincular el olvido exitoso con un neurotransmisor en particular del cerebro. Esta función crucial de los GABA en la supresión de pensamientos no deseados también tiene implicaciones en las fobias, la esquizofrenia y la depresión (los pensamientos obsesivos y la rumia se han relacionado con un hipocampo hiperactivo), y podría ayudar a tratar a las personas con estrés postraumático (TEPT) para que sus intensos recuerdos no sean tan intrusivos.

Estos hallazgos que explican cómo olvidamos también podrían llevar a avances significativos en los tratamientos para la ansiedad e incluso para el Alzheimer. De hecho, Hardt cree que esta última enfermedad se entiende mejor como un mal funcionamiento del olvido que como un mal funcionamiento de la memoria. Si partimos de la premisa que olvidar es un mecanismo innato, bien regulado y distinto, tiene sentido pensar que el Alzheimer podría ser un proceso de olvido hiperactivo y descontrolado que borra más de lo que debería.

Crean una tipografía que ayuda a memorizar lo que se lee. Y es gratis
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Crean una tipografía que ayuda a memorizar lo que se lee. Y es gratis

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 23 noviembre, 2018 El trastorno de lateralidad, Memoria, Sin categorizar 0

Sans Forgetica, una tipografía diseñada científicamente

 

La han llamado Sans Forgetica y es la primera tipografía diseñada científica y específicamente para mejorar la retención lectora; es decir, para ayudarnos a memorizar lo que leemos y, por tanto, facilitar el aprendizaje.

 

Vídeo de presentación de la Sans Forgetica.

 

El diseño de esta nueva tipografía es el resultado de la colaboración entre un equipo multidisciplinar de investigadores y académicos de la Facultad de Diseño del Real Instituto de Tecnología de Melbourne (RMIT) y el Laboratorio de Comportamiento Empresarial.

 

Por qué nos ayuda a retener lo que leemos

 

La Sans Forgetica es algo más difícil de leer que la mayoría de los tipos de letra. Y ahí está la clave. En el diseño han utilizado los principios de la psicología cognitiva para crear un efecto conocido como “dificultad deseada”: cuando se introduce una pequeña obstrucción en el proceso de aprendizaje, el cerebro se involucra más profundamente en el procesamiento cognitivo. El resultado es que mejora la capacidad de retención de la memoria.

 

Vídeo en el que el equipo explica el proceso de creación de la Sans Forgetica.

 

El proceso de diseño ha tenido como reto lograr esta dificultad óptima y deseable para la memoria, objetivo que ha requerido que el profesor del RMIT y renombrado tipógrafo Stephen Banham trabajara con el laboratorio para probar con estudiantes diversos diseños y refinar la tipografía final.

Aunque la Sans Forgetica se ha desarrollado para estudiantes, el equipo de investigadores piensa que puede ser muy útil para cualquier persona que tenga que memorizar textos: “Tiene el potencial para extenderse más allá de las aulas, hasta un amplio rango de personas que quieran recordar aquello que es importante para ellas”, ha explicado la doctora Janneke Blijlevens, una de las responsables del proyecto.

 

Te la puedes instalar gratis en tu ordenador

 

El RMIT ha creado una página web específica sobre la Sans Forgetica realmente útil: desde la página puedes ponerte la extensión de la tipografía en Google Chrome para convertir cualquier texto en pantalla a esta fuente, también te la puedes bajar gratis (está diseñada bajo licencia de Creative Commons) e incluso puedes hacer pruebas en tiempo real para visualizar cómo queda un texto. La tipografía es compatible con los sistemas operativos PC y Mac.

 

Fuentes:

Retina

sansforgetica

Un estudio revela cómo las ondas cerebrales controlan la memoria de trabajo
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Un estudio revela cómo las ondas cerebrales controlan la memoria de trabajo

Centro de lateralidad y psicomotricidad Joelle Guitart 6 febrero, 2018 Actualidad, El trastorno de lateralidad, Memoria 0

Clases de memoria y funcionamiento

 

Tenemos diferentes tipos de memoria o de sistemas de memoria. Estas memorias son redes neuronales autónomas que, a su vez, están interconectadas. Pero nuestro sistema neuronal no tiene una capacidad ilimitada de almacenamiento y, además, es dinámico; de tal manera que la mayoría de nuestros recuerdos se desdibujan o modifican con el tiempo.

Cuando se afirma que tenemos diferentes tipos de memoria, lo que se quiere expresar es que el sistema neuronal del que depende nuestra memoria sobre nosotros mismos (nuestra biografía) es diferente del sistema neuronal relacionado con el aprendizaje de las matemáticas y del que está implicado en la adquisición del lenguaje, por ejemplo.

Entre los diferentes tipos de memoria está la memoria de trabajo, la cual nos permite realizar actividades cognitivas básicas, como la comprensión, el razonamiento o la resolución de problemas; un tipo de memoria que utilizamos continuamente en nuestra vida cotidiana para almacenar, elaborar, reorganizar y recuperar información.

 

El estudio sobre la memoria de trabajo

 

Por otro lado, cada neurona de nuestro cerebro produce sus propias señales eléctricas. Estas señales combinadas generan oscilaciones conocidas como ondas cerebrales, que varían en cuanto a su frecuencia.

Pues bien, un equipo de neurocientíficos del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets) ha descubierto que en las tareas de memoria que requieren que la información se guarde en la memoria de trabajo por periodos cortos de tiempo, el cerebro usa ondas beta (ondas cerebrales de baja frecuencia) para cambiar conscientemente entre las diferentes partes de dicha información. La investigación respalda la hipótesis que tenían los investigadores de que los ritmos beta actúan como una puerta que determina cuándo se lee o se borra la información contenida en la memoria de trabajo para que podamos pensar en otra cosa. “El ritmo beta actúa controlando cuándo expresar la información almacenada en la memoria operativa o de trabajo, permitiéndole, asimismo, influir en el comportamiento”, explica Mikael Lundqvist, del Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria del MIT y autor principal del estudio junto al profesor de Neurociencia del mismo Instituto, Earl Miller.

Un estudio revela cómo las ondas cerebrales controlan la memoria de trabajo

En 2016, Miller y Lundqvist descubrieron que los ritmos gamma están asociados con la codificación y recuperación de la información sensorial. También descubrieron que cuando los ritmos gamma suben, los ritmos beta bajan, y viceversa. Trabajos previos en su laboratorio habían demostrado que los ritmos beta están asociados con información “descendente” como, por ejemplo, cuál es el objetivo actual, cómo lograrlo y cuáles son las reglas de la tarea. Esta evidencia los llevó a teorizar que los ritmos beta actúan como un mecanismo de control que determina qué partes de la información se pueden leer de la memoria de trabajo; la función cerebral que permite controlar el pensamiento consciente.

“La memoria de trabajo es el bloc de dibujo de la conciencia, y está bajo nuestro control. Elegimos qué pensar “, asegura Miller. “Elegimos cuándo borrar la memoria de trabajo y olvidar algunas cosas. Podemos mantener la información en nuestra mente y esperar a tomar una decisión hasta que dispongamos de más información “.

“La interacción entre beta y gamma actúa exactamente como se esperaría que actúe un mecanismo de control volitivo”, dice Miller. “Beta actúa como una señal que abre el acceso a la memoria de trabajo, que borra la memoria de trabajo y que puede actuar como un interruptor para pasar de un pensamiento a otro “.

 

Un nuevo modelo

 

Este estudio supone un nuevo modelo sobre la memoria de trabajo: los modelos previos, para explicarla, proponían que la información se retiene en la mente mediante disparos neuronales constantes.

“Cuando mantenemos las cosas en la memoria operativa (es decir, cuando tenemos algo en mente), tenemos la sensación de que son estables, como una bombilla que hemos encendido para representar algún pensamiento. Durante mucho tiempo, los neurocientíficos han pensado que esto debía significar que la forma en que el cerebro representa estos pensamientos es a través de la actividad constante. Este estudio muestra que este no es el caso, sino que nuestras memorias parpadean, explica Tim Buschman, profesor asistente de psicología en la Universidad de Princeton.

En un artículo reciente publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias, el equipo de Miller también difundió que las ondas beta son producidas por capas profundas de la corteza prefrontal, y los ritmos gamma son producidos por capas superficiales, que procesan información sensorial. También descubrieron que las ondas beta controlaban la interacción de los dos tipos de ritmos.

Los investigadores ahora están estudiando si estos tipos de ritmos controlan otras funciones del cerebro, como la atención. “Finalmente, nos gustaría ver cómo estos ritmos explican la capacidad limitada de la memoria operativa: por qué solo podemos tener en cuenta algunos pensamientos simultáneamente, y qué sucede cuando se supera la capacidad”, dice Miller. “Debemos tener un mecanismo que compense el hecho de que sobrecarguemos nuestra memoria de trabajo y tomemos decisiones sobre qué cosas son más importantes que otras”.

La investigación ha sido financiada por el Instituto Nacional de Salud Mental, la Oficina de Investigación Naval y la Beca Picower JFDP.

 

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